El destino futbolístico de Jorge Fossati siempre estuvo cerca de Universitario de Deportes. Es más, hasta conoció del club crema a través de un colega y amigo, Sergio Markarián, quien le propuso ser parte de su cuerpo técnico en su primer desafío en el fútbol peruano, año 1993. “Me enseñaba fotos del club, del estadio”, reveló el exentrenador de las selecciones de Uruguay y Catar, quien agradeció al ‘Mago’ la oferta laboral, pero optó por forjar su propio camino como entrenador, en River Plate de Uruguay, el equipo del que fue hincha su padre. Hace un año, nuevamente su nombre empezó a sonar, tras la partida de otro compatriota: Gregorio Pérez, quien partió por problemas de salud en plena pandemia. Sin embargo, el destino los separó nuevamente de Universitario. Tenía contrato vigente con Danubio, el que respetó. Ahora, con 70 años, y con la misma llama encendida por continuar compartiendo su pasión como entrenador, el excampeón con LDU de Quito de la Copa Sudamericana, en el año 2009, aceptó el reto número trece en su amplia carrera como técnico: Universitario de Deportes. En charla con Depor, Jorge Fossati habló sobre su devoción por la fe católica que se inició a través de su madre, el inusual sistema de trabajo (3-5-2), la credibilidad en su trabajo, la actualidad del equipo crema, el próximo rival en la Copa Sudamericana y la realidad del fútbol peruano.
¿Su devoción por la fe católica nació por su madre, pero cómo se fortaleció con los años?
Mi casa era católica y ferviente devota de la Virgen, era mi madre y también coincidió que a la vuelta de mi casa había un colegio católico para niños y adolescentes del barrio. (Era) ir a jugar bajo el control de adultos, y te iban inculcando la fe. Ese fue el entorno en el que me crie, más allá que no sea un ejemplo de nada, pero sí soy católico por fe, creo firmemente en la palabra de Dios y en lo que se transmite. Lamentablemente no soy todo lo bueno que pudiera ser.
Su fe la transmite en sus grupos de trabajo, en su otra pasión, el fútbol...
Estoy en un país fervientemente católico, muy parecido a Ecuador, y eso incluye también al futbolista. En otros lugares de alguna manera uno trata de ser el que lleva la fe adentro del plantel, provocar una oración antes de salir a la cancha, acá lo entendí al revés. Yo soy invitado y lo hago feliz de participar de la fe que tienen los jugadores. No me cambia en nada, y al revés, me hace sentir mucho más cómodo el estar dirigiendo a Universitario. Me he expresado en todos lados, inclusive en el Golfo, en un país musulmán, y nunca tuve un problema, y lo hice con respeto. Si nosotros creemos que hay un solo Dios, que es el Dios de los musulmanes, de los judíos, hay uno solo, y la persona de fe no importa a través de qué religión busca y consigue el mismo destino, que es la vida eterna junto a Dios. No creo que Dios haga excepciones si naciste en casa musulmana, judía o católica, lo que importa es que hayas sido una buena persona en tu vida.
A través de su fe en su pasión, que es el fútbol, transmite confianza en sus jugadores, los mismos personajes lo expresan cada vez que tienen un micrófono delante...
Trato de expresarle lo que he ido recorriendo en mi extensa carrera en el fútbol. Aprendí de muchos técnicos que tuve en veinte años. Después, también fui aprendiendo de los jugadores, de la gente que me rodea, de algún periodista sabio que me he encontrado en mi carrera, dirigentes, en fin, Dios te va poniendo gente en tu camino, igual el tema es tuyo de discernir si tienen claro el camino por el que quieres seguir. Eso le voy tratando de transmitir a los muchachos, no desde el lugar de maestro de nada, sino simplemente de expediente, por veterano, no solo pasaron años, viví muchísimas cosas en el fútbol, y en distintas culturas. Entonces, conozco la justicia, injusticia, he sentido y visto la corrupción muy de cerca. Uno va tratando de recorrer la vida con la tranquilidad y el orgullo que mañana llames a un jugador que dirigí y no te salga hablando de lo mal que yo me porté. Yo no te pedí que llames (Néicer Reasco y Darío Silva), lo elegiste tú, y eso para mí es el mayor título que uno puede tener solo que no tiene medallas. Gracias a Dios tengo en mi casa un montón de medallas, pero los títulos más grandes no tienen medallas, y uno es eso. Que mañana me cruce con un jugador que dirigí en Universitario y no tenga que cruzar la calle porque me de vergüenza mirarlo a la cara porque me porté mal, saber que cometí equivocaciones, seguro, pero no con mala intención, injusticias, sé lo que se sufre. Si yo no me aparté de los que estaban de ese lado, cómo voy a hacerlo con mis jugadores.
Usted goza de vigencia interrumpida, pero también de credibilidad a través de su trabajo...
No me dejan descansar. Gracias a Dios no hemos parado. En tanto lugares que estuve, recuerdo en Emiratos Árabes, en uno de los equipos más grandes que dirigí en el Golfo, me sacaron. Ni siquiera debuté en el campeonato. El motivo fue cuando los managers del equipo entendieron que por más que presionaban no me iban a hacer cambiar (él y cuerpo técnico), la forma de ver las cosas. Si yo creo que tienes que jugar tú, y viene el mánager diciendo que tiene que jugar otro, si yo pongo al otro, eso es hacer desde mi humilde punto de vista mal uso de la profesión. Si yo estoy convencido que tiene que jugador un futbolista, y tú otro, por negocio; no es un problema tuyo. Yo no voy a poner un jugador porque me lo impongan, y por esa razón me sacaron. Se dieron cuenta que no me cambiaban, me sacaron, y nos fuimos con cabecita levantada. Después, en todos estos años, nosotros hemos tomado la decisión. Como pasó con el último equipo que estuvimos, donde conseguimos un par de desafíos muy grandes, pero me quedé sin energías por otras cosas que pasan en el fútbol. Tocó hacer una pausa, y con la misma sinceridad se lo comuniqué al presidente. También influye cómo somos, me podría tomar un año sabático, podría retirarme si quiero, pero tengo un cuerpo técnico de primera como profesionales y personas, que me llenan de energía. Ellos tienen un montón de años en el fútbol, han ganado un montón de cosas, pero siguen con la misma pasión por el fútbol, es lo que me pasa a mí, el día que no sienta eso, me tendré que quedar en mi casa.
Para muchos resultó novedoso e inusual su sistema de juego (3-5-2)...
Por más que el técnico sepa mucho, que no es mi caso, si no hay unas buenas ganas implícita de adaptación con el jugador, si no hay credibilidad por parte del jugador, no cambia. O al revés, puedo tener grandes jugadores, pero yo no saberlo transmitir. Acá el jugador se puso a la orden, en ningún momento me plantearon dudas, sino certezas. Por eso me animé, fue una locura hacerlo en tres días. Es el sistema madre que uso, hace años, fui bastante criticado en los comienzos. Éramos tres a cuatro locos en Sudamericana que planteábamos el sistema, después en Europa no lo usaba nadie por más que este sistema tuvo origen en Holanda. Éramos los locos, estábamos equivocados, o éramos unos adelantados. Uno tiene que transmitir, y para mí si no estás convencido, no vas a convencer nunca. Uno tiene que transmitir con convicción. Si te ven que dudas, también van a desconfiar.
Este lunes se definirá el rival de Universitario en la Copa Sudamericana. Hay posibilidades de que se enfrente a dos clubes que dejó huella: Peñarol y LDU...
El propio Danubio, también, aunque no pueden estar dos clubes de un mismo país en el grupo, pero esta es una Sudamericana un poco atípica. Si no me equivoco es una Sudamericana con fase de grupos, yo jugué varias Copa Libertadores con este sistema de Sudamericana de hoy, y hoy mucha gente opina que yo gané con Inter de Porto Alegre la Libertadores, ya que yo dirigí diez de los catorce partidos. No me gusta eludir preguntas, pero soy de pensar en el partido que viene, en ese me meto de cabeza. Es el convencimiento que tengo después de un montón de años. De nada vale pensar en lo que viene, este es el más importante por jugar. Ya llegará la Sudamericana, el sorteo, allí veremos con quién toca y comenzaremos a estudiar los rivales. Esto es permanente, como cuerpo técnico, más allá de lo que podemos prevenir de lo que se viene en la semana.
Pese al poco tiempo que tiene dirigiendo en el fútbol peruano, ¿qué opina de la Liga1 y del nivel futbolístico de la selección peruana?
Con todo cariño y respeto, y pretendiendo que sea un aporte, jamás una crítica, quién soy para criticar un fútbol que recién estoy conociendo desde adentro. Primero, me sorprende que el futuro del fútbol peruano está parado. Estamos en marzo y todavía no arrancaron las divisiones formativas. ¿Qué me tendría que importar a mí? Un aporte que trato de hacer al fútbol peruano, yo no me beneficio con nada. Hay que poner mucha atención. Yo sé que eso empezó con la pandemia, el lío, pero la pandemia ya pasó hace rato. No olvidarse que ahí está el futuro. Si el futbolista no llega bien trabajado a primera división, después es mucho más difícil corregirlo, como en cualquier orden de la vida. Cuando más temprano aprendas, será más fácil. Después, hay equipos que se han quedado con un par de partido menos que el resto, habría que corregirlo a la brevedad. ¿Cómo miras la tabla hoy? Tienes que ser un matemático para analizar todas las combinaciones posibles. Ya es bastante con un equipo que descansa, no estaría bueno que esos partidos se dejaran para el final, sino con qué jugarían. Insisto con toda humildad tratando de aportar desde la experiencia y nada más, yo no soy el maestro.
Gregorio Pérez fue el primer personaje que saludó su contratación en Universitario. Le adelantó lo que era el universo crema...
Fue con uno de los que hablé ahora, pero en el año 93 con Sergio Markarián, yo empezaba a trabajar como entrenador en River Plate de Uruguay, y Sergio me dice que él se venía a Universitario, al fútbol peruano. Recuerdo que me van a buscar a mi casa (directivos de River Plate) para que esté un mes con Sergio y después continuara al mando del plantel. Desde que se vino Sergio a Universitario me mandaba fotos, y cuando venía a Uruguay de vacaciones, me llevaba libros de Universitario, fotos del estadio, y es que todo lo de Universitario tiene marca uruguaya. ¿Quién construyó el estadio? Fue un arquitecto uruguayo. Sergio me quería convencer de que vaya a trabajar con él, pero me había comprometido con River. Desde aquel momento empecé a conocer a Universitario por dentro, después con la venida de Gregorio Pérez, Adinolfi, y todos los que me hablaron muy bien. Seguro me olvido de uno, pero todo lo comprobé una vez que vine a Universitario. Es un club grande de verdad, que ha pasado por situaciones muy complejas, pero está tratando de resolver de la mejor manera. El capital más grande que tiene el club no es el técnico, los jugadores, los sponsors, el capital más grande es la hinchada que le da para llenar este estadio (Monumental) y diez estadios más iguales, en el mismo momento, día y hora, lo sentí cuando fuimos a Cusco. Sabíamos quién era local. Sería extraordinario para Universitario que llegara a ver una empatía real entre la gente y el equipo, y para mí, empatía real es que no pase por momentos, no es si la pelota está de un lado u otro. Si Universitario consiguiera eso se haría una fuerza irresistible. A veces esa enorme fuerza puede convertirse en presión, en hacer sentir mal, el futbolista quiera dar lo mejor, si logramos eso conmigo o en el futuro, será difícil de parar este monstruo.
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