A diferencia de la pandemia que ha puesto en jaque a todo el mundo y nos ha hecho caer en cuenta que, pese a lo evolucionados que nos sentimos, lo más valioso en la vida sigue siendo comer y dormir a salvo; el nuevo problemón que se le avecina a nuestro queridísimo Christian Cueva sí era previsible.
Entre Santos y Krasnodar hay en común algo más que un dolor de cabeza por el ‘10’ de la blanquirroja. Ambos clubes quedaron enredados en un lío traducido en una cifra en euros con varios dígitos. Y, con uno queriendo cobrar y otro cuestionando el pago, no tardarían en apuntar su artillería hacia el habilidoso mediocampista que, como ante el neozelandés para el gol de Farfán en Lima, amagó hermosamente para zafar de ambos y fichar por el Pachuca mexicano con el visto bueno de la FIFA.
¿Qué se viene ahora para el ‘10’? Según los entendidos, un largo proceso que seguramente se alargará aún más por el contexto de pandemia que enfrentamos todos y que ha detenido de golpe el ciclo natural de nuestros días.
Igual, Cueva -como todos- está privado de la libertad absoluta y aguarda en su casa, junto a su familia, retomar la rutina de los entrenamientos en el Pachuca, club que seguramente evalúa ya qué tanto puede salpicarle todo este barullo que se avecina.
Eso sí, desde la Federación ya hicieron la tarea y aseguran que las repercusiones no han de ser más que económicas contra Cueva y que su llamado a la selección, cuando se inicien las Eliminatorias, sigue siendo posible. Al menos, por ahora.