No llegó de pasada, sino para quedarse. A diferencia del SARS que apareció hace 17 años y luego desapareció cuando se controló, el COVID-19 podría quedarse y coexistir con los seres humanos por mucho tiempo.
Una de las razones por la que algunos científicos, investigadores y expertos chinos llegaron a esta conclusión es porque el nuevo coronavirus infecta a algunas personas sin causar síntomas obvios como la fiebre
“Es muy probable que se trate de una epidemia que coexista con los humanos durante mucho tiempo, se vuelva estacional y se mantenga dentro de los cuerpos humanos”, advirtió al respecto Jin Qi, director del Instituto de Biología de Patógenos en la Academia China de Ciencias Médicas, según Bloomberg.
Con el SARS, los infectados se enfermaban gravemente, pero una vez que fueron aislados de otras personas, el virus dejó de propagarse. Sin embargo, el COVID-19 se sigue detectando en miles de de casos asintomáticos todos los días a pesar de las medidas de aislamiento para controlar el brote.
Una de las luces de esperanza en la comunidad médica era la llegada del verano boreal al hemisferio norte en las próximas semanas, lo que significaría una consistente ayuda en controlar la propagación del virus por su respuesta a las altas temperaturas. Sin embargo, los expertos chinos no ven con el mismo positivismo esto al afirmar que no encontraron evidencia que respalde esa idea.
Según Wang Guiqiang, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del Primer Hospital de la Universidad de Pekín, hay indicios de que el virus es sensible al calor, pero para ser eliminado tiene que exponerse a 56 grados centígrados durante 30 minutos, “y el clima nunca va a calentarse tanto”.
Por lo tanto, y a pesar de que en muchos países el verano ha calentado a niveles muy altos, en poco probable que, “incluso durante el verano, la posibilidad de que los casos disminuyan significativamente”, aseveró Wang.
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