Dicen que los futbolistas viven en una burbuja y muchas veces no se equivocan. Lo que no cuentan es que muchos de ellos tuvieron que trabajar más de la cuenta para poder cumplir los objetivos dentro de una cancha. Ese es el caso de Esteban Andrada, arquero de Boca Juniors y últimamente convocado a la selección argentina, a quien la vida le puso muchas trabas para forjarlo en lo que se convertiría: uno de los mejores goleros del continente.
Como todo futbolista profesional, la carrera del jugador empezó desde muy pequeño. Al igual que el resto de los niños, su sueño pasaba por convertir muchos goles en la posición de delantero, pero fue su padre el que lo convenció de que su lugar estaba bajo los tres palos. Así, cuando acompañaba a su hermano a los entrenamientos del equipo juvenil de San Martín, su papá lo probaba en el arco para que se divirtiera y no se equivocó.
Pero convirtiéndose en adolescente –tenía 15 años– frenar los goles de los rivales pareció ser lo menos importante que tuvo que atravesar. Un accidente de tránsito acabó con la vida de su padre y, sin ser mayor de edad, le tocaba poner el pecho por la familia. De esa manera, siendo ya un jugador del mismo club donde había estado su hermano, Andrada se hizo responsable de los acontecimientos y empezó a trabajar. “Tenía que cosechar, meter las uvas en un tacho y cargarlas en un camión. Se pagaba cinco pesos el tacho y cada uno pesaba 30 kilos. Estuve un par de meses así”, contó él mismo al diario argentino Olé.
Y cuando todo parecía derrumbarse, el deporte rey lo impulsó hacia arriba. No fue ‘xeneize’ desde un comienzo, sino ‘granate’ (aunque la camiseta del arquero sea de un color diferente). Lanús le dio la oportunidad y Esteban no la desaprovechó hasta tal punto de llamar la atención de la selección argentina sub 20, que lo llevó al Sudamericano de Perú en el 2011 y, luego, al mundial de la categoría en Colombia, donde su vida dio un cambio drástico.
De tocar fondo a llegar a la cima en tan solo unos años. Sus buenas actuaciones en el torneo FIFA hicieron que el FC Barcelona oferte 5 millones de euros por su pase, pero su club no aceptó argumentando su postura en que ellos no vendían a los jugadores que todavía no habían debutado en primera. Por eso tuvo que quedarse en Lanús y ahí iniciar su camino a la élite del fútbol argentino.
Una cesión que costó más de la cuenta
Cuando llegó su día en la Copa Argentina –Gabriel Schurrer lo hizo debutar ante Barracas Central–, todo hacía indicar que empezaba un camino de constancia, pero el cambio de entrenador (llegó Guillermo Barros Schelotto) le quitó oportunidades y continuidad. Había que hacer algo al respecto y fue Arsenal de Sarandí el que le abrió las puertas.
El 2014 fue el año en el que, por fin, el golero agarró los minutos que necesitaba para demostrar toda su calidad, aunque las desgracias parecían no dejar de perseguirlo después de lo sucedido con su padre. Cuando todo iba bien, pasó uno de los sustos más grandes de su vida. “Me secuestraron y me soltaron a los 10 minutos. Querían plata, me acuerdo que arrancaron pidiéndole 80 mil pesos a mi cuñado, después 50 mil y terminó dándoles 23 mil, que era todo lo que él tenía más dos mil que yo tenía en la billetera y les di”, contó.
Luego vino el salto que tanto necesitaba para olvidar los golpes. El regreso a Lanús en el 2017 llegó con la confianza del entrenador Jorge Almirón, quien no dudó en él para construir un equipo que le ganó la Supercopa Argentina a River Plate ese mismo año (3-0) y clasificar a la final de la Copa Libertadores, que terminaron perdiendo ante el Gremio de Porto Alegre.
Después de tanto sacrificio, un grande de verdad optaba por él. Cuando todas las miradas apuntaban a la comparación de arqueros entre Boca y River, ya que uno tenía a Agustín Rossi y el otro a Franco Armani, los ‘xeneizes’ le abrieron la puerta a Andrada para que equipara la balanza y lo hizo rápidamente.
Hoy en día, en Argentina, se cuestionan quién tiene mejor golero. El de Boca lleva 1046 minutos de Superliga Argentina sin recibir gol –también gracias al buen armado que ha construido Gustavo Alfaro– y tendrá una revancha ante el ‘Millonario’ después de haber sufrido la final del Santiago Bernabéu. Igual, después de todo lo que vivió, poner el pecho en los momentos difíciles parece ser una tendencia en la carrera de Esteban.
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