Ser el segundo de una escudería ultra competitiva en la Fórmula 1 supone saber manejar los tiempos durante una carrera y –aunque no sea una regla escrita– estar dispuesto a cumplir determinados sacrificios en pro del equipo. Sin embargo, si esta escudería es Mercedes-Benz y el primer piloto es Lewis Hamilton, las cosas se vuelven aún más rígidas. Esta situación es la que ha estado viviendo Valtteri Bottas desde que fichó por los alemanes en 2017, lo que finalmente terminó por desgastar la química con el británico hasta el punto de decidir marcharse a Alfa Romeo para la próxima temporada.
El finlandés, que cerró como subcampeón en los años 2019 y 2020, hace rato estaba buscando la oportunidad de tomar nuevos retos que le ayuden a consolidar su carrera como líder de un equipo. El retiro de su compatriota Kimi Raikkonen para el 2022 le dio espacio con los suizos y por fin, después de cinco años como segundo de Hamilton, podrá probarse así mismo que es capaz de responder las expectativas de sus seguidores.
Sobrio y sereno
Desde que debutó en la Fórmula 1 con Williams Racing en 2013, Valtteri Viktor Bottas (Nastola, Finlandia, 28 de agosto de 1989) puso sobre la pista su carácter duro y poco expresivo, dando a entender que su primera preocupación subido en un monoplaza era dar lo mejor de sí en toda la carrera. Esa personalidad la fue construyendo desde sus primeras competencias sobre hielo y nieve, donde no le importó tener solo seis años ni competir con chicos que normalmente le doblaban la edad.
Esa dureza, muy propia de los nórdicos, en lugar de mantenerlo al margen de cualquier aire de competitividad, siempre lo llevó a aspirar a más. Su paso de Williams a Mercedes fue un salto cualitativo importante para su carrera, y más si iba a ocupar el espacio dejado por el campeón mundial de 2016, el alemán Nico Rosberg, quien anunció su inesperado retiro del máximo circuito para el 2017.
Lewis Hamilton, enfocado en recuperar la corona que había ganado en 2015 –para entonces la tercera de las siete que lleva hasta la fecha–, recibió a Valtteri Bottas con los brazos abiertos. Sin embargo, la relación de ambos, pese a que un principio no tuvo fisuras, se fue resquebrajando por la propia estrategia de la escudería de sostener al británico como la cabeza visible del equipo, sin importar que en algunas ocasiones el finlandés pudo haber puntuado a su favor.
La obligación del segundo
Precisamente esa diferencia entre ambos ha hecho que Bottas se ponga como meta el título mundial al mediano plazo. Este rótulo del ‘segundo de Hamilton’ nunca le agradó, pero jamás pensó en que la situación se volvería insostenible con el pasar de los años. Cuando se estrenó con Williams en 2013 culminó en décimo séptima posición al finalizar la temporada. No obstante, en los años posteriores su crecimiento fue notable: cuarto en 2014, quinto en 2015 y octavo en 2016. Si bien no consiguió alguna victoria, se subió al podio en tres oportunidades.
El punto más caliente en esta disyuntiva interna que perseguía a Bottas sucedió en el Gran Premio de Rusia 2018. Mercedes estaba en la punta en el campeonato de Constructores, a la vez que Lewis Hamilton hacía lo propio en el de pilotos. Sin embargo, Ferrari y Sebastian Vettel querían acortar distancias a falta de cinco circuiros para culminar la campaña.
Valtteri Bottas lideró toda la carrera con comodidad después de un comienzo formidable y con muy pocos errores en las curvas más complicadas. Lamentablemente para el finlandés, que en Sochi pudo haber sumado su primera victoria del año –la única, pues en las fechas siguientes no lo consiguió–, recibió la orden de Mercedes de dejarse pasar por Lewis Hamilton para que este pudiera sostener su liderato en la tabla de clasificación. Casi a regañadientes, se conformó con ser segundo una vez más.
El inconformismo de un ‘ganador’
“Siempre debería alegrarme llegar al podio. Pero si tu compañero gana y tú eres segundo, sientes que pierdes. Sé que fui segundo en el pasado, pero quiero demostrar que no soy solo el número dos. Quiero el título más que Lewis”, confesó Bottas en la tercera temporada de la serie ‘Formula 1: Drive to Survive’, emitida a través de Netflix desde 2019.
Para nadie fue un secreto que el nacido en Nastola terminó con la autoestima trastocada tras aquel suceso en Rusia 2018, pues estaba completando una carrera fantástica por encima de grandes competidores. “Sochi 2018 fue una carrera bastante difícil. Fue algo difícil de aceptar. Estaba muy enojado. Honestamente, estaba pensando porqué hago esto. Hasta pensé en renunciar, en rendirme. Después de la carrera, dije que no lo volvería a hacer”, reveló también en la producción comanda por James Gay-Rees.
“En el equipo, aunque muchos no lo admitirían, quizá de forma inconsciente tienen un número uno y un número dos. A veces los miembros del equipo debieron preguntarse: ‘¿Estamos tratando igual a Lewis y Valtteri?’”, añadió, con un tono que evidenciaba la decepción del trato que había recibido por parte Mercedes.
Alfa Romeo, la oportunidad esperada
Esas sensaciones lo mantuvieron al margen para evitar confrontaciones innecesarias, pero no se reservó responderle directamente a la prensa luego de que disparasen contra él de manera desmesurada. “Es momento de agradecerles a mis críticos. A quien corresponda, váyanse a la mierd*”, lanzó sin filtros tras ganar el Gran Premio de Rusia, el segundo y último que se llevó en la temporada 2020.
“Odio ser segundo, no soy solo un número dos”, soltó meses después, luego de culminar segundo en Portugal e Italia respectivamente. No había que ser adivinos para presentir sus futuras movidas lejos de Mercedes. “Si al final se da el caso de que no sigo con Mercedes, naturalmente estudiaré otras opciones. Quiero saber cuál es el plan del equipo y ver a qué piloto quieren para el otro coche. Lewis ya está confirmado, pero el otro asiento aún está libre. El equipo tiene que tomar una decisión y yo necesito mantener esa conversación”, sentenció.
En el reciente Gran Premio de Países Bajos, Valtteri Bottas terminó tercero, por detrás de Lewis Hamilton –una vez más– y el ganador Max Verstappen. La prensa volvió a la carga: no le ‘perdonaron’ que sumara por sexta vez un tercer lugar en 2021. En agosto del próximo año cumplirá 32 años, una edad óptima para demostrar en la pista que su maduración como corredor ha llegado. Si bien Alfa Romeo no es una escudería que haya mostrado un nivel competitivo en los últimos años, he ahí el reto para el finlandés. De él depende que tras salir de Mercedes, el mote por ser el ‘segundo de Hamilton’ quede en el olvido.
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