En Juliaca, a casi 4 mil metros de altura -3.825 para ser exactos-, existe un mito urbano que afirma que los sueños se hacen realidad “porque cerca al cielo, Dios escucha mejor”. La noche del último jueves, Binacional y Yorkman Tello pueden dar fe de ello. El ‘Poderoso’ hizo su debut histórico en la Copa Libertadores derrotando al mítico Sao Paulo de Brasil, y el volante cumplió su sueño de infancia: disputar un partido de Copa, el torneo que miraba de vez en cuando junto a su abuelo.
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“Siempre soñé con jugar la Copa Libertadores, pero, siendo sincero, nunca imaginé que lo haría de esta manera: enfrentando a rivales tan fuertes y jugadores de élite como Dani Alves”, confiesa a Depor.
Tras el histórico triunfo ante el ‘Tricolor’, Yorkman fue tendencia en Twitter. El limeño 30 años fue protagonista de un collage compuesto por dos fotos.
La primera es de hace unos cuantos años. Se le puede ver a Tello disputando un torneo amateur en un campo de arena. Está parado junto a su compañero que cubre su rostro en la barrera. Viste con camiseta y short azul, un aro en la mano izquierda, medias dobladas, y está sin canilleras ni chimpúnes. De fondo hay cinco jugadores (tres compañeros y dos rivales). Detrás de ellos un arco de madera doblado y un aficionado pasando por detrás.
La segunda fotografía es la del mismo Yorkman, ya con 30 velitas apagadas, posando junto a Dani Alves, el futbolista con más títulos en la historia (42 campeonatos), y los árbitros del Binacional-Sao Paulo. En cuestión de tiempo, la vida de Tello dio un giro de 180 grados. Él mismo relata la experiencia.
“He visto la foto. Está en todos lados. Después del partido Johan Arango me enseñó y bromeó con lo de jugar sin chimpunes o zapatillas. No es Copa Perú, es un campeonato de mi barrio, allá en Villa El Salvador. Creo que fue en el 2015 y 2016. Ahí se juega así”, empieza aclarando el panorama.
“Yo tuve una infancia un poco dura. No me crié con mis padres porque se fueron al extranjero por un mejor futuro para la familia. Los que me cuidaron, a mí y a mi hermano, fueron mis abuelos, a quienes les debo la vida. Salí de Villa El Salvador y estoy orgulloso de decirlo. He pasado muchos momentos difíciles en el fútbol, pero me enseñaron a nunca darme por vencido, a seguir esforzándome para vivir noches como la del jueves”, recuerda.
La historia de Yorkman Tello es el ejemplo perfecto de que en el fútbol no basta con talento y sacrificio. Se inició en las divisiones menores de Universitario hasta llegar a formar parte del primer equipo y jugar algunos amistosos en el 2008, pero no pudo avanzar más.
“Ese año la 'U' tenía un gran plantel con buenos jugadores en mi posición. Estaban Reiner Torres, Antonio Gonzales, Nolberto Solano. Me fue difícil mantenerme y me terminaron prestando al América Cochahuayco de Segunda División”, relata.
Yorkman no tuvo otra opción que irse a jugar a Segunda. Pasó del Cochahuayco al Alianza Unicachi y luego a Atlético Minero. Por ese entonces el volante disputaba el partido más complicado. “Estaba analizando la opción de dejar el fútbol, pero no podía porque no sabía hacer otra cosa que jugar”, afirma.
En el 2012, la vida le puso otra prueba más: el nacimiento de su primer hijo. Tello se las ingenió entre los partidos de Segunda y las “estafas” (dícese de los torneos de barrio donde se cobra por partido) para mantener a su familia.
“En esos años recuerdo que varios dirigentes me llamaban para ofrecerme jugar en Primera por un monto determinado. Pero nunca acepté. En el fútbol si no tienes ‘padrinos’, no avanzas. Es una triste realidad. Pero no estoy de acuerdo con eso. Prefiero mil veces no jugar a pagar por hacerlo”, señala.
Después de un par de años complicados, Yorkman recibió la llamada del presidente de Binacional. Era 2015 y el mandamás del equipo lo quería sí o sí. “Estaba armando un proyecto grande, así que no dudé ni un minuto para firmar. Lo converse con mi familia y tomamos lo que para mí es la mejor decisión de mi vida”.
En Juliaca, Tello no solo hizo historia con Binacional (antes del debut copero, obtuvo la primera estrella para el club en el 2019), también se convirtió en una leyenda. A 3.825 metros de altura, el volante cumplió sus sueños de niño.