Melgar ha sido catalogado como un ‘club modelo’, tras su heroica campaña 2022. Su destacada participación en la Liga 1, llegando a disputar la final, así como el haber quedado entre los cuatro mejores equipos de la Copa Sudamericana, ha hecho que sean reconocidos, tanto a nivel nacional como internacional. Gran parte de este éxito fue gracias al trabajo de Néstor Lorenzo, quien sentó las bases del equipo para que siga creciendo, esta vez, bajo la directo del estratega argentino Pablo Lavallén. Tal vez sean personas diferentes y con distintas visiones de la vida, pero algo es seguro: ambos saben lo que es trabajar duro y sin dejar de lado sus convicciones, las mismas que hoy comparten con sus jugadores.
Para este 2023, el cuadro rojinegro tiene dos metas claras: campeonar en el torneo local y pelear por lo alto en certámenes internacionales. La huella que dejó el año pasado ha servido para aprender lecciones importantes, tal y como confesó el propio estratega argentino para Depor, pues consideró que solo queda seguir elevando la vara que ya dejó alta, tras su buen 2022.
Nuevo año, nuevos retos. ¿Cómo va el trabajo con el plantel para esta temporada?
El trabajo va muy bien. Hicimos la parte más fuerte desde el 15 de diciembre, que nos pudimos concentrar y pudimos entrenar en dobles turnos. Esa es la base de todo el trabajo físico que seguramente a lo largo de este año 2023 nos va a sustentar. La experiencia del año anterior, en el cual agarramos el equipo en el segundo semestre, nos marca que las pretemporadas deben ser fuertes y duras, porque el equipo terminó jugando 54 o 55 partidos en un año y eso es muchísimo. Este año sabemos que tenemos esa doble competición, especialmente, en el primer semestre, la Liga 1 y la Copa Libertadores, que para nosotros es todo un desafío, porque vamos a enfrentar a equipos de mayor nivel, al que enfrentamos en Sudamericana y eso hace que nosotros subamos la exigencia, también.
¿Cómo ha sido el trabajo, desde la parte psicológica, tras el cierre del 2022?
Se trabaja de la misma manera, teniendo en cuenta de que más allá de quedar eliminado s de la Sudamericana con Independiente del Valle, en semifinales, después fue el campeón, y el tema de no haber podido ganar la final en Matute, lógicamente lo único que hace es ratificar de que el equipo ha subido la vara en el rendimiento. Por primera vez se llegó a una semifinal en un torneo internacional y después de casi seis años el equipo volvía a jugar una final del campeonato local. Entonces, más allá de la decepción de no poder avanzar en ninguno de los dos torneos y llegar al objetivo, que es siempre campeonar, uno entiende que el recorrido va por buen camino.
Nosotros tenemos a nuestro psicólogo deportivo, que es Marcelo Roffé, argentino y que ya está trabajando con el equipo desde hace más de un año. Con él atacamos todo este tipo de situaciones, para salir rápido de la frustración que significa quedar eliminados de un torneo y poner el objetivo rápido en lo que viene por delante. De esa forma afrontamos este 2023 y seguramente, en los próximos días, tendremos algún contacto con Marcelo y estableceremos los objetivos para este semestre. A partir de allí trabajar permanentemente, como comando técnico, tratar de mantenerlos motivados a los futbolistas, sabiendo que vamos a tener desafíos importantes y que vamos a necesitar la mejor versión de ellos.
Melgar retorna a la Copa Libertadores después de cuatro años, ¿qué metas se ha trazado el equipo y qué metas se ha propuesto usted como entrenador?
Las metas tienen que ver con superar lo hecho el año pasado. Lógicamente, cuando uno entra a competir a un torneo, quiere lo que quieren todos los participantes, que es campeonar, pero somos conscientes de que estamos participando en el torneo más prestigioso de América, donde juegan los mejores equipos, los que han sido campeones, los que han tenido el mejor año en sus ligas, así que vamos a enfrentar a clubes muy poderosos y quizá nosotros seamos vistos, por los demás, como rivales más accesibles, algo que debemos utilizarlo como una herramienta a nuestro favor. El hecho de que no somos asiduos participantes de la Copa Libertadores, muchas veces pueda ser que los rivales no nos miren con tanto detalle, como pasó en la Sudamericana, donde pudimos ir avanzando y siendo un poco la ‘sorpresa’ del torneo. Aspiramos a pasar la zona de grupos y después en los cruces mano a mano ver cuál es la suerte de los equipos que nos tocará enfrentar. Estamos con muchas ganas, creemos que podemos hacer una buena Copa, sin descuidar el torneo local.
¿Qué opina sobre el conflicto que hay por los derechos de televisión? ¿De qué manera esta controversia puede afectar a lo deportivo ante la posibilidad de un nuevo retraso de inicio?
Es un tema que lo manejan las dirigencias de los clubes. La verdad tratamos de estar un poco apartados de este tipo de decisiones, nosotros simplemente hemos trabajado como para empezar el torneo este 21 de enero. No sabemos si va a arrancar en esa fecha o no, porque todavía siguen los conflictos. Sé que hay compromisos firmados por algunos equipos y que eso tendría que respetarse, pero eso ya es un tema un poco más dirigencial que deportivo. Nos queda estar preparados para que, cuando se arreglen las cosas, podamos estar disponibles para iniciar el campeonato, sea el 21, el 28 o en el momento que se defina ello.
¿Qué ha significado para usted llegar al fútbol peruano? ¿Alguna vez se lo imaginó?
Cuando uno empieza a trabajar en esta profesión, suele imaginar algún tipo de escenario, donde le pueda tocar dirigir. Nunca he estado cerrado a salir de mi país, en mi carrera de entrenador, me ha pasado, de que salga la posibilidad de venir a Perú y, sobre todo, más que elegir países, lo que nosotros tratamos de evaluar, a la hora decidir una propuesta de trabajo, es el proyecto deportivo, que tiene el club, mirar si es un club en crecimiento.
A partir de ese análisis, que muchas veces hacemos antes de tomar una propuesta de trabajo, vimos que Melgar era un proyecto muy interesante, que se está afianzando y se está haciendo más sólido en el fútbol peruano, y que viene participando, con bastante frecuencia, en los torneos internacionales, así que lo vimos como un lindo desafíos y estamos muy contentos. Hemos encontrado un club muy serio, lógicamente con algunas limitaciones, como tienen la mayoría de los clubes alrededor del mundo, pero con ganas de progresar, de crecer y, desde lo deportivo, de levantar la vara y la exigencia, a los futbolistas y al cuerpo técnico, y así mostrar en cada partido una versión mejor al partido anterior.
Ese tipo de desafíos son los que todos los entrenadores queremos, Melgar es un modelo de club, dentro de lo que es el fútbol peruano, y nosotros estamos muy contentos y agradecidos a la directiva de poder continuar con este proceso, que arrancó Juan Reynoso y que continuó Néstor Lorenzo, últimamente. Estar en esa carpeta de entrenadores, que hace de que el equipo siga creciendo, es un orgullo.
¿Cómo ha sido trabajar en Melgar? ¿Qué pros y contras has encontrado?
Yo creo que puntos fuertes hay varios y tiene que ver con lo que la dirigencia ha querido construir, no solo a nivel de institucional, también deportivo. Creo que han encontrado futbolistas con un liderazgo positivo, con ese ADN de querer superarse, mejorar y creo que hoy lo más fuerte que tiene Melgar es esa unidad en sus futbolistas en su grupo, hablamos muchas veces de ser como una familia y creo que ese es uno de sus puntos fuertes.
Sin lugar a dudas, es el plantel con el que más cómodo he trabajado, a lo largo de mi carrera, por la predisposición que hay, por el esfuerzo que veo, por la seriedad, como que hay muchas cosa que están alineadas y por eso el equipo año tras año va subiendo escalones y va mejorando su performance, en lo nacional e internacional; tiene que ver con el tipo de persona con el que cuenta Melgar en su plantel, que es muy buena.
Más allá de eso, tratar nosotros, desde la parte técnica y estratégica, darle herramientas, se busca mucho, por parte de la directiva, jugadores que tengan buenas condiciones técnicas, pero que también sean personas de bien, inteligentes, que tengan ese deseo de progresar, de aprender y creo que esa es una de las fortalezas que tiene este equipo en la gestión actual.
¿Cómo la pasó, tras la eliminación de la Sudamericana? ¿Está esa espina aún?
Lógicamente el perder la oportunidad de disputar una final de un torneo, que es un poco el objetivo primario. Todos queremos ser campeones, pero para serlo hay que estar en la final y allí solo llegan dos y seguramente son los mejores o los más efectivos, a la hora de disputar los partidos. Nosotros no pudimos tener esa posibilidad en la Copa Sudamericana.
Nos dolió, porque habíamos hecho un gran esfuerzo y porque habíamos hecho un gran desgaste, que después nos terminó pasando factura en la liga local, pero somos conscientes de que terminado las participaciones en cada uno de los campeonatos, hay que darle vuelta a la página. Previamente, hacemos una evaluación interna, como comando técnico y también con los futbolistas, pero ya no nos podemos seguir lamentando.
El fútbol es un deporte de actualidad permanente y uno no se puede quedar estancado, una vez que terminan los 90 minutos el resultado es el que es y uno lo tiene que asumir, se tiene que seguir dando pasos hacia adelante. Como toda eliminación dolió, también porque creímos de que, más allá de cómo se dio la eliminación y el resultado en las dos semifinales, no fue tanta la diferencia desde dentro de la cancha.
Pude hablar con el entrenador de Independiente del Valle, cuando salió campeón, y él me confesó que la semifinal con Melgar fue de los dos partidos más difíciles que le tocó enfrentar en la Copa, aún más difícil que la final, porque nosotros los pusimos en aprietos, pero los partidos se definen muchas veces por la efectividad de un equipo frente al arco, pero eso a mí me dejó tranquilo, porque me dio la pauta de que estamos por el camino correcto y que el fútbol muchas veces tiene esas circunstancias, donde un acierto hace que se te abran las posibilidades y cuando ese acierto es del rival, tus chances decreten.
¿En algún momento pensó que no hallaba el eje de juego en Melgar? ¿Cuál fue el punto de quiebre para que el equipo tome un segundo aire con usted?
En realidad, lo que encontramos fue un plantel muy comprometido y en ningún momento tuvo la impresión de que no había una luz al final del túnel. Nos tocó perder en la segunda fecha con Sporting Cristal, un partido que -viéndolo repetidas veces- no merecimos perder, pero ya digo que el fútbol no es de merecimientos, sino de efectividad. Lógicamente, con la eliminación de la Copa viene esa carga emocional, en al cual uno está decepcionado, más allá de que uno intente poner la mejor predisposición, es un golpe que a veces cuesta asimilar y coincidió con una carga de partidos muy importante, que incluso teníamos suspendidos en la liga y que allí sacamos un par de resultados que nos golpearon, como fue ese empate con Cienciano en Cusco en uno o dos minutos, después de ganarles 2-0.
No importa si el último o el anterior partido lo perdimos, en realidad, habíamos conseguido el objetivo de llegar hasta el final de la competición, donde solo habían tres equipos que disputaban el título y uno éramos nosotros, por lo que debíamos creer en lo que habíamos hecho y lo que habíamos transitado. Allí el equipo tuvo esa madurez para dar vuelta a la página y ver la posibilidad, no la negatividad de tener que jugar una semifinal, y creo que eso les cambió la cabeza.
En la final se hizo un buen partido en Arequipa, pero allí ya se empezó a notar, aún de local, que el equipo le faltaba un poquito más de energía, porque pudo haber terminado tranquilamente 2-0 y no nos alcanzó y el último fue un duelo muy mezquino, por parte de los dos. Nosotros más diezmados desde lo físico, ellos encontrando las oportunidades, finalmente, no se pudo lograr el objetivo de campeonar, pero somos conscientes de que tenemos con qué, de que esa participación en la Liga 1 y en la Sudamericana no trazaron también una línea a superar, así que los objetivos para este nuevo año seguramente es ir por todo.
¿En algún momento le vino a la mente evaluar otros escenarios? ¿Cuánto influyó tener el respaldo de un club como Melgar?
Siempre tuve el respaldo de la directiva, al menos nosotros como comando técnico lo sentimos así. Cuando un club empieza a ganar, la gente se entusiasma y se vuelve cada vez más exigente y muchas veces lo único que quiere el aficionado son más victorias, pero para ello hay un esfuerzo desde lo físico y psicológico. Los jugadores son personas, no son máquinas y a veces los golpes o las inseguridades en algunos tramos de los partidos como que los incomoda o no los pone en una situación de confianza, como cuando las cosas vienen bien.
Somos conscientes de que el equipo está capacitado, como para volver a repetir una campaña como la del año pasado. Creemos que también hemos podido incorporar futbolistas en sectores de la cancha que quizá pensamos que necesitamos un poquito más, donde no teníamos tanto recambio y eso nos ayuda a nosotros a prepararnos para lo que se viene, sabiendo que lo que vivimos en el 2022 fue exigente y que quizá no tuvimos alguna herramienta determinada, como para poder intercambiar en algún puesto y eso hace que no se tenga tantas variantes.
Pablo Magnín. ¿Será el recambio de Bernardo Cuesta o será con quien haga dupla en el campo?
Lógicamente, cuando uno trae futbolistas, que tienen la capacidad goleadora, como la que tiene Pablo, está seguramente para sumarla a la que ya tenemos en la cancha, con Bernardo Cuesta y con Luis Iberico, posiblemente se darán escenarios donde podamos tener a los tres en campo, a vece dos de ellos o uno, eso no lo podremos saber porque el nivel que muestren cada uno de los futbolistas, no solo en la delantera, también en la defensa o el mediocampo, el nivel actual de ellos hace que impongan su titularidad.
Siempre hablamos de este tema con el plantel, que nadie saca a un jugador que haga dos o tres goles o uno que defiende y no pierda ningún duelo, al contrario, lo que hagan dentro del campo los mantiene o hace que el entrenador vaya buscando otras variantes y nosotros trajimos a Pablo Magnín, a Jhamir D’Arrigo, para que sumen más goles a los que ya coloca Bernardo y ‘Lucho’. Seguramente, habrá un momento en los que veamos a todos en cancha, cuando los necesitemos. Así que no es el reemplazar piezas, sino el sumarlas y en los desafíos que vamos a tener, especialmente en la Copa Libertadores, vamos a necesitar un buen caudal de goles y muchas veces los vamos a ver a muchos de ellos en el campo.
La posibilidad de que lleguen jugadores de selección, como Christian Cueva o Carlos Zambrano, ¿crees que mejorará el nivel de competencia o solo hace que la liga sea más atractiva, comercialmente hablando?
Las dos cosas. Cuando uno incorpora jugadores de jerarquía, que seguramente van a mejorar los equipos, mejoran los funcionamientos de los planteles y también el atractivo para ver la liga y venderla. Todo eso, bienvenido sea, jugadores de selección que vuelvan a jugar en Perú y buenos extranjeros de buen nivel, que vengan de Brasil, Uruguay, Argentina o del lugar que sea, a nutrir el fútbol peruano. Eso hace que nosotros, como entrenadores, tengamos un desafío mayor de enfrentar a jugadores de más jerarquía en el campo, a través de estrategias y de formas que nosotros buscamos, para equiparar esa balanza.
Desde su experiencia en menores con River Plate, ¿se va por buen camino con el proyecto de menores? ¿Qué falta para que los chicos puedan llegar a ser talentos exportados?
Yo creo que se va por buen camino, todo lo que tiene que ver con la formación del fútbol juvenil, de la mano de Marco Valencia, es un total acierto por parte de la directiva. Lógicamente, faltan cosas en el Perú. Yo vengo de un país donde la captación de futbolistas empieza desde muy temprano, hay visores que recorren para los clubes todas las provincias del país, hay una estructura mucho más desarrollada, y en ese aspecto Perú necesita mejorar los clubes, porque por allí vemos algunas instituciones que compiten en la máxima categoría y no tienen divisiones menores desarrolladas e intentan captar futbolistas profesionales que puedan conseguir de otros equipos o de la segunda división.
Yo creo que para mejorar el fútbol peruano y que podamos ver a jugadores que salgan al exterior al jugar, necesitamos desarrollar una estructura de divisiones juveniles, mucho más potente, por parte de la mayoría de los clubes. En Argentina, por ejemplo, hace muchos años se le exigía a todos los clubes de Primera tener cierta cantidad de categorías de menores y si no las tenías armadas no te permitían competir. En ese aspecto, Perú tiene que tratar de generar mayor inversión y recibir el apoyo de la Federación, porque el negocio es para todos, el sacar futbolistas peruanos de nivel que puedan ser vendidos al exterior, no solo en América, sino en Europa, jerarquiza el producto, el fútbol peruano y es más vendible; todos ganan. Es un plan que no es fácil, que lleva tiempo, pero sin duda los países que han podido desarrollar esta estructura son los que han podido salir adelante y tienen futbolistas competitivos jugando alrededor del mundo.
La nacionalización de jugadores permite la llegada de nuevos elementos extranjeros al equipo, ¿tiene previsto hacer algunas llamadas adicionales?
Estamos intentando de que salga lo más rápido posible la nacionalización de Bernardo y de Cristian Bordacahar. Evidentemente, todo este conflicto que ha tenido Perú en estos últimos meses ha hecho que muchas personas en puestos en a secretaría del Deporte vayan cambiando y parece que los trámites requieren más esfuerzo. De todas maneras, estamos haciendo todo el esfuerzo con la directiva para esos trámites se puedan realizar lo más rápido posible, porque eso seguramente nos va a abrir un cupo extranjero más. […] Estamos abiertos a que esa situación pueda resolverse lo más rápido posible, para que nosotros podamos tener la chance de incorporar a otro futbolista.
¿Qué expectativas hay por los amistosos que tendrá Melgar, especialmente, contra Deportivo Pasto por la ‘Tarde Rojinegra’?
En los partidos de pretemporada, uno lo que busca es que los futbolistas, cada uno, vayan encontrando su mejor nivel, que el equipo vaya encontrando las formas de jugar, más allá de que la mayoría ya nos conoce hace más de seis meses y creo que hemos encontrado una forma determinada de jugar, incluyendo los que han llegado y los que se han incorporado, luego de un periodo de préstamo, se han familiarizado con la forma y estos partidos amistosos sirven para eso. En esta etapa precompetitiva, uno lo que quiere es tratar de llegar lo mejor posible al torneo local y desarrollarnos de la mejor manera en el campeonato para estar de la mejor forma, cuando nos toque la Copa Libertadores. Seguramente, estos partidos nos servirán a nosotros, como cuerpo técnico, para ver quiénes están en su mejor momento, qué jugadores tienen que ajustar algunas cositas.
Hasta el momento, ¿qué lecciones y qué anécdotas le ha dejado su estancia en Melgar?
Yo creo que he aprendido mucho, porque cuando uno convive con un buen grupo de futbolistas y con gente seria en la directiva, también en lo único que piensa es en tratar de ayudar a conseguir el objetivo general. Considero que, la comodidad que nosotros sentimos por trabajar en Melgar, hemos aprendido a escuchar a los futbolistas, a muchas veces poder evaluar algunos consejos, algunas cosas que podemos recabar de la directiva, de los jugadores, de los colaboradores. Eso es muy bueno y muy saludable, sobre todo, cuando te toca trabajar en otro país, del cual no sos originario, poder tener ese tipo de ayuda, esos consejos, de lo que nos vamos a encontrar, de cómo son los campos, de cuál es la dificultad de jugar en altura, de cuál es la dificultad de jugar en determinado campo de juego. Esos datos nos sirven y creo que eso es algo que nosotros hemos aprendido a valorar, como cuerpo técnico, esa ayuda que hace que el camino sea más fácil.
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