Antonio Gaudí fue una de la máximas figuras del modernismo catalán. Sus obras, regadas por toda Barcelona, son un placer para los ojos. Lo mismo que ver jugar a Lionel Messi. Porque si el arquitecto español era considerado por la Ciudad Condal todo un genio en lo suyo durante el siglo XX, lo mismo pasa hoy con el crack argentino, que este martes estuvo llamado a brillar ante el Chelsea en la ida de los octavos de final de la Champions League.
Si hay una 'bestia negra' que se resistía a ser dominada por Messi era precisamente el Chelsea. A lo largo de carrera, Leo ha enfrentado a los ingleses en ocho oportunidades (nueve con la de este martes). Como el mejor jugador del mundo que es, ha hecho partidos descollantes, pero el gol era una deuda pendiente que en Stamford Bridge empezó a pagar.
De ocho partidos ante el Chelsea, Messi por fin ha marcado. El cinco veces ganador del Balón de Oro tuvo otra oportunidad de romper esa mala racha y la dejó pasar. Y es que a los 75 minutos, el mejor del mundo marcó el 1-1.
Varios de los choques entre ambos clubes han sido épicos, si bien no se han enfrentado en la Champions League desde que Chelsea se apuntó una sorprendente victoria de último momento sobre el Barcelona en su marcha al título en 2012.
Messi falló un penal en la vuelta el Camp Nou. El club londinense supo reaccionar a la expulsión en el primer tiempo de su capitán John Terry, y una desventaja de 2-0, para empatar el partido 2-2 y asegurar un memorable triunfo por 3-2 en tiempo de compensación.
Courtouis, su otra pesadilla
Al desafío que representa enfrentar al Chelsea, a Messi se le presentaba otra aún mayor: el portero belga, a quien no le había marcado desde el 2012. El 16 de diciembre de ese año fue la última vez que Messi celebró ante Courtois, quien aún defendía al Atlético de Madrid.
Desde entonces, han pasado ocho encuentros en los que el belga ha mantenido su arco invicto frente al argentino: dos partidos de Champions, dos de Supercopa, tres de Liga y uno de Mundial (Argentina-Bélgica de cuartos en 2014). Es más, por la Supercopa 2014, Messi falló un penal, al mandar el balón al travesaño. Pero todo ha terminado hoy.