Había más de 20 metros entre la pelota y el arco en St. James Park, el histórico estadio de Newcastle. Nolberto Solano, aún con 24 años, supera la barrera y la pone en el ángulo. Los hinchas de las 'urracas' vieron una escena imborrable, un remate exquisito, imposible de detener para Peter Schmeichel, el 'Gran Danés' del Manchester United que lo había ganado todo en esos años.
"Saludos, Perú", dijo emocionado el narrador de FOX Sports, mientras gritaba el golazo. Era 1999 y el 'Maestrito', entonces nuestra carta más fina en la selección, sorprendía al equipo de Sir Alex Ferguson, David Beckham, Paul Scholes y compañía. Pero ese solo fue uno de los muchos golazos que Solano regaló en la Premier League, a donde sueña volver como entrenador.
¿Lo mejor que le puede pasar a un ex futbolista es ser DT?Seguro. Creo que es producto de que la carrera de futbolista es corta, porque no puedes jugar hasta los 60 años. Ahora tengo otro reto, desde otro lado, y tan duro como cuando fui jugador.
Tienes muchas pasiones, ¿por qué gana la del fútbol?Mi madre me cuenta que a los cinco años peloteaba todo el día. Mi papá fue taxista y, por esas cosas del destino, se cruzó un día con (el mundialista en España 82) 'Cucurucho' Rojas. "Tengo un hijo que dicen que juega", le dijo. Y así él me llevó a Alianza.
¿Sientes que tuviste suerte?Siempre hay que tener un poco de fortuna, porque así también llegué a Cristal. Cuando estaba en la selección Sub 20 entrenábamos en La Florida, y Juan Carlos Oblitas me ve casi de casualidad y se enamora de mi juego.
¿Ahí ya habías decidido que podías vivir del fútbol?Sí. La verdad, a los 14 años mi mamá me dijo: "Mira hijo, si quieres seguir en esto, debes sacrificar muchas cosas, como los fines de semana con los amigos y las chicas". Lo acepté, sin quejarme, aunque al comienzo fue duro.
¿Te costó el 'derecho de piso'?Sí, a todos nos pasa. En 1993, por ejemplo, tomé una decisión clave. Supe que no iba a jugar en Cristal, y por eso me voy a 'Muni' a préstamo. Fui la revelación y volví por la puerta grande.
Entre 1996 y 1997 te pasa de todo y peleas por todo…Tenía 22 años y, siendo honesto, no sabía que vendría todo así. Luchamos tres cosas: el 'tri' con Cristal, la Copa Libertadores y la clasificación al Mundial. Solo conseguimos lo primero y me quedé con bronca.
¿Fue un consuelo ir a Boca?En ese momento, ni lo pensaba. Recién me doy cuenta cuando piso Argentina y justo coincide con la vuelta de Maradona. Estaban Claudio Caniggia, Diego Latorre, Óscar Córdoba, el 'Patrón' Bermúdez… un equipazo.
¿Y como fue esa primera vez con Maradona?Estaba sentado en el camarín, siempre muy tímido, en una esquina. Entra el hombre y todos lo saludan. "Vos sos el peruanito, ¿no?", me dijo. "Sí, Diego, un gusto", le respondí.
Y en la cancha, ¿qué pasó?Maradona estaba practicando tiros libres con Latorre. En eso, el 'Bambino' Veira le dice: "Diego, llévalo al negrito para que practique". Yo estaba emocionado y presionado. Imáginate, tenía que ponerlas adentro, todas en la esquina.
Y ahí vino la 'chapa' con la que te recuerdan allá…Sí, porque Diego no lo podía creer y dijo: "Bambino, ¿de dónde me sacaste a este negrito? Cómo le pega a la pelota, che". Debutamos ante Argentinos, ganamos y en la conferencia me llamó 'Maestrito'. Con eso, tenía la visa para quedarme de por vida en Argentina.
¿Y por qué te vas tan rápido?Es que nunca me conformé. Era feliz en Boca, pero mi sueño era jugar la Champions y con Newcastle lo podía hacer. Entonces me fui a Inglaterra a comenzar desde cero otra vez.
¿Te costó la adaptación? ¿No te quisiste regresar?El comienzo fue duro, pero la luché. Era nuevo, nadie me conocía y solo escuchaba inglés y francés por todos lados. Jugaba poco, pero a los seis meses agarré el titularato y no lo solté más.
¿Eres una especie de 'ciudadano ilustre' allá, no?Gracias a Dios la gente aún me recuerda. Es más, como si solo hace un año hubiese dejado de jugar. Tú vas a Newcastle o cualquier parte de Inglaterra, dices Perú y te responden 'Nobby', como me llaman allá.
¿Y con el inglés no te pasó algo anecdótico?Claro, justo después de mi primer día de entrenamiento. Recuerdo que me voy a bañar y en la ducha no veo ningún grifo de agua fría o caliente. Encima, estaba yo solo en el camarín. "¿Y el agua de dónde sale?", decía. Aplaudía y hacía bulla, pensando que era automático y nada.
¿Cómo hiciste?Estaba media hora así, hasta que entró un compañero francés. No le entendía nada, pero me salvó la vida.¿Sabes cómo salía el agua? En el piso había un botón, como una bocina. Lo pisabas y listo. Siempre que le cuento la historia a mis amigos se ríen en mi cara.
¿Extrañas jugar al fútbol?Cada vez menos, la verdad. Cuando entro a YouTube a ver mis videos y enseñarle a mis hijos, ahí me da nostalgia. Pero me fue bien, fui feliz. Hasta la Premier me mandó saludos en mi último cumpleaños.
Me parece que sueñas con volver a Inglaterra…Sueño con dirigir en la Premier. Ojalá en 15 años me vuelvas a entrevistar y estemos hablando de eso con orgullo.
Por Gabriel Casimirogcasimiro@depor.pe