Verano del 2005. Frank Rijkaard era el técnico de un Barcelona que volvía a enamorar al mundo del fútbol de la mano de otro holandés. Si el primero fue Cruyff, su sucesor se convertía en un ex jugador de una versión más renovada de ‘La Naranja Mecánica’. Rijkaard fue uno de esos jugadores totales que se desenvolvía en la defensa como en el centro del campo y a su llegada al Barcelona como entrenador, él les pedía mantener la posesión como desenvolverse con regularidad en distintas posiciones del campo de juego.
Ya en su segunda temporada como técnico, luego de obtener el subcampeonato de La Liga en la temporada, Rijkaard tenía a Ronaldinho, Eto’o y Giuly como sus principales atacantes, por lo que la dirigencia culé le comentó sobre el deseo del Cádiz de tener a uno de los juveniles de ‘La Masía’. Se trataba de Lionel Messi, que había jugado la temporada pasada en el Barcelona B en donde había marcado seis goles en 17 apariciones. Nada mal para un canterano.
¿Cuál fue la respuesta de Rijkaard? Un rotundo no, pese a que recién hizo debutar al delantero argentino sobre el final de La Liga en un partido con el Villarreal. Messi marcó esa noche tras una genial asistencia de ‘Dinho’ y todo el Camp Nou vislumbraba a una promesa, que terminó convirtiéndose en realidad. Messi se convirtió en uno de los mejores de la historia del fútbol y hasta la fecha, algunos se preguntan ¿qué hubiese pasado si llegaba al Cádiz?
El equipo en donde se hizo famoso el ‘Mágico’ González terminó descendiendo en esa temporada a la Segunda División y en el presente se encuentra en la tercera ubicación, solo detrás del Huesca y Lugo. Y sí, pudieron tener a Messi al menos una temporada, si es que Rijkaard no se hubiese negado a tal propuesta en ese entonces.
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