Slavoljub Muslin es un nombre que ha tenido recientemente sus quince minutos de fama internacional. Se trata del técnico que dirigió a Serbia hasta la clasificación al Mundial Rusia 2018. Pero no es este el motivo de su celebridad, sino su despido intempestivo, aunque deseado por muchos jugadores, hinchas y periodistas de su país.
Como Serbia y Montenegro, esta selección clasificó a Francia 1998 y a Alemania 2006. Ya solo como Serbia, alcanzó la clasificación en Sudáfrica 2010 y quedó fuera de Brasil 2014. Regresar a una Copa del Mundo luego de ocho años no fue suficiente para sostener a Muslin en su cargo. La Federación de ese país anunció la decisión sin explicar la razón, esa que los serbios conocen bien: la negativa del técnico de convocar a Sergej Milinković-Savić, estrella de la Lazio, el joven tazado en 100 millones de euros, el llamado "Zlatan Ibrahimovic del medio campo”.
Serbia ganó la Copa del Mundo Sub-20 Nueva Zelanda 2015 con su nueva estrella a la cabeza. Sin embargo, de esta selección brillante, Muslin solo convocó para las Eliminatorias Rusia 2018 al arquero Predrag Rajkovic, a quien mantuvo la mayor parte del tiempo en la banca.
Pese a su enorme talento y acelerada progresión en la Serie A, Milinković-Savić apenas disputó un par de amistosos con su selección mientras Muslin fue técnico, y nunca lo llamó para un partido oficial. Tampoco llamó a ningún otro jugador de campo del equipo campeón.
El ahora exseleccionador le dijo al diario serbio Alo! que su salida se debió a que la Federación y él no veían "de igual manera cómo debería ser el equipo en el Mundial Rusia 2018".
Su sustituto fue el exjugador exjugador Mladen Krstajic, hasta entonces ayudante del campo del equipo nacional, que en la lista definitiva para el Mundial incluyó a Sergej Milinković-Savić y a otros seis jugadores del equipo Sub-20 campeón del mundo: Predrag Rajkovic (arquero / Maccabi Tel Aviv), Milos Veljkovic (defensa / Werder Bremen), Andrija Zivkovic (volante / Benfica), Marko Grujic (volante / Cardiff City), Nemanja Radonjic (extremo / Estrella Roja de Belgrado) y Luka Jovic (delantero / Eintracht Frankfurt).
Lo bueno para Serbia es que inyectó sangre joven y talento a su selección. Lo malo es que tiene a un puñado de jugadores que no participaron de las Eliminatorias y trabajan contra el tiempo para adaptarse al sistema de juego.
Pase lo que pase en Rusia 2018, el futuro de esta joven selección luego del torneo se ve más alentador de lo que parecía hace un año.