En un torneo como el peruano, donde el cortoplacismo es constante y los resultados mandan -en lo que va de Liga 1 ya hubo 17 entrenadores cesados-, resulta llamativo que un club confíe en un proyecto a largo plazo, sobre todo con un entrenador. Cusco FC tomó ese camino con un objetivo serio a futuro de la mano de Miguel Rondelli, quien desde que llegó a inicio de año se encargó de darle un nuevo norte a los ‘dorados’. Bajo su dirección, el cuadro imperial lleva 13 victorias, cinco empates y ocho derrotas, por lo que es uno de los elencos expectantes que busca una copa internacional. El buen momento del equipo llevó a la inminente renovación del técnico argentino de 46 años.
A raíz de su renovación por dos años más, Depor conversó con Miguel Rondelli para hablar sobre el proyecto a largo plazo que tiene en mente con Cusco FC y el buen presente del equipo. Asimismo, dio detalles de su filosofía de juego, a qué entrenadores admira y cuáles fueron sus inicios. Y al tener experiencia dirigiendo en el fútbol ecuatoriano, dio sus impresiones sobre el próximo reto de Perú en Quito, por las Eliminatorias 2026.
¿Cómo toma este respaldo de la directiva al extenderle su contrato por dos años más?
Estamos contentos, porque cuando iniciamos este proceso a principio de año se nos había contratado para un proyecto a largo plazo, para una reestructuración del club, pero nosotros no conocíamos la institución, ni ellos conocían nuestra manera de trabajar. Era difícil poder firmar un contrato largo cuando uno no conoce la institución a la que llega, ni cómo es el profesional que contrata. [La renovación] habla de que tanto nosotros como el club estamos contentos con lo que hemos hecho y sabemos que esto puede seguir creciendo. Contento por el respaldo y ahora a seguir trabajando en lo que nosotros pensamos cuando llegamos al club, que es un proyecto a largo plazo, una reestructuración que tiene varios ejes. La primera es transformar un plantel que era prácticamente nuevo, darle una identidad, una manera de jugar y ojalá esta sea la base para que el club encuentre su perfil de jugador e idea de juego.
¿Qué lo llevó a aceptar la propuesta?
El club tiene muchas cosas a favor para un proyecto a largo plazo que tal vez en otras instituciones no se pueda. Primero tiene infraestructura, creo que ha encontrado una base de un plantel que puede llegar a crecer. Entonces tiene una base de plantel, tiene una una dirigencia que es que compacta, que es corta, donde no hay mucha gente que opine, mucha gente que pueda tener y confrontar. Entonces prácticamente [el club] es manejado por la familia, no tiene una hinchada que exija esa presión de salir campeón como pueden tener otros equipos. El club tiene muchas cosas para realizar un trabajo a largo plazo, para tomarse el tiempo que necesite y para ir identificándose con la hinchada de acá de Cusco. Acá son tres clubes y Cusco FC es el el más nuevo, el que menos hinchas tiene. Si uno va mostrando varias cosas a la larga crea una identidad y logra que más hinchas puedan unirse a al club. Ojalá podamos ser nosotros lo que es lo que a la larga puedan recoger los frutos del proyecto. Está iniciando ahora, pero creo que él tiene muchas cosas para crecer y todos esos elementos que usted también comenta es lo que lo termina por convencer y por aceptar un desafío a largo plazo.
El DT siempre está sujeto a resultados, pero este Cusco FC está resguardado con una gran campaña, ¿en qué se basa este buen presente?
Primero, en el rápido entendimiento entre el cuerpo técnico y jugadores, que son prácticamente nuevos, con diferentes ideas y formas de sentir el fútbol. Creo que la rápida forma en la que nos amoldamos y empezamos a hacer como una simbiosis entre ambos, esa es una de las claves. Nadie esperaba que estuviéramos en esta posición. Nuestra idea era este año consolidar la idea de juego, consolidar el plantel y sobre todo intentar luchar por clasificar a una copa internacional. Hoy, estamos quintos, estamos después de los de los cuatro grandes. La tabla general nos encuentra bien posicionados en el Clausura con una racha de cinco partidos que no perdemos, nadie pensaba eso. Eso es por el rápido entendimiento de los jugadores y la rápida forma de adaptarse a la idea. Nosotros sabemos que somos esclavos de los resultados y que ahora nos puede ir bien o mal, pero nosotros lo que queremos, más allá de los resultados, es dejar algo en el club. El club hoy tiene un perfil de jugador en cuanto a nivel profesional y nivel por puesto. Más allá de los nombres, lo ideal sería que la línea continúe. Suele pasar en muchos clubes, cuando se va un entrenador, se nombra tres o cuatro para sucederlo y no tiene nada que ver una forma de juego con la otra. Tiene que ser que venga un entrenador con una metodología similar, porque si no es todos los años ir construyendo. Nosotros podemos empezar a sentar estas bases para el día de mañana. Más allá de los nombres, que el club continúe funcionando de la misma manera y eso es a lo que apuntamos.
También ha podido potenciar a muchos jugadores, como Luis Ramos, Lucas Colito, Iván Colman, entre otros...
Lo que nosotros buscamos, más allá de las formas o sistemas, es tratar de potenciar a los jugadores. Hemos encontrado un plantel con muchas ganas de trabajar, no solamente los extranjeros, también los jugadores nacionales con muchas ganas de progresar, de crecer. Nosotros tenemos jugadores nacionales jóvenes, por ahí los extranjeros elevan el promedio de edad. Ellos se convencieron de que pueden seguir creciendo, da gusto entrenarlos día a día. Somos un plantel muy corto en cuanto a nombres, entonces creo que gran parte de que nosotros estemos ahí peleando arriba es el convencimiento que tienen ellos. Yo creo que hoy, más allá de los resultados, se puede ganar, se puede perder, el jugador está convencido de que esta es la manera y que a la larga esto le va a dar más triunfos que derrotas.
¿Cuál es el plan a largo plazo de cara al 2026?
Lo que nosotros pretendemos junto con la institución y que nos trazamos como proyecto era, como te decía este año, empezar a encontrar ese perfil de jugador e intentar clasificar a una copa internacional. El año pasado, el equipo se quedó fuera por un punto, entonces lo lógico era que este año pelee por ingresar a una copa, en este caso la Sudamericana, para que el siguiente año se consolide la base. Luego tener roce internacional y el último escalón de este proyecto de tres o cuatro años, sería ya intentar luchar por una etapa y consolidarse a nivel internacional, porque una cosa es jugar un torneo internacional y otra es competir. No nos sirve de nada clasificar y no ser competitivos. A nosotros nos encantaría. Hoy nos ven peleando el Clausura, terminar cuartos y quedarnos en la Copa Libertadores, pero la realidad es que hoy no estamos preparados para eso, si nos llega eso es como un regalo, porque en el plantel no hay muchos que tengan partidos internacionales y eso se paga.
Entonces lo ideal sería hacer las cosas como corresponde, lograr este torneo internacional, para después ir a competir, no te sirve de nada jugar la Libertadores y quedar eliminado con un equipo de una liga venezolana o boliviana. Lo importante es estar preparado para afrontar esa competencia. Entonces creo que los pasos que se deben seguir son esos, que después se adelanten los pasos, nosotros no estábamos ni pensando en pelear el Clausura, estábamos preparados para luchar por una copa internacional, para eso se preparó el plantel. Sé que peleamos mucho más arriba, pero esto no debe engañarlos, los pasos tienen que ser firmes y esto es un proyecto serio que después se puede obtener mucho más. Nuestro primer objetivo es entrar a una copa internacional.
¿También contempla las divisiones menores dentro de su plan?
Sí, uno de los puntos que teníamos en el proyecto, que fue uno de los que más hablamos con la directiva, era empezar a profesionalizar las áreas. Cuando uno habla de profesionalizar las áreas, habla no solamente de las divisiones menores, también de tener una secretaría técnica, un departamento de scouting, que ya permita ir estudiando qué va a pasar si nosotros nos quedamos sin un jugador. Nosotros tenemos que potenciar esta base. Nosotros tenemos jugadores, como Luis Ramos, que tiene 24 años y puede ser apetecible por un montón de clubes. Nosotros pretendemos potenciar al jugador, no cortarle la carrera. Si surge una oportunidad que es importante para el club y para el jugador, lo que debemos hacer es ya tener el reemplazante de Luis y para ello hay dos caminos, incorpora un jugador, ya sea nacional o extranjero, depende del cupo, sacarlo de las divisiones menores. Por eso, la importancia de profesionalizar las áreas.
Nosotros, hoy por hoy, no tenemos una buena división de reserva, somos un equipo que se armó para competir, esa es la realidad, no se armó para pensar en proyectar. Nuestra máxima atención es la sub 13 y sub 14, que es donde tenemos que empezar el proyecto, los cimientos. Tal vez tengamos la suerte de seguir en el club y esos chicos que hoy están trabajando en las escuelas de fútbol, poder hacerlos debutar en Primera. Si no estamos nosotros, el cuerpo técnico que venga ojalá encuentre una reserva formada, que no solamente compitan a nivel nacional, que no solo sean ganar títulos, sino promover jugadores.
¿Ha sido complicado cambiar la mentalidad de un equipo para pararse en todas las canchas y ante cualquier rival de la misma manera?
Nosotros hicimos hincapié apenas llegamos que no teníamos que tomar la altura como un aspecto que nos favorezca. Si uno analiza la tabla de posiciones, Cusco es uno de los mejores locales, junto a Universitario, Melgar. Algunos lo adjudican a la altura [los resultados], pero resulta que hay otros equipos con altura, incluso que juegan en el mismo estadio que nosotros, que no tienen la misma campaña de local, sacando a Melgar. Nosotros no podemos basar nuestra manera de jugar únicamente en la altura. No solo tenemos una idea de juego que nos sirva para jugar a la altura, también para jugar en el llano, no se puede cambiar el chip cada semana, obvio que hay que tener en cuenta diferentes aspectos, tenemos que hacer un estudio del rival y saber en qué sector de la cancha presionar, cómo presionar, cómo jugar, Se puede cambiar pequeños aspectos en lo estratégico si se quiere, en lo táctico, en el plan de partido, pero tenemos que salir a jugar de igual a igual en todos lados.
No podemos basar nuestra nuestra fortaleza solamente en que jugamos en la altura, el equipo propone de una manera, no es muy vertical, prioriza manejar la pelota. Si uno analiza las estadísticas, nosotros estamos muy bien en la parte de construcción del juego, no solamente damos pase para atrás, damos pase progresivo, somos el segundo equipo con mayor cantidad de desmarque, el tercer equipo con mayor cantidad de pelotas al área, entonces tenemos una manera de jugar.
¿A qué técnicos admiras o en cuáles basas tu idea de juego?
Principalmente, como todo argentino, me gusta Bielsa; hay cosas de él que me gustan mucho, hay otras en la que discrepo. Lo que debe hacer un entrenador, como dijo Guardiola, es ser un ladrón de idea, él robaba cosas de todos. Ir tomando lo que nos gusta de cada uno y tratar de elaborar nuestro propio perfil. Me gusta Bielsa, Guardiola, Menotti, que ha marcado historia en Argentina. Me gusta jugar bien al fútbol, creo que si yo tengo más la pelota que el rival, si yo pateo más que el rival, juego en campo contrario y paso la mayor cantidad de tiempo lejos de mi arco va a ser muy difícil que me hagan daño, yo tengo paciencia, puedo perder seguro, pero así veo el fútbol de esa manera. Le doy mucha importancia a la posesión, hablo más de la disposición de la pelota. Quiero tener la pelota para lastimar al rival y lastimarlo de diferente manera. Me identifico mucho con eso, con Bielsa, con Guardiola, con Menotti, con Klopp.
Inicias tu carrera como DT siendo muy joven, a los 25 años, ¿cómo fue eso?
Yo hice inferiores en Vélez hasta los 15. A los 16, dejé de jugar al fútbol, no jugué de manera profesional, pero me di cuenta que tenía más chances como entrenador que como jugador. Decidí querer ser entrenador desde el desconocimiento. Quise hacer la carrera de técnico en Argentina, pero no se puede hasta los 25 años, entonces me puse a estudiar a prepararme para ese momento. elegí una carrera docente de informática. Decidí esta carrera, porque sabía que la informática iba a ser una herramienta en el fútbol a futuro, la parte de docente me ayudó al manejo de grupo, psicología, pedagogía, un montón de cosas que también uno debe tener en cuenta, porque un entrenador es un formador. Yo no tenía en mi cabeza ser entrenador a nivel profesional, yo sabía que podía aportar mucho desde la formación. Tuve la suerte, de una vez que me recibí, a los 26 años de empezar a trabajar en divisiones menores. Mientras hacía el último año de de la Dirección Técnica, empecé a trabajar en Vélez. Tuve la suerte de ir a trabajar al exterior, a Ecuador, con el mismo objetivo, con el de ser un formador y me cayó de sorpresa lo de ser entrenador de Primera, y ahora estoy en eso. A veces uno necesita un poco de suerte, al igual que los jugadores, uno no sabe como entrenador cuando puede debutar [en Primera], uno tiene que estar preparado. La mejor manera es prepararse para lo mejor, yo tenía las divisiones menores y para mí era como la primera división, lo tomaba con mucha responsabilidad, me capacitaba siempre para el momento.
¿Cuál fue el mejor momento como DT y el peor?
El mejor momento lo viví en Universidad Católica de Ecuador. Nos tocó afrontar una situación difícil, en Católica se trató de armar un proyecto como el que se está tratando de armar en Cusco, estaba a cargo Santiago Escobar, quien estuvo cuatro años. En el último año, y a falta de cuatro fechas, el profesor presentó su renuncia, el equipo estaba fuera de la Sudamericana en ese momento, yo estaba en la reserva y me dieron la posibilidad de dirigir al primer equipo. Gracias al trabajo que dejó el profe y al esfuerzo de los jugadores, pudimos ganar tres y empatar el otro partido y meternos a la Copa Libertadores, al otro avanzamos y nos metimos a fase de grupos de la Sudamericana, algo que hacía mucho tiempo no pasaba en el club; terminamos primero en la tabla ecuatoriana, siendo el equipo más goleador y creo que ese fue mi mejor momento como entrenador.
El peor fue el que vivimos en Emelec, donde uno se da cuenta la importancia que tiene un proyecto. Un proyecto debe tener bases sólidas, porque sino es muy difícil; nos tocó Emelec en un momento difícil, con un cambio de dirigencia, con cambios de jugadores, no había un proyecto realmente serio, no es por sacar la responsabilidad, la verdad nos fue mal. Nos fuimos, renunciamos porque no le encontrábamos la vuelta, otro entrenador de mucho calibre como Hernán Torres tampoco le encontró la vuelta. Ahora, al ‘profe’ Leonel Álvarez, otro excelente profesional, también le está costando. Uno se da cuenta que a veces no son solamente los jugadores o el entrenador, es es un conjunto de cosas, un proyecto serio. Ese fue nuestro peor momento como cuerpo técnico, ahí fue que decidimos empezar a analizar bien el lugar donde íbamos, no era dirigir por dirigir, ya no nos importaba tanto el nombre del club, sino nos importaba la seriedad del proyecto y cómo se iba a afrontar.
Con su experiencia en el fútbol ecuatoriano y a poco del partido contra Ecuador en Quito, ¿qué tiene que hacer Perú para sacar un buen resultado?
Yo creo que chances de sacar un buen resultado las tiene, porque tiene buenos jugadores, un buen entrenador, inteligente, que sabe plantear los partidos, que tiene experiencia de todo, de jugar de visitante, de local. Por ahí ha ganado una copa internacional con Liga de Quito, conoce el fútbol ecuatoriano también, porque dirigió ahí, posibilidades hay. Lo que sí yo creo que hoy por hoy, si yo comparo las selecciones, Ecuador tiene una mejor camada de jugadores, mucho mayor recambio. Más allá de poder sacar un buen resultado, donde la federación tiene que trabajar es en la formación de jugadores. Si uno ve la lista, generalmente siempre son los mismos jugadores y no se puede seguir dependiendo siempre de los mismos, todos se van poniendo viejos. Todas las selecciones está en un periodo de recambio. Ecuador ha trabajado muy bien en eso, no solamente la federación, también apoyándose en varios clubes, por nombrar Universidad Católica, Independiente del Valle y Liga de Quito. Entonces de ahí uno empieza a sacar jugadores que puedan ser vendibles, hoy por hoy hay ecuatorianos jugando a un primer nivel europeo. Tiene muchos jugadores de buen nivel y eso se da porque han trabajado seriamente en divisiones menores.
Yo creo que el próximo salto que tiene que dar el fútbol peruano. Este año se comenzó muy tarde el torneo de Reserva, veo los partidos de Cusco y de otros rivales, y salvo Cristal, Alianza y Universitario, se trabaja como se puede, no hay competencia, para eso se necesita el apoyo de la federación. El trabajo ahorita me parece muy bueno, me pongo en el lugar de ‘Chemo’ del Solar, dónde voy a ver jugadores, solo puedo ver jugadores de Cristal, Melgar, entonces por más que él quiera hacer un trabajo serio y ordenado. Si no tiene competencia para ver jugadores, es muy difícil poder armar una selección que después aporte a la mayor. La federación debe colaborar para poder organizar torneos donde los jóvenes compitan mucho tiempo, no sirve un torneo donde la reserva compite diez partidos al año, no es serio, tampoco puede dejar solo la competencia en Lima. La federación tiene que pedirle a los clubes cuál es el proyecto de divisiones menores, que fiscalice el proyecto; yo puedo presentar un proyecto hermoso solo para recibir el sello de las licencias y poder competir en la Liga 1, pero después quién controla que esto se lleve a cabo. No hay muchos clubes que tengan un predio propio para poder entrenar, se debe profesionalizar mucho más la liga.
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