No es coincidencia que los dos técnicos que todavía compiten a nivel internacional y representan al Perú sean aquellos con mayor experiencia para esta clase de torneos. Jorge Fossati y Tiago Nunes son entrenadores referentes cortados por la misma tijera: tiene un CV amplio y bien argumentado, dirigen a equipos grandes como Universitario de Deportes y Sporting Cristal, son campeones de ediciones anteriores de la Copa Sudamericana y simbolizan la decencia que nos hace falta en la Liga 1 Betsson. Pero, sin apreciarlo, también enfrentan desde sus lugares un desafío aparentemente imposible: convertirse en administradores de la pobreza de nuestro fútbol para trascender en el exterior.
Fossati y Nunes son técnicos cuya mejor carta de presentación es la experiencia y a partir de allí han intentado construir un proceso exitoso en Universitario y Cristal, respectivamente. El uruguayo, por ejemplo, llegó a Ate cuando el barco se hundía y cambió las reglas de juego para salir a flote. Conversó con los jugadores, los convenció con su discurso y sacó lo mejor de cada uno para convertir a la ‘U’ en protagonista. Ese background que le dan los años dedicados al fútbol facilitó las cosas, el equipo repuntó en el torneo local y dio pelea en la fase de grupos de la Sudamericana. No obstante, cuando se esperó un golpe de jerarquía ante Corinthians en los playoffs de octavos de final, esa competitividad brilló por su ausencia y la historia tuvo el final de siempre: derrota por 1-0, sin argumentos para convencer y sin esa sensación de tranquilidad por haber hecho un buen partido.
- Así le fue a Jorge Fossati este año en la Sudamericana
Triunfos | Empates | Derrotas | Puntos conseguidos | Efectividad |
---|---|---|---|---|
4 | 1 | 3 | 13 | 54.16% |
- Así le fue a Tiago Nunes este año en Libertadores y Sudamericana
Triunfos | Empates | Derrotas | Puntos conseguidos | Efectividad |
---|---|---|---|---|
4 | 3 | 4 | 15 | 45.45% |
Algo parecido pasa con Nunes, porque el brasileño también posee ese respaldo que le dan los años de experiencia como entrenador. Fue campeón de la Sudamericana con Athletico Paranaense en 2018 y llegó a Cristal para lograr la hazaña internacional que les fue esquiva en la Copa Libertadores 1997. Aplicó intensidad y físico como base de su trabajo, y construyó un equipo -más allá del impasse con los jugadores en su momento- que supo competir en la fase de grupos del máximo torneo internacional. Ahora, cuando se esperó ese golpe de jerarquía ante Emelec, cayó derrotado en Lima y complicó sus opciones de avanzar a los octavos de final de la Sudamericana. Pero su propuesta de juego está, su discurso también llegó a los jugadores y su capacidad para sacar lo mejor de su equipo también.
Es indudable que esa experiencia de parte del comando técnico para disputar torneos internacionales sirve y pesa. Por algo ambos continúan en competencia en la Sudamericana; pero sirve poco contra la realidad de nuestro fútbol. La experiencia por sí sola es un intento insuficiente de hacer una buena obra y fallar, un hecho aislado que quedará como otra anécdota romancista para alimentar el debate, un salto al vacío que morirá al tocar el piso. Porque no basta con saber más para cambiar las cosas, sino convertirse en un administrador de recursos para hacer mucho con poco, en un mago que saca oro del sombrero en medio de nuestra pobreza futbolística, como lo hizo Ricardo Gareca con la selección peruana camino a Rusia 2018. Y allí, Fossati y Nunes están lejos de serlo, sobre todo cuando la prueba de fuego que significa avanzar en la Copa Sudamericana dejó más dudas que certezas.
Más allá del plantel que tienen -con jugadores de la talla de Ignacio, Brenner y Yotún en Cristal, o con Di Benedetto, Ureña y Flores en Universitario- y del conocimiento adquirido durante años, se necesita gestionar los recursos que están alrededor para potenciar un plantel más allá de lo que ya vienen demostrando. Por eso, el trabajo que hizo Gareca en la bicolor es casi un imposible. El ‘Tigre’ puso sobre la mesa todo lo que tenía en su almacén y armó un equipo que pudo competir. A su experiencia como técnico le sumó esa faceta de administrador de talento, incluso con las limitaciones que tenía por delante y la calidad de los rivales que enfrentó. El argentino construyó su propio camino, entendió la idiosincracia del jugador peruano, de las carencias y necesidades en las que se forma como profesional, y pudo alcanzar el éxito.
Y ese camino deberían recorrer Fossati y Nunes desde Universitario y Cristal, respectivamente, usando su experiencia como base y tratando de sacar lo mejor de su repertorio para trascender. Para nadie es un secreto que competir internacionalmente es un desafío difícil, pero mucho más lo es saber administrar los recursos que hay al alcance para conseguir los objetivos deportivos. Si logran eso, serán héroes inmortales y quedarán grabados en la historia de cremas y celestes.
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