Messi es hoy el Dios del Barcelona, el jugador por quien cada fin de semana más de 100 mil hinchas en Camp Nou suspiran, aplauden y exponen toda clase de emociones que la magia puede despertar. Y siendo Leo el goleador histórico del club y de la Liga de España, no es para menos.
Hace más de 60 años, el 'Messi' de esa época no era argentino, no ganaba 26 millones de dólares por temporada sino dos millones de pesetas (13 mil dólares), no llevaba una vida de lujos, era uno de los perseguidos por el comunismo de la Unión Soviética. Su nombre fue Ladislao Kubala (1927-2002), un húngaro que llegó a España como ilegal para convertirse en el primer ídolo blaugrana.
Fichado el 15 de junio de 1950 por el Barcelona, pero solo para jugar amistosos ya que no contaba con la autorización de la FIFA para disputar partidos oficiales por negarse a militar en un club de su país, Kubala, como Messi cuando debutó a los 16 años en el 'Do Dragao' ante el Porto de Mourinho, sorprendió a su entrenador de ese entonces, Ramón Llorens, y a la afición blaugrana que asistió a ver un triunfo de 4-0 ante el Osasuna.
Regates impredecibles, destacable fuerza física, técnica de un malabarista, extraordinaria visión de juego, habilidad para los remates, maestría insuperable en los tiros libre y penales y dotes de líder en el terreno de juego. Hasta la llegada de Messi, nunca se vio a un jugador que reuniera tantas cualidades. En Barcelona sabían que no se le podía desaprovechar, que Kubala era la primera piedra para construir la época dorada.
Un año después y tras una serie que trámites burocráticos, Ladislao Kubala fue fichado de forma oficial y demoró solo un partido en marcar su primer gol. Fue el 29 de abril de 1951, cuando el Barcelona venció en semifinales de la Copa del Generalísimo a Sevilla. Dicho torneo también significaría el primer título del volante húngaro tras imponerse en la final a la Real Sociedad por 3-0.
En los once años que 'Laszly' defendió los colores del Barcelona, marcó 280 goles en 345 partidos entre oficiales y amistosos, según las estadísticas del propio club. Y fueron 14 títulos los que Kubala dejó en las vitrinas azulgranas. A ese equipo que lideraba el húngaro se le conocía como el de 'Les Cin Copes' ya que en una misma temporada, la de 1952-53, fue capaz de ganar todas las copas en disputa: Liga, Copa del Generalísimo, Copa Latina, Copa Duward y Copa Martini&Rossi. Era algo así como el triplete de estos tiempos.
El "culpable" de la construcción del Camp Nou.
Con todas las habilidades de crack que poseía y por lo que le daba al Barcelona, Kubala se transformó en un fenómeno de masas al que todo el mundo quería tener ante sus ojos. Ver sus malabares con la pelota eran espectáculo asegurado. Para esos tiempos, 'la de Ronaldinho' o la 'bicicleta' eran jugadas aún no patentadas, pero que Ladislao ya dominaba.
La técnica que tenía el mediocampista de 1.76 mts. hizo que en cada partido el campo de Les Corts, estadio del Barcelona hasta 1957, se llenará hasta los topes. En la grada no cabía ni una aguja y muchos aficionados se acababan instalando sobre el mismo césped. El proyecto de construir un nuevo recinto deportivo se volvería imprescindible.
Es por eso que, además de los títulos y goles, a Kubala se le recuerda como el "culpable" de la construcción del Camp Nou, que a partir de 1957 empezó a acoger al doble de hinchas que Les Corts (50 mil personas). Fue un monumento al 'Messi' de los 50's que marcó la mejor época deportiva del Barcelona. Lamentablemente, 'Laszly' disfrutaría solo cuatro años en su nueva casa ya que en 1961 dijo adiós para unirse a las filas del vecino: Espanyol. Pero esa ya es otra historia.
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(RC)