La Selección Peruana estuvo jugando en el Mundial Rusia 2018, y resulta imposible no acordarme de aquellos años en los que de niño fantaseaba con ver a Perú venciendo a países como Brasil, Argentina, Alemania e Italia.
Por fortuna, esta fantasía la iba alimentando con un videojuego que de seguro muchos gamers nostálgicos de la consola SNES recordarán. Hablo del mítico -y bien pirateado- Fútbol Excitante... ¡Horrible, oye!
Más de una vez me peleaba con mi hermano para jugar con la selección peruana. De hecho, no había quién no desee hacerlo en vísperas del Mundial de Francia 1998, donde las esperanzas estaban a flor de piel en toda la nación.
Quizá de niño nunca te tomaste el trabajo de investigar qué era realmente Fútbol Excitante. Ahora por simple curiosidad entendí que se trató de una copia ilegal del International Superstar Soccer (ISS) de Konami, lanzado en 1995.
Pero había algo más que Fútbol Excitante plagió en su interfaz. Luego de pasar la Intro, veías en el fondo de pantalla la frase Excite Stage 95, título de Nintendo para la Famicom.
Asumo entonces que el creador de Fútbol Excitante, un sujeto llamado Lai Pen (aparece en el Intro), se inspiró del Excite Stage para dar con un nombre comercial en el mundo de la piratería.
Fútbol Excitante era en sí un Frankestein de los videojuegos del deporte rey.
Adentrémonos un poco más en la nostalgia y vayamos a los 11 jugadores de la selección peruana en Fútbol Excitante.
Miranda estaba en el arco, detrás de una defensa compuesta por Chemo, Soto, Reynoso y Carranza. Al centro estaba Martinez y Palacios, y en la delantera a Rivera, Maestri, Baroni y Waldir Sáenz.
Un equipo de lujo, ¿verdad?
Lo interesante es la descripción del equipo. En el texto podías leer "CON TU AYUDA PODRÁN LLEVARSE EL TRIUNFO".
Han pasado más de 20 años desde Fútbol Excitante y los gamers de ahora desconocen la alegría de lo que era vivir una fantasía mundialista a través de un juego pirata. Hoy hasta sería un chiste pensar así con las actualizaciones del FIFA 18.
Y es que con Fútbol Excitante éramos inocentes y solo queríamos soñar.