Lo que ofrece el pie de Marcos Lliuya también es una cuestión de herencia: desde niño creció escuchando las historias del equipo José Carlos Mariátegui, un cuadro que no solo jugaba por los tres puntos cada fecha, sino por el honor del apellido familiar. Las primeras paredes del ‘10’ de Sport Huancayo, quien fue clave en la clasificación a la etapa de grupos de la Sudamericana 2021, las hizo con sus primos, con sus tíos, con su sangre. Así nació su cariño por el balón en Chincha.
Con solo 11 años, Marcos sabía que lo suyo eran los deportes. Pero lo que no imaginó es que en aquel 2003 iba tenía que tomar una decisión que iba a marcar su vida. Un viejo amigo de su padre los invitó a Lima para que el volante del ‘Rojo Matador’ tenga una prueba en una academia. “Fue muy difícil el primer año. A los tres meses ya quería regresarme”, recuerda Lliuya, quien ahora ve ese tiempo como el principio de todo.
Copa Perú, una etapa que jamás olvida
Marcos Lliuya estaba decidido a ser futbolista profesional. Tras convencer a sus padres de arrancar su preparación en Lima, se quedó cuatro años para luego regresar a Chincha y tener sus primeros partidos con los ‘grandes’. “Me llevaban de a pocos. Mi papá era el entrenador y como premio me dejaba jugar los domingos. Me daba 20 o 30 minutos. Y poco a poco me iba soltando”, comenta.
Esto fue de gran ayuda también para el equipo de su padre, no solo porque tenía a un integrante más de la familia, sino porque logró ocupar el puesto de ‘10’ que tanto necesitaban para la Copa Perú. Si bien era algo que le gustaba, Marcos no debía descuidar los estudios, pues sabía que en casa no le permitirían continuar si descuidaba el colegio. Los meses pasaron y su buen juego fue analizado por otras instituciones de Ica.
“Empecé a jugar en el equipo de la familia, que disputaba la liga Distrital, y luego iba reforzando las etapas. Después me iba a jugar a otras ciudades para reforzar a otros clubes, como el Santos, Sport Victoria, que son de Ica”, explica Lliuya con gran cariño, pues cada una de estas vivencias le permitió formar al jugador que es hoy, el mismo que llamó la atención de Wilmer Valencia hace seis años.
El día que conoció a Wilmar Valencia
Toda la experiencia que había sumado Marcos Lliuya se centraba en la Copa Perú, lo que le permitió desarrollar una gran resistencia para los partidos más complicados, sea en altura o en terrenos agrestes. Su constancia y disciplina fueron recompensados a sus 23 años, cuando una llamada de parte del ‘Rojo Matador’ le dio otro rumbo a su historia.
“Estaba jugando Copa Perú y mi entrenador era Ernesto Aguirre. Entonces él, como tiene una amistad con el ‘profe’ Valencia y con ‘Pellejo’ Cordero, les habló de mí, pues estaban buscando un ‘10’. Se dio la posibilidad que me vean y me hagan una prueba. Pude ir a Huancayo cuatro días y desde entonces me dieron la chance para quedarme”, detalla Marcos.
Su experiencia en el Fútbol Macho le dio grandes habilidades en el amague, la recuperación de balón, los dribles, pero habían otros aspectos que se debía pulir: “Cuando pasé para Sport Huancayo, pensé que no iba a jugar, porque entrenaba aparte y yo no entendía en ese momento. Después -analizándolo bien- era que me estaban llevando de a pocos, que me ponían bien físicamente”. Lo que es el tiempo: lo prepararon tan bien que cinco años después, aparece otra vez en la pizarra de Wilmar Valencia.
Sexta Copa Sudamericana
Tras su debut con la camiseta del ‘Rojo Matador’, Marcos Lliuya no solo se volvió una pieza importante en el equipo, sino que comenzó la racha del club de mantenerse entre los ocho primeros del campeonato local, ganando así su clasificación a la Copa Sudamericana. Y pese a que Wilmer Valencia no los acompañó para la edición del 2016, el volante no desaprovechó la oportunidad.
“Estar en la Sudamericana 2016 fue muy emocionante. Cuando dan la lista y apareció mi nombre me puse muy feliz. El primer partido no lo jugué (el que fue en Venezuela), pero después me tocó jugar en Huancayo y clasificamos. Me sentí muy bien y te das cuenta en qué nivel estás y ver qué es lo que puedes dar en el campo”, reflexiona Lliuya.
Cinco años después, y pese a las oportunidades que tuvo Marcos de cambiar de piel, se vuelve a reencontrar con Wilmar Valencia en la Copa Sudamericana. Ahora, el desafío que tiene el ‘Rojo Matador’ no es sencillo. En la Liga 1, por ejemplo, se encuentran en el tercer puesto del Grupo B, con dos victorias y una derrota. Y en la Copa Sudamericana 2021 tendrán como rivales a Corinthians de Brasil, River Plate de Paraguay y un equipo más, que se conocerá al término de la próxima ronda de la Copa Libertadores. Un nuevo reto para Marcos Lliuya. Una nueva oportunidad para impresionar a Wilmar Valencia, como hace cinco años... cuando empezó todo.
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