¿Qué quién soy yo? No seas malo, pues, chiquillo. Tú ya me conoces, me has leído aquí y en otros medios importantes, y solo repetiré lo que dicen de mí los que saben: soy el periodista deportivo que saca la cara por el Perú en toda Sudamérica. De hecho, si Depor es hoy el número uno es gracias a mi pluma y, como te decía, yo te pintaré la cancha como nadie sobre todo lo que pasa en Rusia 2018.
Como nunca ‘arrugo’, no me guardaré la razón de esta columna: la decisión del diario de no enviarme a cubrir el Mundial fue un golpe muy bajo. En la oficina todos sabían que yo era fijo, pero al final un envidioso puso en el avión a gente que no me llegan ni a los talones. Y ni qué decir del resto de ‘coleguitas’. Viajaron puros chistosos, nomás. Encima, no hablan bien ni el español, mientras que yo domino a la perfección el ruso, que aprendí cuando iba a los circos de niño.
Pero tranquilos, que un grande sabe perdonar y sigue adelante. Desde Lima les contaré con clase lo que ocurra en el torneo. Todos saben que ya cubrí varios mundiales y siempre marqué la diferencia, incluso desde mi escritorio. En Brasil 2014, por ejemplo, cuando brillaba en otro medio, tenía todo listo para viajar a la final, pero surgieron problemas que no valen la pena mencionar y llegué a Río de Janeiro el lunes 14 de julio, justo al día siguiente del Alemania vs. Argentina. ¿Lo recuerdan?
Modestia aparte, soy el periodista que mejor ve el fútbol en el Perú. Por eso varios técnicos locales me llaman o ‘wasapean’ a cada rato para pedirme consejos de cómo armar sus equipos, pero así nomás no les paro balón. Menos a los dirigentes que insisten en saber mi opinión sobre tal o cual jale. Yo juro que solo me debo a mis hinchas y también a ustedes, mis queridos lectores.
Ya lo saben, desde este córner daré cátedra a diario sobre lo que ocurra en el país de Putin. Total, ese esmi 'level'. Si quieres saber cómo le irá a la bicolor ante Dinamarca, Francia y Australia, pues solo léeme. Y para que te vuelvas más culto, también iré compartiendo mis vivencias en la profesión. Eso sí, lo más importante siempre es ser humilde. Hasta mañana.