Sampaoli es un obsesivo del trabajo de y de las revoluciones en cuanto al fútbol se trata. Si como entrenador amateur manejaba horas de horas para los partidos de su querido Alumni, ahora como seleccionado trata de aprovechar los recursos para experimentar nuevas propuestas en el deporte rey. Ya en Chile como ahora en Argentina, el rosarino ideó aplicar un videojuego parecido al FIFA o PES hacia sus jugadores, pese a que es inviable por el presupuesto que no va acorde a la logística como operaciones de la institución.
"Tenemos un programa interactivo como de PlayStation. Cada jugador tiene un joystick y se mueve como debería hacerlo en la cancha", lo había explicado años atrás el propio Sampaoli, a lo que en Argentina ya han rechazado, por el momento, esa propuesta.
Síntoma de su personalidad, Sampaoli no bajó los brazos y persiguió su idea obsesiva de comunicar por intermedio de la tecnología. Simplificar, agilizar, especificar. Desde su llegada a Argentina, el técnico abrió las puerta para mostrar dos aspectos: reuniones con jugadores utilizando un resumen puntual del extenso material fílmico que recopilan de los diferentes partidos y la instalación de una docena de cámaras de alta calidad en el predio de Ezeiza.
En primera instancia, el cuerpo técnico que encabeza Sampaoli imitó lo hecho en Chile y viajó por toda Europa para reunirse con los principales apuntados para la convocatoria.
El otro tramo de aire fresco que la tecnología arrastró hasta la Selección se puede ver en los métodos de entrenamiento en Ezeiza. Sampaoli pidió colocar más de una docena de cámaras que graban en alta calidad y unos 1300 metros de fibra óptica para que el contenido llegue directamente al edificio que alberga las oficinas del cuerpo técnico.
Los resultados, al fin y al cabo, serán los que darán la sentencia. Este martes, Sampaoli tiene su segundo partido oficial al mando de Argentina en donde el triunfo es la obligación.
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