Arranquemos con el empaque del Samsung Galaxy Z Flip 3 5G. La presentación bastante minimalista, muy sencilla y con casi nada de información sobre el dispositivo. Solo aquí tenemos un dato relevante y es el modelo en cuestión: el SM-F711B, y el color es “Cream”.
Abrimos la caja y damos con el Galaxy Z Flip 3 5G. Se siente compacto y cómo en las manos. El aluminio de los bordes quedan muy elegantes, el dobles de la pantalla se siente un poco al tacto, pero nada grave. Lo bueno es que, cuando la pantalla brilla, la línea desaparece por completo y el acabado acaba siendo perfecto. Al doblarlo, el dispositivo queda igual de cómodo y las huellas no resultan un problema para el cristal.
La pantalla es Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex Display de 6,7 pulgadas Full HD+ (2640 x 1080 puntos) y con una tasa de refresco de 120 Hz. La pantalla exterior, por su parte, es Super AMOLED de 1,9 pulgadas. El procesador es Snapdragon 888 5G de 8 núcleos con 8GB de RAM y 128GB de almacenamiento. Ojo con esto, porque hay otra versión con 256GB de almacenamiento. El sistema operativo es Android 11 con capa de personalización One UI.
Respecto a las cámaras, la principal consta de dos lentes: un principal o gran angular de 12MP y un ultra gran angular de 12MP. Viene, por cierto, con flash LED, y la selfie es de 10MP.
Entre otros detalles, el lector de huellas está en el botón de inicio, no viene con puerto Jack, la bandeja SIM es solo para un chip, el puerto de carga es USB-C y el peso del dispositivo es 183 gramos.
Dejamos a un lado el smartphone y al fondo del empaque con esta cajita que contiene el pin para la bandeja, la guía rápida y el cable de datos, ambos con extremos USB-C. Por si igual te lo preguntas, no viene con el cargador ni auriculares.
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