Su nombre es sinónimo de la historia de gloria bicolor. Su presencia en el campo era suficiente para que la Selección Peruana juegue con confianza, tanta que clasificó a tres Mundiales y ganó una Copa América. En su retiro, los hinchas lo alzaron en hombros y le rogaron que aguante un poco más. El cariño hacia un futbolista fue inigualable. Un 12 de abril de 1941, Héctor Chumpitaz llegó a este mundo para quedar eternamente en el corazón del Perú.
Con 105, Héctor Chumpitaz fue el primero en superar la centena de partidos con la camiseta bicolor. Su historia de romance con la Selección Peruana empezó el 3 de abril de 1965, con una derrota ante Paraguay en un amistoso. Treinta mil personas en el Estadio Nacional fueron los casuales testigos del inicio de un gran ciclo al mando del, en ese entonces, volante de marca. Nadie imaginó lo que vendría después.
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Como a casi todos, la historia de Héctor Chumpitaz con la Selección Peruana no tuvo un buen inicio. Nuestro representativo patrio cayó ante Uruguay en Lima y Montevideo, y no clasificó al Mundial de Inglaterra 1966. Como premio consuelo, logramos nuestro primer triunfo en procesos clasificatorios ante Venezuela. Con Didí al mando, y ya jugando de central, esperó nueve partidos para al fin celebrar con el brasileño.
Las cosas cambiaron radicalmente en agosto de 1969. Con Héctor Chumpitaz como capitán, Perú le empató a domicilio a Argentina y clasificó al Mundial de México. Su vida cambió por completo, pues pasó de ser el líder de diez futbolistas en la cancha a todo un país. Era el hombre más querido por cualquier peruano, sepa o no de fútbol.
Nunca más nadie se atrevió a sacarlo del once titular. Héctor Chumpitaz no se perdió un solo minuto en la exitosa campaña de Perú en la Copa América 1975. El defensor regresó con el trofeo en las manos y un país a sus pies. Todos querían vestir, peinarse y hasta caminar como él. Aparecía en afiches, televisión, periódicos, en todos lados. Marcos Calderón osó con quitarle la cinta en las Eliminatorias a Argentina 1978, pero se la devolvió en el Mundial.
En pleno camino a España 1982, Héctor Chumpitaz decidió retirarse de la bicolor. No le importó tener el récord de más partidos o convocatorias a Mundiales (lo tiene Teófilo Cubillas), su amor por el Perú y dar paso a alguien con más energía que él pudieron más. Cuando parecía que cambiaría de opinión, una lesión lo dejó afuera del Mundial. Alzado en hombros y con el amor de todo el Perú le dijo adiós a una etapa exitosa. San Luis de Cañete vio nacer a un ídolo el 12 de abril de 1944.
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