Última jugada del partido. Cabezazo de Rengifo, diagonal de Flores y Diego Guastavino aparece como un tren por el centro para llevarse la pelota a toda velocidad, descontar al arquero Gallese y, cuando parecía que era el tercero de Universitario, que la remontada era posible y que se venía abajo el Estadio Nacional, su remate fue desviado y el lamento continúa hasta hoy.
"Quizás pude pararme y entregarla a un compañero", dijo el uruguayo a CMD tras la finalización del encuentro. Y sí, podría tener razón. Quizás lo más lógico era detenerse, levantar la cabeza, y pasar el balón para que otro jugador crema anote el gol del triunfo. La posibilidad era concreta: por el medio, Flores y Ruidíaz entraban prácticamente solos.
Esa posibilidad era, seguramente, la mejor decisión. "Ningún jugador es mejor que todos juntos", diría Alfredo di Stéfano. Guastavino debió dar pase. Sin embargo, no olvidemos que el uruguayo es delantero, al menos en esta nueva faceta. Y el delantero vive del gol. Del arco rival. Y con el arquero vencido, lo único que se te viene a la mente es el remate final.
¿Qué le falló a Guastavino? ¿La decisión? ¿El remate? Desde esta vitrina creemos que el remate. Por dos cosas: la primera porque el balón picón un poco más largo de lo previsto y el apuro por el remate terminó en un disparo desesperado. Y la segunda porque el remate fue con el empeine, y uno cuando remata con el empeine, es para fusilar, o ejecutar un remate fuerte, y esta jugada, ya sin arquero, pedía un pase a la red, con la parte interna del botín.
¿Cuál es tu opinión respecto a esta jugada que pudo darle el triunfo a la 'U'?
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