Real Madrid: De la humillación del Barcelona a la undécima Champions League

Humillante, vergonzosa, irreparable. Estos fueron algunos de los adjetivos con los que mucha parte de la prensa e hinchada madrileña calificaba a la derrota sufrida por el Real Madrid ante el Barcelona en Liga BBVA. Un 4 a 0 que ponía a los catalanes a 6 puntos de los merengues y también lo colocaba como favorito para quedarse con la Champions.

Iniesta, Suárez y Neymar le daban un golpe muy duro al cuadro blanco en su propia casa. Los blaugranas fueron superiores y golearon incluso sin tener a Messi como titular. El Santiago Bernabeú quería cambios. Soluciones a una temporada que podía quedarse sin trofeos una vez más.

El equipo que dirigía Rafa Benítez no jugaba bien. Desconectados y con los millones invertidos que nuevamente no daban resultados. Otra vez la Liga se veía lejana. El rival de siempre se quedaría con ella. El alivio al mal momento llegaba en la Champions League. El equipo merengue cerraba el 2015 con una goleada por 8 a 0 al Malmo en el Bernabeú y soñaba con la undécima.

En enero, Florentino Pérez toma la decisión de destituir a Rafa Benítez, tras el empate 2 a 2 ante el Valencia que lo alejaba aún más de la Liga de España. Necesitaban soluciones para salir del mal momento, un milagro o algo de magia. Llamaron a Zidane, quien fuera asistente técnico de Ancelotti en la temporada donde ganaron la tan ansiada décima, y que en aquel momento dirigía al Real Madrid Castilla.

El equipo se recuperó, sin embargo, no se mostraba regular. Llegaban buenos resultados pero el Real Madrid no terminaba de convencer. En octavos de Champions League le ganaban a la Roma de local y visitante con un global de 4 a 0 y estaban nuevamente entre los ochos mejores de Europa. La prueba de fuego llegaba con la revancha de El Clásico.

Piqué había adelantado para el Barcelona y todo parecía definido nuevamente. La superioridad del futuro campeón aparecía una vez más. Sin embargo, el cuadro de Zidane reaccionó. Benzema y Cristiano Ronaldo anotaron dos golazos con los que Real Madrid le daba vuelta al marcador en el Camp Nou. Eran mejor que los mejores. Que el supuesto favorito a ganarlo todo una vez más. Al espectacular 'tridente'. El equipo aún podía pelear en España y Europa. La confianza se incrementó y empezó a jugar a favor de los merengues.

Wolfsburgo en cuartos de final y Manchester City en semifinales. La discusión de la suerte en los sorteos que definen a los rivales de Champions League siempre permanecerá. El equipo, sin embargo, solo tiene la responsabilidad de ganar. En ambos partidos, la clave fue la localía. Real Madrid asumió la presión de ser el favorito y la aprovechó. Un Cristiano Ronaldo brillante en cuartos goleaba 3 a 0 a su rival y el global culminaba con un 3 a 2 en favor del cuadro blanco.

En semifinales sí intervino la suerte. La suerte de no tener rival. Manchester City jugó ambos partidos como si fueran amistosos. Sin rebeldía, sin haber notado que se jugaban un pase a la final del máximo torneo europeo. Gareth Bale anotaba el único tanto de la llave y su equipo estaba nuevamente en la final.

Real Madrid es un equipo acostumbrado a jugar con presión. La tuvo durante toda la temporada. Técnico destituido. Malos partidos. Goleada en casa ante el Barcelona. En la final, el mundo miraba más al Atlético. A la posibilidad de revancha del cuadro de Simeone. Tenía que aparecer la experiencia y la jerarquía del equipo, factores claves en finales.

La tranquilidad de 'Zizou' pudo más que la euforia del 'Cholo'. Cambios acertados con el objetivo de que el Atlético no adelante sus líneas y confianza a sus mejores jugadores. Al finalizar un tiempo extra incluso se le vio conversando entre sonrisas con CR7. El portugués le pidió lanzar el último penal con el que Real Madrid consiguió la undécima. Zidane, la suerte de un tiro al poste del rival y la eficacia en la definición resumió en un partido, la campaña con la que el cuadro merengue tuvo el mérito de recuperarse para mejorar y conseguir así una nueva Champions League.

EN VIDEO: Cristiano Ronaldo: Le pedí a Zidane patear el quinto penal.

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