Luís Advíncula vivió el pasado sábado uno de los partidos más extraños de toda su carrera. En lo que era su primer duelo ante el poderoso Barcelona, el peruano tuvo la victoria al alcance de su mano y en menos de cinco minutos vio como lo que podía haber sido una gesta única se convirtió en pesadilla. En España hay una expresión que últimamente se usa con bastante frecuencia para calificar a cuadro azulgrana o al Real Madrid. Cuando estos equipos tienen buena fortuna en los partidos, se dice que tuvieron flor. Si sucede al revés también puede usarse el término flor pero acompañado de marchita, tal y como le pasó a Advíncula. ¡Qué pena la ocasión errada que tuvo en la última jugada! ¡Hubiese sido el héroe!
El lateral derecho cosechó un partido notable, al menos así se lo hicieron saber múltiples aficionados al final del encuentro cuando ‘Luchito’ abandonaba el Estadio de Vallecas. “Advíncula, cabeza bien alta”, le gritaban varios hinchas. En efecto, razón no le faltaba porque de cada 10 partidos así solamente se pierde uno y, justamente, fue este. Corrió, peleó y puso en problemas a un desaparecido Coutinho. Pero ni mucho menos su exhibición acabó aquí, también fue partícipe en el primer gol del Rayo Vallecano obra de Pozo. El peruano cogió el balón en su campo y avanzó la jugada a una gran velocidad que puso los pelos de punta a los aficionados en Vallecas.
Míchel, el técnico del Rayo Vallecano se mostró muy enojado en rueda de prensa y expresó que el encuentro se perdió por culpa de su equipo. Estas palabras de Míchel gustaron a los jugadores, quienes sacan una lectura positiva de esta experiencia. “Si jugamos así siempre, el equipo no baja a Segunda División”, comentan en el vestuario. El Rayo estaba acostumbrado a perder goleado ante Barcelona y Real Madrid cuando el entrenador era Paco Jémez. El sistema ofensivo del exentrenador de Cruz Azul no parecía funcionar ante los grandes y todos estos antecedentes desmotivaban a la grada, pero a medida que transcurrían los minutos la realidad era otra.
La existencia del Rayo Vallecano es un auténtico milagro. El club donde milita Luis Advíncula tuvo problemas de crecimiento que podrían haber supuesto su desaparición definitiva en más de dos ocasiones. Impagos, gestiones nefastas y un sinfín de decisiones incorrectas propiciaron que el equipo de la franja roja haya sido una de las entidades con mayor porcentaje de disolución. ‘Luchito’ forma parte de un grupo selecto de jugadores que tienen la fortuna de defender a un barrio entero por medio del fútbol. Y es que en Vallecas solamente se habla del querido ‘rayito’. Un guerrero como él es ideal para una entidad como esta.
Desde España
Eduardo Cornago (@educornago)