La temporada 2018/19 parecía ser la última de Gareth Bale con la camiseta del Real Madrid. El regreso del técnico Zinedine Zidane al banquillo ‘blanco’ marcaba su destino, pues la percepción del francés sobre el galés había bajado con el tiempo: de parecerle insustituible a convertirlo en uno más dentro de la plantilla. Tras las vacaciones se confirmaban las especulaciones. “Si se va mañana, mejor”, decía el entrenador tras un encuentro amistoso ante el Bayern Múnich por la International Champions Cup. Entonces, ¿qué fue lo qué cambió con el futbolista?
Las redes estaban inundadas de despedidas para el futbolista británico. Los recuerdos de momentos icónicos –la chalaca ante el Liverpool, el gol al Barcelona en la final de la Copa del Rey o el 2-1 al Atlético de Madrid en el tiempo extra de la ‘Décima’– convertían la despedida en algo melancólico. Cómo un talento de ese nivel podía irse por la puerta de atrás del club más grande en Europa.
Pero los días pasaban y los rumores sobre traspasos a China no se confirmaban. Florentino Pérez pedía mucho dinero (obvio, pues, ya que pagó más de 100 millones al Tottenham por su traspaso) y todo era muy indeciso hasta el inicio de la Liga Santander, donde ‘Zizou’ se retractó. Tras la victoria en Balaídos contra el Celta, el francés confirmaba que su deseo no se había cumplido. “Se va a quedar y va a defender como se debe a esta camiseta”, señaló.
¿Los entrenamientos lo habían hecho cambiar de opinión o fue un pedido expreso de la directiva? La única verdad es que para la fecha 1 en España, el galés no solo contaba para su entrenador, sino que también era titular, y figura. A los 12’ de iniciado el encuentro, el futbolista de 30 años le servía en bandeja el primer gol de la temporada a Karim Benzema. El mundo confirmaba que era redondo y daba vueltas.
Se rompió el ‘palito’
Teniendo el talento que tiene, la capacidad goleadora que brinda al equipo y el desequilibrio individual que muestra, muchos se preguntan por qué es que Zidane no pensaba tener en cuenta a Gareth Bale para la temporada que ya empezó. Para ello tenemos que recapitular hasta la Champions League 2017/18, cuando el Real Madrid consiguió su tercera ‘Orejona’ al hilo.
Los octavos de final de aquella competición daban a entender un poco del malestar del entrenador con uno de sus jugadores estrella. Y es que, a pesar de ser un futbolista de lujo, a ‘Zizou’ le interesaba que el ‘11’ demuestre un trabajo defensivo que, hasta ese momento, no hacía. Por eso, en los partidos clave, Bale no aparecía en la oncena titular.
Todo pasó a segundo plano cuando el galo optó por salir del cuadro madridista finalizada esa temporada. Sentía que su etapa había acabado y Gareth, quizás, podía respirar tranquilo. Ya no tendría a un ‘pesado’ que le recrimine por cosas que no hace y sí lo elogie por las que marca diferencias. Pero el destino los puso de nuevo juntos y ‘ZZ’ ya sabía con quién no contaría para la reestructuración de la temporada que venía.
La confianza estaba rota, pero antes de aquella eliminatoria ante el PSG, ya había razones para que el técnico no confíe del todo en un integrante de la BBC. El 23 de abril del 2017, un mes antes de la final de la Champions League ante la Juventus, el Real Madrid recibía al Barcelona por La Liga y Bale salía lesionado a los 37’ del primer tiempo. La decepción de su entrenador fue mayúscula, pues días antes, el galés le había dado a entender que estaba al 100%.
En Cardiff, ante la ‘Vecchia Signora’, Bale ingresó a los 82’ con el partido ya definido. Un año después, ante el Liverpool, tampoco era titular en una nueva edición de la final de la Champions, pero su ingreso a los 62’ cambiaría el partido con un gol impresionante de chalaca. Había algo de contradicción entre lo que hacía en cancha y lo que pasaba fuera de ella porque, vamos, su incidencia en los partidos nunca pasaba desapercibida.
Bale ya sabe lo que tiene que hacer en esta temporada si quiere, por fin, ganarse el respeto y cariño de su entrenador. Los goles y las asistencias, ‘Zizou’ las da por descontadas, lo que él quiere, y ya lo demostró, es gente capaz de tener el compromiso necesario para correr lo que el otro no puede. De esa manera, el galés empezará a tener más minutos y pasar menos inadvertido por los hinchas blancos.
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