No es el primero ni será el último. Se registró un nuevo caso de un bebé recién nacido que dio positivo por COVID-19, aunque esta vez sucedió en los Alpes italianos. Lo que más llamó la atención fue la temperatura con la que ingresó al trabajo de parto la madre.
La noche del jueves para viernes de la semana pasada, en el hospital Beauregard en Aosta, veía la luz un bebé como suele suceder a diario en las salas de parto de dicho nosocomio, pero este caso se tornó especial.
La madre ingresaba con 38 de fiebre y siendo positiva por COVID-19. A pesar de ello, el trabajo de parto se dio con normalidad, pero pasadas las 24 horas del nacimiento del bebé, se confirmó que éste había adquirido el virus.
Según explica la agencia italiana Ansa, citada por el diario La Repubblica -quienes dieron a conocer el hecho-, el hospital de Aosta es el primero en Italia que ha decidido realizar pruebas de covid-19 para mujeres embarazadas: “Es una medida para garantizar el más alto nivel de seguridad de nuestros pacientes”.
El director de sala del hospital, Livio Leo, explicó el procedimiento que pasan estas madres con treinta y ocho o treinta y nueve semanas de embarazo. “Con doble hisopo (bastoncillo de algodón) permite que incluso papás asintomáticos ingresen a la sala de partos, con el debido cuidado y las protecciones adecuadas”.
¿Hay contagio lineal de COVID-19 entre madres e hijos?
Una de las mayores interrogantes aún no ha sido del todo confirmada o denegada. En un informe científico técnico del Ministerio de Sanidad de España se explicó que “no hay evidencia suficiente acerca de la transmisión vertical del SARS-CoV-2, aunque los datos de una serie de 9 embarazadas indican la ausencia del virus en muestras de líquido amniótico, cordón umbilical y leche materna”.
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