se pudo ir a las duchas antes de tiempo. Mejor dicho, Ramos debió irse. Sin embargo, el árbitro le perdonó la vida a falta de un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario en la final del Mundial de Clubes.

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El defensor merengue empujó por detrás a Mu Kanazaki, cuando se disponía a iniciar un ataque para el Kashima. El juez del encuentro sancionó la falta y, de inmediato, llevó a sus manos al bolsillo para sacar la tarjeta: amarilla, entendemos.

Todo parecía indicar que lo haría. No obstante, Janny Sikazwe desistió, se arrepintió. Sergio Ramos ya tenía un amarilla en el juego, por lo que la segunda hubiera significado la roja.

En ese momento, el partido estaba igualado a dos y se tuvo que definir al campeón en tiempo suplementario. En esa instancia, fue el Real Madrid el que sacó ventaja y se llevó el triunfo por 4-2.

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se pudo ir a las duchas antes de tiempo. Mejor dicho, Ramos debió irse. Sin embargo, el árbitro le perdonó la vida a falta de un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario en la final del Mundial de Clubes.

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El defensor merengue empujó por detrás a Mu Kanazaki, cuando se disponía a iniciar un ataque para el Kashima. El juez del encuentro sancionó la falta y, de inmediato, llevó a sus manos al bolsillo para sacar la tarjeta: amarilla, entendemos.

Todo parecía indicar que lo haría. No obstante, Janny Sikazwe desistió, se arrepintió. Sergio Ramos ya tenía un amarilla en el juego, por lo que la segunda hubiera significado la roja.

En ese momento, el partido estaba igualado a dos y se tuvo que definir al campeón en tiempo suplementario. En esa instancia, fue el Real Madrid el que sacó ventaja y se llevó el triunfo por 4-2.

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