Usain Bolt lo volvió a hacer. Con 9.81 y 19.78 el corredor nacido en Sherwood Content pudo revalidar, por tercera vez consecutiva, las medallas de oro en 100 y 200 metros respectivamente durante Río 2016. Así, se convirtió en el primer deportista en lograr dicha proeza. No obstante, su presencia en los Juegos estuvo en duda hasta mediados de junio, cuando la federación jamaiquina evitó especulaciones y confirmó la presencia de su atleta estrella.
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No todo es color de rosa en la vida deportiva del hombre más veloz de la tierra. El ocho veces medallista olímpico sufre constantes lesiones musculares que muchas veces le impiden entrenar con normalidad. Es ahí donde Usain Bolt saca a relucir lo que él mismo denomina "mi arma secreta". ¿Cuál es? Nada más y nada menos que Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, exjefe del departamento médico del Bayern Múnich, quien tuvo una discordancia conocida con Pep Guardiola por la cual renunció a los servicios médicos del equipo de Baviera.
Los roces entre el entrenador catalán y HWMW nos remiten a la operación del ligamento interno de la rodilla derecha realizada a Thiago Alcántara. Pep, en contra de las recomendaciones del médico alemán, autorizó a Thiago de operarse en las instalaciones de Ramón Cugat en Barcelona, lo que fue un fiasco pues el jugador hispano brasileño recayó en su lesión por, según los especialistas, una dosis excesiva de cortisona durante el tratamiento. La chispa que rompió la relación laboral del doctor con la institución se dio luego de la derrota sufrida frente al Oporto (3-1) por la Champions League 2014-2015, cuando Guardiola señaló sus molestias por la abultada cantidad de lesiones que había sufrido su equipo durante menos de dos años.
Hoy, ese mismo señor nacido el 12 de agosto de 1942, es una parte fundamental del oro conseguido por Usain Bolt. Usain – regresando a junio del presente año – sufría una molestia en el muslo debido a un bloqueo en la articulación sacroilíaca, lo que le impedía moverse con naturalidad. Ahí apareció Müller-Wohlfahrt con sus técnicas poco convencionales como la infiltración de ácido hialurónico, inyecciones de extracto de miel o hasta sangre de ternera y cabra para devolverle la ilusión de otro podio al atleta de 29 años.
Han pasado dos meses y Usain Bolt ya consiguió dos de las tres medallas doradas que fue a buscar. Sin duda que el deporte en Jamaica le agradece a un señor cuyo consultorio se encuentra a más de 8 000 km del país de Bob Marley.
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