Disparo de fuera del área y golazo. Christian Cueva ha marcado el segundo ante Bolivia y está explotando de alegría. Se le dibuja una gran sonrisa, de esas que los hinchas de Sao Paulo extrañan ver. Porque mientras nosotros seguimos soñando con el Mundial, ellos solo esperan salvarse del descenso. Ambas historias tienen al mismo protagonista, pero no en igualdad de condiciones.
En el Monumental, Cueva fue uno de los mejores de la noche. Su efectividad de pases fue del 78%, anotó y salió ovacionado del campo. ¿Irregularidad? No, con la camiseta de la Selección, no. Cueva estuvo al nivel de ese futbolista que hizo ‘gatear’ a los paraguayos en Asunción: jugó e hizo lo mismo con sus compañeros. Después de Paolo, es el jugador más determinante en la bicolor. Y no solo por los cuatro goles que lleva en estas Eliminatorias.
El ahora ‘8’ de la bicolor es también la representación humana de la confianza de un técnico por un jugador. Gareca apostó por él para la Copa América de 2015 y desde ese momento, con 31 partidos, es el hombre que más ha jugado con el ‘Tigre’. Cueva es figura y de su entrega no se puede dudar.
No obstante, un gol en los últimos cinco meses y Sao Paulo en el penúltimo puesto de la tabla. Así se resume el momento de Cueva en Brasil. Los hinchas se rompen la cabeza intentando saber el porqué de sus rendimientos opuestos. En redes sociales claman verlo en ‘modo selección’ y razón no les falta. El peruano tiene una deuda y es hora que empiece a pagarla. Terminada la fecha doble, comienza una misión para nuestro compatriota: volver a ser el crack que lo vimos en finales del año pasado.