El oeste estadounidense es uno de los lugares más convulsos de la historia. El siglo XIX, por ejemplo, es la mejor época para ilustrar esta idea. Durante esos años, la población de los Estados Unidos se lanzó a la conquista de ese territorio, uno desconocido, misterioso y lleno de mitos y leyendas.
Vaqueros (o ‘cowboys’), revólveres y tiroteos en plena luz del día son las imágenes que se nos vienen a la mente cuando hablamos del Lejano Oeste, debido a ese género hollywoodense llamado 'westerns'. Sin embargo, ese lugar es más que ficción. Su vasto desierto fue testigo de la anexión de Texas, la guerra con México o la fiebre del oro en California. Ese mundo agitado no ha parado. Aún vive. Y está en el deporte, en uno que mueve masas en la tierra del Tio Sam: el básquetbol.
El deporte de la pelota naranja vive por estos días los últimos capítulos de su temporada número 73 que está dejando en suspenso a sus más acérrimos seguidores, sobre todo a los californianos. Su final, sin duda, será histórico. Dos equipos de la Conferencia Oeste están en constante pelea –al menos en los últimos años– por coronarse como los mejores de su Conferencia: Los Angeles Lakers y los Golden State Warriors. Pero entre ellos, para la presente temporada, se encuentran los Toronto Raptors, aliados para el conjunto de Los Angeles y villanos para los de Oakland.
Los Warriors se enfrentarán a los Raptors en las finales de la NBA de la Temporada 2018-19. Es la quinta final consecutiva en la que los Golden State van en busca del anillo de campeonato (de hecho, son los primeros en la Conferencia Oeste en lograr ese número de definiciones al hilo). Además, los californianos llegan a esa final con dos títulos al hilo (2017-2018) y quieren el tercero. De cumplir con su objetivo, se convertirían en el segundo equipo del Oeste en ganar tres finales de manera consecutiva. El otro en alcanzar esta hazaña es uno de los más grandes de la conferencia: Los Ángeles Lakers.
Los Lakers se coronaron tricampeones de manera continua en los inicios de la NBA –en 1952, 1953 y 1954–, cuando su sede se ubicaba en Minneapolis. Tuvieron que pasar 46 años para que el equipo, ya instalado en Los Angeles, repita esa hazaña. Lo hizo en el 2000, 2001 y 2002.
¿Se repetirá la historia?
Hay ciertas similitudes entre Los Lakers de inicios del siglo y los actuales Warriors. La franquicia californiana iniciaba una nueva era y contrató al mítico entrenador Phil Jackson –quien había ganado con los Chicago Bulls, del Este, seis anillos de campeonato–. El equipo, además, contaba con la gran estrella el pivot Shaquille O’Neal y con el joven escolta Kobe Bryant.
Los Lakers llegaron a la final de la NBA en el año 2000 y vencieron a Indiana Pacers en seis partidos. Los dos años siguientes se repitieron los resultados ante otros equipos. En 2001, la víctima fue Philadelphia 76ers (4-1) y en el 2002, los New Jersey Nets (4-0). El causante de las tres proezas fue Shaquille O’Neal, quien en esos tres años se ganó el MVP (Jugador Más Valioso) de las Finales. Y así obtuvo un récord: junto a Michael Jordan son los únicos basquetbolistas en conseguir tres veces consecutivas ese premio. Luego de esas esas finales, el conjunto angelino tropezó, aunque años después se volvió a levantar.
Los Warriors de hoy también se encuentran sumergidos en una nueva era, que comenzó en el 2014 con la llegada del entrenador Steve Kerr –campeón de la NBA como jugador con Chicago Bulls en 1996, 1997 y 1998, y con San Antonio Spurs en 1999 y 2003–. Desde que empezó el ciclo de Kerr, el equipo ha disputado cinco finales consecutivas. Y tiene a un líder establecido: el base Stephen Curry.
Con Kerr al mando, los Warriors se llevaron el anillo en el 2015, pero no pudieron hacerlo al año siguiente, a pesar de una excelente campaña. Para mitades del 2016, arribó Kevin Durant y junto a Curry y a Thompson se convirtieron en las cabezas de la franquicia, el Big Three. Los tres llevaron a los de Oakland a la victoria en 2017 y 2018 (las dos sobre Cleveland Cavaliers, 4-1 y 4-0, respectivamente). Y este año tienen la oportunidad de hacerse con el tercer título al hilo, aunque en los primeros dos partidos Durant no jugará, debido a una lesión en la pantorrilla derecha.
En este enfrentamiento que se viene contra los Raptors, Stephen Curry en los Warriors se han puesto el equipo al hombro, tal como O'Neal en Los Lakers. Es el llamado a coronarse con los de Oakland. Deben hacerlo, si quieren seguir peleando por la hegemonía del Oeste.
Lo curioso entre los Warriors de este año y Los Lakers del 2002 es que el rival de la tercera final es un equipo debutante. Los Angeles se derrotaron a unos novatos de New Jersey Nets en 2002, y ahora los Golden State se enfrentan a los Raptors, quienes por primera vez pelearán por el ansiado anillo.
Los Lakers serán los espectadores y es seguro que estarán pendientes del resultado. Los Warriors están a punto de empatarlos y conseguir tres anillos de la NBA de forma seguida, tal como lo han hecho ellos. Quizá los de Oakland (6 títulos) estén a años de alcanzar los 16 anillos que poseen los Lakers, pero es cuestión de días que igualen uno de los récords de sus rivales. Van por ese tercer título seguido y, todo indica, irán por más, porque equipo tienen, porque ahora están en la cúspide de la Conferencia.
El Oeste otra vez está convulso. Esta vez no lo resolverán vaqueros con sus pistolas, en sus clásicos duelos que nos ha mostrado Hollywood. El arma, ahora, es una pelota. Si Stephen Curry y compañía están finos, podemos tener un nuevo 'sheriff'.
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