Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, tuvo que inyectarse suero para jugar ante el Getafe en un partido en el que Zinedine Zidane no podía contar en defensa con Dani Carvajal y Raphael Varane, tras pasar el capitán 'blanco' una mala noche y tener vómitos durante la mañana del sábado.
Ramos jugó al límite de sus fuerzas en el Coliseum Alfonso Pérez y acabó exhausto en el vestuario madridista al descanso y al final del partido. El capitán dio muestras de su garra y compromiso decidiendo jugar tras tener que inyectarse suero para recuperar líquidos por los vómitos que tuvo en el mismo día del partido.
Zinedine Zidane reconoció que el capitán madridista no tuvo fiebre en ningún momento ni llegó a marearse, por eso tras el calentamiento decidieron conjuntamente que jugase el encuentro en el que a Ramos no se le notó que estuviese afectado.
"Ahora está bien pero pasó la noche mala con vómitos y le inyectaron suero. Otra vez ha dado ejemplo de capitán, dando el máximo, sin borrarse nunca. Ni se le nota como estaba y ha estado al pie del cañón", aseguró Lucas Vázquez. EFE