Hay partidos que se ganan con estrategia, otros con intensidad y algunos con actitud. Pero Alianza Lima puede agregarle algo más a esa lista: magia. Aunque suene surrealista, ese recurso apareció cuando el duelo contra César Vallejo estaba igualado. No lo hizo Christian Cueva y tampoco Jairo Concha (ambos fuera del club victoriano), sino que fue Catriel Cabellos, el pibe de 19 años nacido en Buenos Aires con sangre peruana, quien hizo gala de su repertorio para destrabar un partido atípico para Alejandro Restrepo. Corría el minuto 49 cuando el volante recibe el pase de Hernán Barcos, acomoda el balón hacia la derecha y desde fuera del área saca un misil que batió a un sorprendido José Carvallo. Un golazo de otro partido. O, tal vez, un truco de magia para asegurar la primera victoria del año.