Kevin Quevedo es el protagonista de una historia que parece repetitiva y abundan en el fútbol peruano. El atacante de 26 años fue considerado en su momento una de las joyas de nuestro balompié. Era emocionante verlo superar rivales con su velocidad, aplicar el cambio de ritmo con esa gambeta demoledora y marcar goles con Alianza Lima en una etapa determinada. Pero hoy, luego de experimentar algunos altibajos producto de su carrera como futbolista, intenta renacer a una edad algo tardía, pero todavía apropiada para algunos: se convirtió en refuerzo de Deportivo Garcilaso y buscará hablar dentro de las canchas en la Liga 1 de este 2023.
Para consumar su fichaje en el cuadro cusqueño, Quevedo tuvo que esperar más de la cuenta. Una vez finalizado su contrato con Melgar el año pasado, las puertas para ir a otro equipo se abrieron y era cuestión de analizar la mejor decisión para su futuro. No obstante, pasaba el tiempo y ninguna chance pudo concretarse, hasta que llegó la oferta de Deportivo Garcilaso. Si bien para Quevedo la principal opción era jugar en un equipo con participación en un torneo internacional, ya sea Copa Libertadores o Copa Sudamericana, la realidad dice otra cosa y el extremo nacional decidió mudarse de Arequipa al Cusco. Allí, los objetivos cambiaron y depende de él mismo volver a brillar como lo hizo en su mejor momento.
🔵 BIENVENIDO KEVIN!!!
— Garcilaso (@Dep_Garcilaso) February 24, 2023
El Club es humilde pero con hambre de gloria y con tu fútbol aportarás mucho en cumplir los objetivos de este año. 💪💙🏆#Liga1#DeportivoGarcilaso #CuscoesCeleste#RicoGarci#PedacitoDeCielo#ElClubDelPueblo#ElmasPopular#OrgullodelCusco pic.twitter.com/mPVaj8ZHnq
¿Qué pasó con Kevin Quevedo en el fútbol peruano?
Antes de jugar en Alianza Lima, Quevedo disputó dos partidos oficiales con Universitario en 2016. Jugó poco y salió del club en busca de mejores oportunidades. El cuadro victoriano lo acogió y su aparición en este club fue como un puñetazo inesperado. Era el 2017 y en su primer partido oficial como blanquiazul, le anotó cuatro goles a Juan Aurich en un partido que terminó 7-2 a favor de su equipo. Aquella vez, el espigado delantero de 20 años acaparó las portadas de la prensa deportiva peruana y estuvo en boca de todos. Pocos son quienes debutan marcando un ‘póker’ en un solo cotejo; pero Kevin lo hizo y terminó catalogado como la nueva joya del fútbol nacional. Sin embargo, tenía que ir de a pocos y Pablo Bengoechea, quien le dio la oportunidad en el primer equipo íntimo, lo llevó a su ritmo, dándole minutos y cada vez más oportunidades para jugar.
Ese año, Quevedo salió campeón nacional con Alianza Lima, pero su consolidación en el cuadro victoriano recién llegó en 2019. Aquella temporada, demostró la mejor versión de sí mismo y finalizó el Torneo Apertura como el segundo máximo goleador con 11 tantos. Es más, firmó un ‘hat-trick’ en la victoria de los íntimos por 3-2 sobre Cantolao. El extremo peruano culminó ese curso como el jugador más determinante de los blanquiazules y, pese a no conseguir el título nacional, era evidente que su próximo destino era irse al exterior. El club victoriano quiso renovarle, pero finalmente hubo un cortocircuito entre su representante y la dirigencia de la institución que desencadenó una ruptura entre ambas partes y ‘Quevegol’ salió por la puerta falsa de Matute.
Su única aventura en el extranjero la tuvo en 2020 en Goiás de Brasil, que lo fichó por dos temporadas, pero finalmente disputó apenas dos partidos y no convirtió goles. Quevedo nunca pudo demostrar ese juego que deleitó al hincha de Alianza Lima en 2019 y nunca logró marca la diferencia en el Brasileirao. El paso en falso lo obligó a retornar en 2021 a la Liga 1, donde Melgar le abrió las puertas por dos temporadas también y allí buscó reaparecer otra vez en el panorama nacional. Con los rojinegros, Quevedo firmó apenas 7 goles en 55 presencias, muy poco para lo que había ofrecido anteriormente. Ahora, tras cumplir su ciclo en el ‘Dominó' y por decisión de Pablo Lavallén, al atacante le toca renacer con 26 años en Deportivo Garcilaso, donde seguramente jugará más y podrá acercarse a su mejor versión. Y, ¿por qué no?, soñar con jugar en la selección peruana.
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