Pocas son las veces en que un acto contra la integridad física despierta tantas reacciones de afecto como las que generó este lunes Pablo Lavandeira con su emotivo heroísmo por los colores de Alianza Lima. Y es que todo aquello que no había sido capaz de generar con un estado físico óptimo en la Copa Libertadores, ante Cienciano en la Liga 1 le fue posible, incluso, con una pierna coja, adolorido, lesionado, desbordado por la presión de ganar y el aniquilamiento producido por el cansancio. Se dio el lujo, movilizándose a una pierna y casi dando brincos para mantenerse de pie, de generar una contra, de quitar, marcar y hacer todo eso que un héroe hace para la tribuna y puede resumirse en un valor trascendental de equipo: el sacrificio.