Llegó después de Brasil 2014 como la nueva joya del madridismo. Tras Freddy Rincón y Edwin Congo, James Rodríguez sería el tercer colombiano en vestirse con la camiseta del Real Madrid. Y en su primera temporada, de la mano de Carlo Ancelotti, el entonces ‘10’ del equipo blanco encontraría la regularidad (jugó 43 partidos como titultar) con la que soñaba cuando pisó el Santiago Bernabéu por primera vez.
Pero las temporadas pasaron, la salida del técnico italiano se confirmó y su reemplazante, Zinedine Zidane, era el encargado de tomar la riendas del cuadro blanco. En la rotación, el exMonaco tenía un espacio, pero la falta de continuidad confirmaba que al francés no le convencía del todo la estrella del fútbol colombiano.
Tras dos temporadas así, a James se le abría una puerta para volver a encontrar continuidad. Era en Alemania, nuevamente con Ancelotti. De esa manera, Rodríguez tomó sus cosas y no la pensó dos veces: se fue cedido al Bayern Múnich por dos temporadas, pero al final todo pareció llegar a lo mismo. No convenció y los bávaros no ejercieron la opción de compra que tenían, por lo que tenía que volver a Madrid.
La pretemporada fue un tanto movida en cuanto a rumores. El Napoli –sí, otra vez ‘Carletto’ aparecía en escena– preguntaba por él, pero también el Atlético de Madrid, al que el Real no quería cederlo. Nunca se terminó de afirmar ninguna oferta y James seguía en Valdebebas para que en la previa del debut liguero ante el Celta de Vigo, ‘Zizou’ confirme que contará con él para una nueva temporada.
“James está en forma y estoy contento de tenerlo en la plantilla. Voy a contar con todos los que están aquí y ellos están contentos de estar en el Real Madrid”, dijo Zidane en conferencia de prensa. Una nueva oportunidad para el zurdo, que talento tiene de sobra, pero que tendrá que mantenerlo con regularidad para empezar a marcar la diferencia.
Un perfil diferente
La zurda de James Rodríguez tiene algo especial. Un pincel para decorar las jugadas cuando su equipo más lo necesita, sea con una asistencia o con un disparo de larga distancia que se convierte en gol. Así, el ‘10’ de la selección de Colombia se ha convertido en un jugador diferente para su país y, cuando está fino, también para el club que defiende.
Ese pie izquierdo parece ser algo que no tiene el cuadro blanco en tres cuartos de cancha. El desequilibrio individual aparece con los Eden Hazard, Gareth Bale (que también se queda), Vinicus Junior o hasta Lucas Vázquez, pero James tiene algo que lo diferencia de los demás y es el saber frenar cuando todos corren. Manejar los tiempos a su antojo parece ser el as bajo la manga del sudamericano.
Rodríguez le puede dar mucho a esta versión del equipo. Una plantilla que parece no tener rumbo fijo y que necesita –tras el bajón individual que ha sufrido Luka Modric– de un personaje que junte las líneas a través del control y de la posesión del balón. Así, partiendo desde la izquierda, James puede darle paz a un club que convive con el caos desde que se fue Cristiano Ronaldo.
Vamos a ver qué importancia le da Zidane en el equipo, pero si empieza a encontrar los minutos y el nivel que su potencial dice tener, el colombiano puede ser una versión potenciada de lo que fue Isco cuando vencieron a la Juventus en la segunda final de Champions League al hilo que ganaron. James tiene todo para encontrarse con la afición del Santiago Bernabéu, solo falta la confianza que espera conseguir del que manda desde el banquillo.
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