La Selección Peruana concluyó una nueva Copa América en la que llegó hasta la disputa por el tercer lugar. Pese a la caída con Colombia sobre la hora por el golazo de Luis Díaz, el combinado bicolor cumplió con las expectativas entendiendo el contexto en el que llegó al torneo tras un mal inicio en las clasificatorias y algunos rendimientos individuales bajos. En este sentido, la consolidación de Gianluca Lapadula ha sido la mejor noticia para los hinchas peruanos y, sobre todo, para Ricardo Gareca.
El ‘Tigre’ sumó a un delantero con una calidad indiscutible y confirmó que es un jugador que ofrece muchas soluciones para el colectivo, tanto en el área como fuera de ella. Analizamos tácticamente el aporte del nuevo goleador de la ‘Blanquirroja’ durante la reciente competición.
Gianluca Lapadula ingresó oficialmente en el universo de la Selección Peruana el 30 de octubre del año pasado, para enfrentar a Chile y Argentina en la tercera y cuarta jornada de las Clasificatorias. Su debut y su primer partido como titular llegaron en esa doble fecha, jugando media hora y un partido completo. Sin embargo, pese a acabar ambos encuentros con derrota, el impacto que tuvo el jugador del Benevento llamó la atención por su juego en base a desmarques para conectar con el equipo.
Para esta Copa América, la figura del Benevento recibió un rol principal en la delantera del equipo por las ausencias de Paolo Guerrero y Jefferson Farfán en la lista final. Dentro este papel, Gianluca respondió con creces a cada jugada con acciones que lo han nominado como una de las gratas sorpresas de la Copa. Los desmarques dentro de su inteligencia táctica son su especialidad, sumado a su buenas decisiones en los metros finales, y con ellos ha encontrado su espacio en el once titular.
Ricardo Gareca apostó por Gianluca Lapadula como su centrodelantero titular para jugar la Copa América desde el primer día. Partiendo con el 1-4-3-3 como sistema inicial y luego con algunas variantes, ‘Lapagol’ recibió un rol que se acomoda a su juego: agitando a los defensores rivales con sus desmarques, siendo opción de pase para los mediocampistas teniendo que descender unos metros y encontrándose libre en la zona de finalización para recibir.
Llegó el debut con Brasil y el rendimiento de la Selección Peruana no fue el mejor. En general, dejó muchas dudas con respecto al sistema y a su organización. El colectivo nacional fue superado por el subcampeón y, con respecto a Lapadula, no hizo un buen partido en su trabajo táctico.
El equipo no ocupó el espacio entre líneas que permitía Brasil y que podía rellenar Gianluca Lapadula mostrándose como opción de pase, pero decidió fijar a los defensores de Brasil y ejecutar movimientos adelante. Sus desmarques de apoyo aparecieron muy poco, pero dejó las primeras conexiones con Christian Cueva y André Carrillo que, a la postre, tendrían mucha incidencia en el juego elaborado peruano. Fue el peor encuentro del atacante de 31 años hasta el momento.
La reorganización de Perú y el replanteo de Gareca para los siguientes compromisos fue evidente. También en el rol de algunos jugadores y sobre todo, las transiciones del 1-4-3-3 inicial al 1-4-2-3-1 y al famoso 1-4-3-1-2 de los segundos tiempos. Así, Gianluca Lapadula comenzó a mejorar sus expectativas cuando se movió en zonas más cercanas a los volantes y, sobre todo a Cueva y Carrillo en tres cuartos del campo. Y es que el italo-peruano, cuando ejecuta desmarques de apoyo, siempre intenta dejar al compañero que va a recibir la pelota de cara al arco rival.
Es decir, además de ser opción de pase para progresar y que el equipo continúe juntando pases, sabe cómo dejar a sus compañeros en ventaja con un toque mientras él recibe de espaldas a la portería rival. Frente a Ecuador, Paraguay y Colombia, conjuntos que presionaron alto para tapar la salida de la Selección Peruana, Lapadula se mostró como ese apoyo importante que sirve para instalar al equipo en campo rival y saltar el ‘pressing’.
La zona de influencia de Gianluca Lapadula está en el área, sin ninguna duda, pero llegando antes que estando dentro. Los desplazamientos del zurdo a costa de la línea de defensores es su distintivo y como virtudes tiene la anticipación, la lectura del espacio, la velocidad y el cambio de ritmo para generar sorpresa con esta acción táctica.
El mejor ejemplo es el gol que anotó frente a Paraguay, en el partido por cuartos de final. Tras el pase de Yoshimar Yotún, el ‘Bambino’ trazó el desmarque de ruptura partiendo desde el espacio entre los dos defensores, con mucha rapidez para pasar desapercibido. Luego, se perfiló sin tocar la pelota, lo que le dio tiempo para rematar de zurda y cruzado frente al portero. Lo importante es que el jugador que intente asistirlo sepa pasar en el momento justo y hacia el espacio libre exacto. En este sentido, ‘Yoshi’ es un jugador muy preciso y con buena lectura del movimiento del compañero.
Christian Cueva también es uno de los jugadores que va entendiendo mejor cómo se mueve el atacante que pasó por las divisiones menores de la Juventus. En el tanto del descuento ante Ecuador, el ’10′ asistió a Gianluca Lapadula tras verlo desmarcado y libre en el área.
El desmarque de ruptura no solo es una acción táctica que puede dejar al delantero en una ocasión de quedar de cara al arco, también es un movimiento que puede desequilibrar al grupo de defensores rivales. El desplazamiento tipo de Lapadula también genera peligro si no va a recibir la pelota, pues el defensor que lo estará marcando lo seguirá para impedir que sea opción de pase, generando que se abra un espacio en su defensa y permitiendo que alguien más lo ocupe.
En el duelo con Colombia por las semifinales, Perú anotó uno de sus mejores goles de contraataque en la Era Gareca. Desde la jugada previa al pase largo de Sergio Peña para llegar a Cueva y luego la asistencia para Yotún. Pero en el medio está el desmarque del delantero de Benevento que abre el espacio para que ‘Yoshi’ llegue al área y pueda tener campo para terminar definiendo de zurda. Óscar Murillo fue quien marcó al ‘9’ peruano y quien tuvo que seguirlo por obligación, situación que generó el desequilibrio en la defensa colombiana para permitir la novena anotación de Perú en la Copa América.
Si no ve una oportunidad clara para rematar al arco, no tiene problemas en jugar con un compañero. En el área, Gianluca Lapadula toma la mejor decisión para que Perú llegue al gol. Su única asistencia en la Copa América fue ante Ecuador, en un gol muy parecido al que convirtió el equipo de Gareca en Quito por las Clasificatorias. Lapadula tiene interiorizada la posición del extremo derecho a perfil cambiado, demarcación en la que jugó en el inicio de su carrera en Turín y además, se acomoda a sus conducciones con el pie zurdo para trazar su recorrido de afuera hacia dentro.
En otros partidos, y no solo en situaciones de contraataque, se ubicó en el espacio entre el lateral y defensor del lado izquierdo de su rival. Ante Brasil y Paraguay se aplicó para generar desequilibrios en esa zona, fijando a sus rivales e impidiendo que puedan achicar o con la posibilidad de desmarcarse adelante y ser opción de pase.
La Copa América de Gianluca Lapadula fue su empujón final en el comienzo de su etapa como jugador de la Selección Peruana. No solo es un delantero que se siente cercano al gol y que no carga con la responsabilidad de ser el finalizador de los ataques, también tiene la predisposición de servir al juego colectivo.
Sea para ser una opción de pase para los volantes como cercano y de cara al arco rival, o para asistir cuando tiene a un compañero libre y mejor ubicado que él. Hay que tener claro que es un jugador con un perfil distinto al de Paolo Guerrero y su ingreso dependerá de lo que plantee Ricardo Gareca para batir a su rival de turno. Si pueden jugar juntos o no, dependerá de la evaluación del ‘Tigre’ en un futuro, pero el presente indica que Perú ha sumado a un jugador con una calidad que puede marcar la diferencia en lo táctico y lo técnico.
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