En el mismo ‘fin del mundo’, como era considerada la costa gallega hasta el descubrimiento de América, entre el azul del cielo y el verde de los bosques, y a menos de dos kilómetros del océano Atlántico; se alza sobre el río Lagares el estadio de Abanca Balaídos como si se tratara de un gran buque intentando alcanzar el mar.
Un paisaje, el gallego, que se refleja a la perfección en los colores celestes del club, simbiosis entre el océano y el cielo, que simbolizan la cultura de un pueblo entregado a sus costas. Costas que han formado parte capital de su historia, desde la influencia vikinga que dan origen al nombre de Vigo, hasta su actual industria naval o actividad marisquera. Signo y seña de una tierra conocida por su gastronomía, sus tradiciones y su actividad cultural.
Cada fin de semana el Abanca Balaídos se viste de celeste para llevar en volandas a los jugadores del Real Club Celta de Vigo. 30.000 hinchas que comparten un solo lema, la ‘afouteza’ gallega, ese coraje incondicional que caracteriza a este equipo y a su afición, y el cual ha llevado al RC Celta a disfrutar de inolvidables noches de fútbol, convirtiéndose en uno de los clubes históricos de LaLiga Santander.
Una comunión entre equipo y afición que se palpa en el ambiente cada vez que suena en las gradas “A rianxeira”, una canción popular gallega donde se rinde homenaje a todas las mujeres que en Galicia dedican su vida al mar.
En sus 90 años de historia el estadio de Abanca Balaídos ha vivido grandes citas, dejando para el recuerdo de todo gallego los vibrantes enfrentamientos entre el RC Celta y su eterno rival el RC Deportivo, actualmente en LaLiga 1l2l3.
Pero no todo es fútbol, el estadio ha acogido grandes eventos como el concierto en el que Madonna vistió la camiseta del RC Celta con el número cinco a la espalda, o el protagonizado por The Rolling Stones en el que 35.000 personas pudieron disfrutar de su mítica gira ‘Bridges to Babylon’ en 1998.