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Mario Salas vivió un momento muy difícil en Calama, en el compromiso entre Ñublense y Cobreloa por el torneo chileno (se impusieron por 1-0). El estratega celebró efusivamente al borde del campo junto a sus jugadores tras el triunfo, una acción que no fue bien recibida por algunos fanáticos rivales. Entonces, le lanzaron un botellazo que le impactó en el rostro; posteriormente se desplomó y sus dirigidos -de inmediato- fueran a atenderlo. Después del lamentable hecho, el exentrenador de Sporting Cristal y Alianza Lima relató cómo ocurrió esta escena.
Tras la emocionante victoria de Ñublense en Calama, los hinchas de Cobreloa atacaron al entrenador. En conferencia de prensa, Salas se refirió a lo sucedido. “Una persona me lanzó un Gatorade de forma muy agresiva, muy violenta. La verdad es que me raspó y me golpeó la mano”. Este suceso se añade a la ya extensa lista de problemas que enfrenta los ‘Zorros del Desierto’ que pelean por seguir en la máxima categoría.
Es importante destacar que esta victoria permitió a los ‘Diablos Rojos’ alejarse de la parte inferior de la tabla, mientras que los derrotados continúan en el penúltimo lugar. Salas, quien se recupera del fuerte impacto, indicó que se encuentra bien, ya que fue solo cuestión de centímetros. “Quizá si esa botella hubiese pegado un poquito más adentro, me hubiese dado más de lleno en la cara o en la sien, a lo mejor yo estaría en otro lugar”, puntualizó el técnico.
Además, el entrenador condenó la conducta de la afición y alzó su voz ante las autoridades. “Hay que tomar las medidas que corresponden al caso. Son hechos que no pueden pasar desapercibidos”. Ñublense ocupa el noveno lugar con 34 puntos y aún tiene cinco partidos por disputar para seguir escalando posiciones y alejarse por completo de la zona baja.
Más actos de violencia de Cobreloa
Lo que le ocurrió a Salas no fue el único evento desafortunado que tuvo lugar en el fútbol chileno el pasado martes. En la ciudad de Calama, la atmósfera continuó extremadamente tensa. Los hinchas de Cobreloa, visiblemente frustrados por el rendimiento del equipo, se acercaron a los futbolistas para confrontarlos. Ahí expresaron su descontento a través de insultos y críticas.
Entre los jugadores, Bastián Valdés fue uno de los más afectados por los ataques de la fanaticada, que no conoce la victoria desde hace tres fechas. Sin embargo, la reacción del delantero fue inmediata; se acercó al grupo de aficionados para intentar responder a sus críticas. Esto encendió aún más la situación, que se tornó peligrosa y tuvo que ser controlada por otros miembros del equipo.
Este episodio de confrontación se suma a una serie de dificultades que enfrentó la institución en los últimos días. Recientemente, durante las festividades patrias, el mediocampista Mario Sandoval estuvo involucrado en un accidente mientras conducía en estado de ebriedad, lo que llevó a la directiva de los ‘Mineros’ a despedirlo. Estos eventos contribuyeron a un ambiente de incertidumbre y descontento en el grupo, tanto dentro como fuera del campo.
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