Si buscas mejorar tu estilo de vida y reducir las probabilidades de padecer ciertas enfermedades, una alimentación adecuada es un factor fundamental. Actualmente, una mala alimentación ocasiona más muertes a nivel mundial que el consumo del tabaco. Por ello, se recomienda adoptar estilos de vida saludables y evitar factores que puedan favorecer la aparición de dolencias.
La base de la alimentación en comida poco saludable y productos ultraprocesados se considera el principal factor detrás de diversas enfermedades no transmisibles. Además, lo que comemos desempeña un papel fundamental en nuestra salud mental, energía, estado de ánimo y en el desarrollo de nuestras actividades diarias, ya sean académicas o laborales.
De acuerdo con un artículo de la UNAM, la desnutrición puede manifestarse a través de síntomas como debilidad constante, infecciones recurrentes o heridas que tardan en sanar, y esto no está necesariamente relacionado con el peso, ya que una persona con un peso aparentemente adecuado también puede estar desnutrida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la malnutrición como la presencia de deficiencias, excesos o desequilibrios en la ingesta de calorías y nutrientes en una persona.
En el siguiente artículo de Depor, exploramos los riesgos asociados a una mala alimentación y proporcionamos consejos prácticos para revertir estos problemas y mejorar tu salud. ¡No te lo pierdas y descubre cómo adoptar hábitos alimenticios más saludables!
Riesgos de una mala alimentación que afectan a la salud
Una alimentación deficiente se caracteriza por un desequilibrio en los nutrientes, abarcando no solo el consumo excesivo de grasa o azúcar, sino también la falta de nutrientes esenciales o la focalización en un solo grupo nutricional.
El impacto en el organismo puede variar de una persona a otra. A continuación, te presentamos un resumen de las posibles consecuencias que pueden surgir debido a estas malas prácticas alimenticias:
- Enfermedades por la malnutrición: La alimentación desempeña un papel de gran importancia en la salud, llegando incluso a ser un factor determinante en la aparición de enfermedades crónicas, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares (como la cardiopatía isquémica o el ictus hemorrágico), la diabetes, la osteoporosis, trastornos dentales y la obesidad.
- Deterioro de la memoria: Puede manifestarse a través de la inflamación del hipocampo, una región cerebral especialmente susceptible al Alzheimer y otros trastornos de la memoria.
- Problemas digestivos: La ingestión de alimentos altos en grasas, azúcares y proteínas puede entorpecer el proceso de digestión. Una dieta que carece de nutrientes esenciales o presenta combinaciones inadecuadas de alimentos puede tener efectos negativos en el sistema digestivo, dando lugar a problemas como estreñimiento, diarrea, úlceras estomacales, gastritis o síndrome del intestino irritable.
- Insomnio: Algunos hábitos pueden ocasionar insomnio o dificultar conciliar el sueño, como el consumo de productos procesados o bebidas con alto contenido de azúcares añadidos.
- Sistema inmunitario débil: La falta de nutrientes esenciales puede reducir la producción de anticuerpos y dejar al organismo más vulnerable al desarrollo de infecciones y enfermedades.
- Envejecimiento prematuro: La insuficiencia de nutrientes puede impactar el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, dado que una mala absorción de estos elementos puede aumentar la vulnerabilidad de las células ante los radicales libres del ambiente, resultando en un deterioro de la salud al carecer de los mecanismos de defensa necesarios.
Consejos para reducir el riesgo de enfermedades
Adoptar una dieta desequilibrada puede tener un impacto negativo en la salud, aumentando el riesgo de padecer enfermedades como hipertensión, diabetes, cáncer, obesidad o cirrosis. En esta nota, te proporcionamos consejos útiles para reducir las probabilidades de desarrollar enfermedades degenerativas y mejorar tu bienestar general.
- Disminuir el consumo de sal: Un exceso de sal puede aumentar la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y circulatorias. Se sugiere limitar su ingesta y buscar opciones más saludables.
- Asegurar el adecuado consumo de yodo: La deficiencia de yodo puede ocasionar problemas metabólicos, especialmente en la infancia. Es fundamental incluir fuentes de yodo en la dieta diaria.
- Moderar el consumo de grasas saturadas: El consumo excesivo de grasas saturadas presentes en alimentos procesados, embutidos y frituras puede incrementar los riesgos de problemas cardiovasculares. Optar por alternativas más saludables contribuye al bienestar general.
- Mantenerse bien hidratado: Beber al menos un litro y medio de agua al día es esencial para eliminar toxinas y mantener el organismo en un óptimo estado de salud.
- Limitar el consumo excesivo de carne: Reducir la ingesta de carnes rojas puede disminuir la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Elegir carnes blancas como pollo o pescado puede ser una opción más saludable y nutritiva.
- Mejorar la salud digestiva: Incrementar el consumo de fibra dietética es altamente recomendado, ya que desempeña un papel clave en el adecuado funcionamiento gastrointestinal.