Hay maneras de perder en el fútbol y la que protagonizó Alianza Lima ante Atlético Mineiro no debería ser una de ellas. En la Copa Libertadores están los mejores equipos del continente, entre campeones mundiales y multimillonarios con poder, y es normal que unos sean superiores a otros; no obstante, la actitud con la que se juega esta clase de partidos siempre debe ser la misma: hay que competir. Ganar, empatar o perder está dentro de las posibilidades, son desenlaces que forman parte del juego; pero la competencia no debería faltar nunca, y lo que mostró el elenco de Guillermo Salas en el estadio Raimundo Sampaio se acerca más a otra cosa, a aguantar y resistir hasta el límite, lejos de lo que habían ofrecido en Asunción, cuando le ganaron 2-1 a Libertad. Así, con ese libreto, todo se hace más difícil y es necesario cambiarlo para no pasar por lo mismo otra vez.