Fernando Martel campeonó con Alianza Lima en el 2006 (Foto: Archivo GEC)
Fernando Martel campeonó con Alianza Lima en el 2006 (Foto: Archivo GEC)

En su botín derecho tenía un misil. Era escurridizo y encarador, no tenía temor a la pierna fuerte, menos al rival. Eso sí, no era alto, medía 1.71 m. pero lo compensaba con entrega, carácter y goles. Nos referimos al chileno , quien hace dieciséis años salió campeón nacional con , y se metió al bolsillo a los hinchas. “La verdadera gente de Alianza es la que me recuerda”, confesó emocionado el exjugador número ‘13′ de La Victoria.

Alejado del fútbol, ‘Facha’, como lo apodaban en su país, disfruta de otra pasión: motocross. Sin embargo, no olvida su amor por el ‘equipo del pueblo’, que el pasado 15 de febrero cumplió 121 años de vida institucional. “Siempre estaré agradecido al cariño de la gente de Alianza”, le dijo a Depor.

Queda el cariño por Alianza Lima. El último 15 de febrero cumplió 121 años de vida institucional. ¿Qué mensaje a la distancia?

A través de ustedes, le deseo lo mejor a Alianza Lima. Me siento contento, el año pasado salió campeón, y eso como aliancista, te alegra. Yo me llevo lo mejor de Alianza, el campeonato. Digan lo que digan del chileno, se logró lo más importante, levantar la copa. Era muy querido.

Los hinchas tienen memoria. Todavía recuerdan tu golazo en el clásico.

Sí, pero más que el gol, los hinchas recuerdan lo que uno entregó a Alianza. Lo que se logró contemplar a final de año, el campeonato. Cuando uno entrega el esfuerzo, la manera cómo se jugó, nadie podía decir nada. Fue lo primordial para sacar el campeonato adelante. Es lo que la gente recuerda. Cada partido uno entregaba más de lo que tenía. Por eso mantuve mi carácter, la forma de ser. Tenía el apoyo de los hinchas, así que era fuerte dentro y fuera de la cancha. Nadie podía decirme nada. Tenía que acatar lo que el técnico decía. Fue un año que no marqué muchos goles, pero sí fueron determinantes.

¿Qué recuerdos de aquel título del 2006?

Lo más bonito lo viví siempre fuera del campo y dentro del estadio. A lo mejor para el futbolista peruano no fue lo que todos esperaban, en el sentido de una buena convivencia, pero a mí me daba siempre lo mismo. La gente me guardó cariño y es lo que me importa, el resto fue un año muy bonito, pero también muy complicado en lo camarín. Siempre lo he dicho, todos luchábamos por el mismo objetivo y dejábamos las diferencias de lado. Pero fue un año complicado de convivir. Lo más bonito era lo que expresaba la gente fuera de la cancha.

¿Por los problemas que tuviste en vestuarios no prolongaste tu estadía en La Victoria?

Por el liderazgo que yo asumía. Yo encuentro notable que el peruano cuide su camerino. Lamentablemente ese año (2006) fui protagonista más que cualquiera de los emblemáticos del camarín, donde había gente con mucha experiencia como José Soto y Juan Jayo. Entonces, cuando pasas sobre gente emblema, del mismo país, el camarín se torna hostil para un extranjero. Eso fue determinante, pues yo no seguí el año completo. En ese año (2006) por mi carácter, yo sobrepasé a todos los que estaban ahí. Nunca le tuve miedo a nadie. Mi salida fue porque a los referentes en ese tiempo los pasé de buena ley, entregando más de lo que debía.

¿Hablaste con José Soto y Juan Jayo para solucionar los problemas en vestuarios?

Ellos nunca lo hablaron. La mala vibra y lo malo venía por atrás. Cuando uno siempre tiene problemas con alguien, va de frente, lamentablemente nadie me fue de frente como iba yo. A mí me daban patadas todos los rivales en la semana y tenía que aguantar, entonces, lo pudieron manejar de otra manera. Una vez que salí lesionado en una práctica de fútbol a un par de días de un partido primordial. Yo me sobrepuse a todo, con mi carácter, la llegada de Rodrigo Pérez ayudó mucho. Gané todo como era, también lo hice en Atlético Nacional. Yo me considero grande. Conseguí logros a base de esfuerzos en la adversidad, es ahí donde se ve a los grandes jugadores.

Para mí hubiese sido fácil no volver a fin de año (2006), y eso lo puede contar Gerardo Pelusso. Fueron muchas cosas. Yo no llegué cuando tenía que hacerlo, me convencieron, y ‘Cuchi’ de Souza me dio el apoyo, hay varias personas que hacían la comida, la limpieza, esa gente es de Alianza, los que yo valoro, el hincha que paga su boleto, el resto fueron compañeros. Uno o dos que fueron los de verdad, había otros que me ponían mala cara, lo he dicho siempre.

Pero se los dije a cada uno, yo fui a Alianza para salir campeón, hay jugadores que llevan años y nunca levantaron una copa, sin menospreciar a nadie. Montaño era espectacular, extraordinario jugador, pero nunca ganó nada. Entonces, no se olviden que Alianza descendió, pero al año siguiente salió campeón. Tienen que recordar que hubo un montón de jugadores que descendieron, que estuvieron en Segunda División. No es que uno se crea el dueño de la verdad, pero cuando las cosas se hacen mal, sucede eso.

Jefferson Farfán volvió a Alianza, salió campeón en el 2021 y ahora está por regresar de una lesión. Cómo exjugador e hincha, ¿qué opinas de su regreso?

Farfán es un emblema para Alianza. Muy pocos jugadores que vuelven a su club salen campeones. Eso tiene doble mérito. Todo ese equipo debe sentir que la ‘Foquita’ se ganó el respeto del hincha. Sabe lo que es Alianza. Debe estar inmensamente feliz, pues nació en el club. Esas son las personas que se deben cuidar. Por ejemplo, en el año que me voy (2006) y que privilegiaron otras cosas que los jugadores, yo le dije a Gerardo Pelusso cuando se quedó, que le iba a ir mal, y fueron un desastre, en la Copa Libertadores. Entonces, cuando las cosas no se hacen bien, pasa eso.

¿Cuál es el gol más recordado?

Todos dicen el gol del clásico, pero hay un partido donde anoto tres goles (Alianza Atlético de Sullana). Nosotros merecíamos ir perdiendo, demasiado ingrato, yo marqué los goles que marcaron la diferencia. La jugada del gol en el clásico, la hago yo con Cruzado, luego el remate que se le clava a ‘Chiquito’ Flores, que no era fácil hacerle un gol a un arquero de esa talla. Eso nos permitió llegar con cierta ventaja al partido con el Boys. Ese gol recuerda la gente.

¿En algún momento la ‘U’ quiso contratarte?

Sí, mi representante me habló, pero era demasiado complicado. No me veía jugando por el archirrival. A Universitario, sin desmerecer como institución, no podía ir, pues iba contra mis principios por Alianza. Hoy en día, el beneficio del empresario, ya no hay amor por el club. En ese año con la campaña en Alianza y llegar a la ‘U’, hubiese sido el chileno más querido de los dos. Antiguamente había códigos. Lo que me gané con la gente en Alianza. Hay muchos peruanos acá en Chile que me recuerdan, hasta con mascarilla. Cuando fui a la despedida de César Cueto, el cariño de la gente llama la atención. Eso no lo cambio por nada. Alianza será el único club que entró en el corazón de un jugador chileno.

¿La deuda pendiente de Alianza Lima es la Copa Libertadores?

Y también de los clubes chilenos. Venimos en decadencia. Hace años que no clasificamos ni a octavos. Ojalá Alianza uno día esté entre los cuatro mejores de Sudamérica. Ese año (2006), nosotros teníamos un muy buen equipo, con gente de experiencia, joven, el caso de Cruzado, Viza, era traer cuatro o tres extranjero para reforzar la defensa, volante y ofensiva, ya que se fue el “Zorrito” Aguirre.

A sus 40 años, Aguirre continúa con vigencia…

Es un jugador que marcó época. Es bueno que lo acojan. El ‘Zorrito’ con nosotros logró un campeonato, entregó caja para el equipo cuando emigró. Es muy bueno valorarlo. Se ha ganado el respeto a lo largo de su trayectoria. Igual como sucede con la ‘Foquita’, es un hijo de la casa.

Paolo Guerrero también podría volver al club…

Sería extraordinario que juegue con la ‘Foquita’ la Copa Libertadores. Dejarían un precedente histórico en el club, dos hijos pródigos de Alianza Lima se reencuentran en el campo.


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