Para llegar a Pucaurquillo hay que hacer un viaje de 15 horas en lancha desde Iquitos. Una travesía menor comparada a la que Gianella López inició a los 8 años de edad, cuando descubrió su pasión por la práctica del fútbol y decidió entonces que quería ser futbolista profesional y, algún día, jugar en la selección peruana. Cumplir su sueño de jugar en la Liga Femenina le tomó a Gianella 13 largos años en los que, en medio de un sinnúmero de limitaciones, abundaron esfuerzo, dedicación y mucho sacrificio. ¿Cómo es ese camino a ser futbolista para una mujer en el Perú? ¿Qué retos y oportunidades implican para una niña/adolescente ser futbolista y cuánto ha cambiado el mercado del fútbol femenino en nuestro país en los últimos tiempos?
Su nombre completo es Gianella Rojas Flores y este 2022 debutó en la Liga Femenina de Fútbol en nuestro país con el FC Killas. Como cualquiera al que le apasiona la práctica de un deporte, descubrió a muy temprana edad que lo suyo era patear una pelota. Descalza, correteaba detrás del balón en las improvisadas y agrestes canchitas de pasto natural en su natal Pucaurquillo. Ni la lluvia, ni el lodo, mucho menos la precariedad de los campos atizaban sus ganas de gritar un gol y su pasión para aprender la disciplina. Así también aprendería que decidir ser una mujer futbolista en el Perú implicaría forjar un carácter a prueba de todo.
Jugaba muy temprano, casi de madrugada y luego del colegio, por la tarde. Así, en el transcurso del 2015 le saltaba una primera oportunidad en el futsal en unos Juegos Escolares. “En Iquitos, con el equipo Juan Velazco Alvarado, entrenábamos en una cancha de arena en las noches, porque en el día las chicas trabajaban, pero en ese lugar no había luz, encima era pequeña como para jugar pichangas”, recuerda Gianella.
El factor social, un partido aparte
Para María Alejandra Espejo, hoy delantera de Sporting Cristal, apostar por ser futbolista también involucró un esfuerzo descomunal, no solo por ser una disciplina tradicionalmente asignada al sexo masculino, sino también porque las oportunidades para desarrollarse eran limitadas. “Desde los 5 o 6 años quise jugar al fútbol luego de ver los entrenamientos de mi hermano. Fue así como mi papá decidió inscribirme en una academia de varones y así empecé. Al inicio me acogieron bien, jugaba en los campeonatos y los entrenadores me ponían de titular, pero al crecer comenzó la desigualdad. Por ser mujer jugaba poco tiempo, los entrenadores solo ponían a hombres. Si le ganabas a un chico, las mamás les decían ‘cómo te va a ganar una mujer’ o ‘por qué meten a la chica’, ‘te volverás machona’ y más”, cuenta la hoy atacante rimense.
La concepción social y cultural del rol femenino en el fútbol en el Perú también golpeó muy pronto a Gianella: “En mi pueblo, las chicas practican mucho el fútbol. No había esa discriminación, que sí vi a medida que fui creciendo en la ciudad. Había personas que nos tildaban con diferentes calificativos como ‘lesbianas’, ‘qué hacen jugando’, ‘por qué no se dedican a su casa’, ‘por qué no juegan con hombres’… nos decían de todo y nos hacían sentir mal”.
¿Se ha normalizado ya que las mujeres quieran ser futbolistas?
Para Karen López, capitana en Sporting Cristal y también entrenadora de la categoría Sub-12 del club, actualmente el mercado del fútbol femenino se ha desarrollado en el Perú. “Ya se tiene más academias de niñas, la de los clubes propiamente dicho, además de particulares, en los conos (de Lima). Por ejemplo, hay un torneo que se juega ‘Creciendo con el fútbol’ y hay infinidad de equipos de niñas, más de 100, antes no veías eso”, explica.
Eso sí, aunque admite un crecimiento, también resalta que la oferta aún no es similar a la del fútbol masculino: “Ahora los papás ven que sus hijas juegan y las apoyan. Además, las competencias oficiales para las niñas van desde la Sub-12 hasta la Sub-18, pero las categorías de menores masculino van desde mucho antes y eso también se debe promover en niñas”.
En los últimos años hubo un crecimiento y con ello, se incrementaron las oportunidades. La masificación de escuelas de fútbol femenino está involucrando progresivamente a más clubes profesionales y escuelas particulares, como FC Premier o JC Sport Girls, entre las más conocidas.
La experiencia en Argentina y Uruguay
No obstante, para edades tempranas, es preciso no descuidar un detalle: la parte lúdica. Germán Portanova, entrenador de la selección femenina de Argentina y con amplia experiencia en fútbol femenino habla de la importancia que se debe dar al juego, más que a lo físico, cuando son niñas. “Las niñas tienen que divertirse, los entrenamientos tienen que ser a nivel de juego, más allá de la parte coordinativa de la carrera, que deben mejorar, así como la fuerza, pero no con pesas, porque son pequeñas”, indica a Depor. Para ello, citó un caso de su último viaje que tuvo, para captación de jugadoras, una tarea que realiza en las provincias para conocer cómo va la formación de nuevos talentos en el fútbol femenino argentino.
“Hay clubes, como Independiente de Mendoza, Godoy Cruz, entre otros en provincia, que se dedican a la formación de niñas y están muy bien encaminados en sus torneos. Por ejemplo, que su cancha no tenga la dimensión para once, porque ellas son más pequeñas, que el arco no sea tan grande, como el balón, que todo sea dimensionado a la edad que tienen y Dios quiera que este proceso que comenzamos se lleve a cabo de la mejor manera”, recalca el DT, el cual en la última Copa América Femenina consiguió la clasificación de Argentina al Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda 2023.
Uruguay es uno de los casos más importantes, respecto a la formación de niñas en el fútbol desde hace más de 20 años. Jorge Burgell, expresidente del Departamento de Fútbol Femenino en la Asociación Uruguaya de Fútbol (2007-2008) y exentrenador de la selección femenina ‘charrúa’, fue parte de este gran cambio que se dio en el país sureño: “En 1999 arrancaron los torneos juveniles, bajo la supervisión del Departamento de Fútbol Femenino de la AUF. Se comenzó desde la Sub-15 y se fueron formando más categorías. Ahora hay Sub-19, Sub-16 y Sub-14. De trece para abajo, los menores integran otro organismo, la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI), que a partir del 2005 tuvo un departamento enfocado en niñas, con apoyo del Estado, para así promover competencias para ellas”.
Para el libro sobre la historia del fútbol en Uruguay, escrito por Alejandro Giménez y que está próximo a salir, narra un pasaje importante a tomar en cuenta. Desde el 2005, desde que se creó en la ONFI el Departamento de Niñas al 2019, se ha logrado incrementar el número de niñas inscritas, en 600 clubes a nivel nacional, a 5,500. “En ONFI se comenzó a trabajar con categorías sub-13 y sub-11, con la idea de ir avanzando hacia edades más bajas. Ahora se mantiene esas categorías y se han venido haciendo jornadas, no campeonatos, de sub-9 y sub-7. Los sábados y los domingos son los partidos, pero cada club tiene su pequeña cancha y las medidas están reglamentadas, de 40x20 metros, dimensionado para ellos”, menciona Burgell.
¿Qué se necesita para masificar el fútbol femenino?
¿Basta con el insumo humano, las plataformas de desarrollo y el fomento de la disciplina o es un factor clave también contar con personal especializado? Desde la Federación Peruana de Fútbol (FPF) se viene capacitando todos los años a futuros entrenadores, en las diferentes categorías, desde la Licencia C (para bases) hasta la Licencia Pro (profesional), además de cursos especializados en psicología deportiva, marketing deportivo, etc. Respecto a entrenadoras mujeres, ya se tienen a jugadoras y ex futbolistas que vienen cursando o están por terminar la carrera, como es el caso de María José Cáceres, asistente técnico de la selección peruana femenina.
A nivel de clubes, se tiene a Olienka Salinas, quien se desempeña como entrenadora de FC Killas, mientras que Karen López posee la Licencia para fútbol de bases, y con la categoría Sub-12 de Sporting Cristal. Así como ella, más jugadoras que han disputado esta temporada la Liga Femenina se vienen preparando, como Sandy Dorador, Miryam Tristán o Fabiola Herrera.
No obstante, por parte de la FPF no se tiene implementando un seguimiento exhaustivo de menores en las academias y no se ha difundido formalmente un plan estratégico a largo plazo para la profesionalización de los equipos femeninos.
Si bien desde 2019, Conmebol tiene como requisito que cada equipo que participe en la Copa Libertadores o en la Sudamericana cuente con una delegación femenina, esta medida no se ha replicado con el mismo rigor en cada Federación miembro.
En Argentina, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) instauró como obligación que cada equipo de Primera cuente con su delegación femenina. No obstante, como detalla Portanova, “muchos equipos lo tienen sin tener mucha formación y vocación, mientras que otros les va muy bien. Por ejemplo, UIA Urquiza, su equipo masculino está en la División B, pero el femenino está en la A. Otro factor importante es que AFA aporta 8 contratos a los clubes, así ellas lo pueden tomar más profesional”.
La última edición de la Copa América Femenina fue solo un vistazo de los cambios que se tienen que gestionar a nivel sudamericano. La llegada de entrenadores de la talla de Pia Mariane Sundhage (Suecia), DT de Brasil y que estará en el próximo Mundial, tras ganar el torneo continental, es sin duda un paso importante hacia una mejor competitividad. Pamela Conti, DT de selección femenina venezolana fue clara en su mensaje, tras enfrentar a Perú en la cita sudamericana: “Deberíamos tener torneos distintos para cada competencia, para Eliminatorias al Mundial, para los Preolimpicos y más, como en el fútbol masculino”.
En la web de cursos formativos de Conmebol se puede leer que estos se dictan para ambas categorías (masculino y femenino), solo uno está especializado para formar mujeres líderes en gestión deportiva.
Con todo ello, parece ir germinando -aunque lentamente- la semilla que se necesitaba para darle un nuevo rostro al fútbol femenino enla región. Aún es poco, si se compara con Europa o Estados Unidos. Sin embargo, los torneos femeninos ya son televisados y el incremento de asistencia a los partidos cada vez se hacen más comunes.
Para muestra un botón: la final de hoy entre Alianza Lima y Carlos Mannucci se disputará con un marco superior a los 28 mil asistentes en el estadio de Matute, en Lima. Todo un hito en el crecimiento y desarrollo del femenino en nuestro país. Un hecho que, hace algunos años, cuando Gianella López soñaba con dedicarse al fútbol, habría sido difícil de siquiera imaginar.
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