Jefferson Farfán arrancó de '9' ante Brasil: ante Paraguay ingresó en la etapa complementaria  (AFP)
Jefferson Farfán arrancó de '9' ante Brasil: ante Paraguay ingresó en la etapa complementaria (AFP)

Tendría que estar hablando de Julio Bascuñán, de los árbitros del VAR y de las decenas de veces que le doy ‘play’ y ‘pausa’ a esa acción de Zambrano y Neymar en el área, y no consigo ver lo que dijeron los de negro. Al final, y para no extenderme porque todos ya explotamos en nuestras redes sociales, diré que vieron lo que quisieron ver, nos perjudicaron y, lamentablemente, ya no se puede hacer nada. Ya perdimos.

Pero sería muy mezquino seguir hablando del arbitraje, y no del juego y lo que ofreció nuestra selección. Porque toda esa polémica ha hecho que no resaltemos el buen partido que hizo , que se puso dos veces arriba en el marcador y complicó a la mejor selección de Sudamérica. Obvio, por más confianza que tenía en el equipo, el partido en Paraguay me despertó muchas dudas. Aquella vez no jugamos bien y pudimos perder. Pero ante Brasil hubo una gran diferencia partiendo desde la actitud y resaltando lo más importante: el juego.

Estaba claro que si la selección quería ganarle a Brasil, tenía que hacer un partido casi perfecto. Y sin pecar de chauvinismo, hasta el 2-2 era un resultado justo por lo que hizo Perú y por lo que no dejó hacer a Brasil. El equipo de Tite no estaba cómodo, y eso era mérito de todo el equipo peruano. No olvidemos que jugamos sin tres piezas fundamentales para Gareca -Paolo Guerrero, Edison Flores y Christian Cueva- y dimos pelea. Y eso también hay que decirlo.

Porque en medio de esas ausencias, André Carrillo asumió la responsabilidad y se puso el equipo al hombro en la fecha doble. El André que siempre quisimos ver, apareció en Asunción y en Lima. Porque Jefferson Farfán, pese a no tener equipo y no estar al 100% física y futbolísticamente, se fajó ante los defensas brasileños y dio todo. Tal vez el partido pedía que salga mucho antes (fue cambiado a los 97 minutos por Polo) porque era evidente su cansancio por su gran desgaste, pero Gareca no quiso tocar nada. Y también porque hay una realidad que no nos debe molestar: viendo el trámite y el rival, no tenía alternativas en la banca para esta clase de partidos.

Y me gustaría resaltar el trabajo de un futbolista que no es tan mediático como Pedro Aquino, quien estuvo a la altura de las Eliminatorias en los más de 180 minutos. Incansable. Enorme. Y que aportó tanto defensiva como ofensivamente. Todos nos quedamos con el golazo de Carrillo a Weverton, pero en la elaboración de esa jugada hay una pisadita de Aquino -para temporizar- al borde del área, que rompe el reacomodo de Brasil. Con Tapia y Yotún consolidados en el mediocampo de la bicolor, fue un acierto de Gareca la inclusión de un tercer volante que combina las virtudes de ambos.

Y atrás, la disyuntiva. Se habló más de que Zambrano debió ser expulsado ante Paraguay, que del buen nivel que tuvo luego de ser amonestado, con lo difícil que es para un defensor central jugar más de 80 minutos condicionado. Y ante Brasil, antes de ver la roja, estaba jugando un partidazo. Para mí, pese a ese problema que tiene a veces de ‘irse’ de los partidos, debe jugar siempre. Acepto cualquier otra opinión, pero es el mejor defensa que tenemos.

Como el fútbol no siempre es justo, miramos la tabla y solo vemos un punto. Ahorita podemos hacer dos cosas: seguir renegando en las redes sociales -lo entiendo, y seguro el enojo nos va a durar hasta volver a ver a nuestra selección en un mes-; o ilusionarnos con lo mostrado por el equipo de Gareca en la cancha. Porque estoy seguro de que jugando como ante Brasil, estaremos mucho más cerca de clasificar al Mundial. Quedan 16 finales. Ustedes deciden.

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