Mientras seguíamos los preparativos de la Selección Peruana para el amistoso del martes ante Costa Rica, ayer fue jornada de definiciones en el torneo de segunda. Fue un domingo intenso en Trujillo y Casa Grande, donde Carlos A. Mannucci y la Universidad César Vallejo sellaron su pase a la final, lo que asegura que Trujillo tendrá fútbol profesional en el 2019. Gran noticia para una plaza histórica del fútbol peruano.
Como en otros años, el campeón de la Segunda División y el ganador de la Copa Perú ascienden a primera y jugarán la liga 2019, que esta vez contará con 18 equipos; es decir, dos más que el campeonato actual. Los dos cupos adicionales se definirán entre el segundo y tercero de la segunda y los equipos que ocupen esas mismas posiciones en la Copa Perú.
Y así como uno se alegra porque clubes de trayectoria como Cienciano y Juan Aurich siguen en carrera, también preocupa que el próximo año puedan ascender hasta tres equipos de la Copa Perú. Lamentablemente, a muchos de estos clubes –amateurs o semiprofesionales, en muchos casos– se les hace un mundo dar el salto a primera y fracasan. Todos los años nos encontramos con equipos que acaban al garete, con jugadores impagos y deudas por doquier.
No extraña por eso que hayan voces que se preguntan si los ganadores de la Copa Perú deberían ascender a primera o a segunda división. Nosotros creemos que las autoridades del fútbol deben poner el tema sobre la mesa. Como también creemos que aumentar el número de clubes en la liga 2019 restará competitividad al torneo y hará más difícil ampliar el universo de jugadores seleccionables.
Escribe: Guillermo Denegri
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