“Me siento bien sobre nuestras posibilidades, creo que son muy buenas”, dijo LeBron James por qué los Cleveland Caveliers pueden vencer a los Warriors de Golden State en la tercera Final consecutiva de la NBA.
En su caso, a veces la explicación más simple es la correcta. El astro de 32 años, sin duda el mejor jugador de su generación, está mostrando el mejor desempeño de su vida. Y si manifiesta confianza de cara a una serie ante un equipo repleto de estrellas, el resto de los integrantes de Cleveland no tiene porqué dudar.
James ha alcanzado alturas asombrosas en esta postemporada, rebasando a Michael Jordan como el máximo anotador en la historia de los playoffs. Así, guió a los 'Cavs' en un recorrido que pareció más tranquilo de lo habitual en postemporada.
Disputará su séptima Final consecutiva de la NBA. En estas instancias, se siente como en casa. Y, al parecer, no hay nada que pueda golpear su determinación, sin importar el número de jugadores estelares con los que cuente el rival.
James promedia 32,5 puntos por encuentro en estos playoffs. La cifra sólo es eclipsada por la de 35,3 puntos que logró en 2009, cuando tenía 24 años. Asimismo, ostenta los mejores promedios de su vida en disparos encestados (.566) y triples (.421). Atrapa ocho rebotes y reparte siete asistencias por encuentro.
Y los 'Cavs' lucen más completos que en sus dos viajes anteriores a la Final. Kevin Love se perdió la edición de 2015 por una lesión de hombro. Ahora, Love promedia 17,2 puntos y 10,2 rebotes en esta postemporada. Ha atinado el 47,5% de sus triples.
Kyrie Irving se ubica también en un nivel superior en estos playoffs. Y eso que el año pasado, su desempeño notable en la serie ayudó a que los Cavs remontaran un déficit de 3-1.
Y si a eso se agrega la contribución de Tristan Thompson, Deron Williams, Channing Frye, Kyle Korver y J.R. Smith, podrá entenderse que Cleveland es uno de los pocos equipos con el poder para derrotar a los Warriors.
Fuente: AP