Es el modelo de futbolista del que Perú careció en los últimos 20 años. Cuando pisó por primera vez la Videna, sus compañeros lo miraban como a un extraterrestre. Pero Benavente llegaba de Europa. Sus actitudes no eran precisamente la de un ‘galáctico’, pese a que fue formado en el Real Madrid.
La humildad es su sello, y eso se valora en tiempos en los que caminamos hacia la profesionalización. Pero él ya lo es, porque es un adelantado a nuestra época; una que el ‘Chaval’ no vivió en carne propia pero aprendió mucho de lejos.
Siempre puntual, correcto para declarar y el más perseverante de los entrenamientos. Desde la era Juan José Oré hasta la de Ricardo Gareca. Benavente no ha cambiado ni un poquito. Más bien, es un futbolista que ha ido fortaleciendo la proyección de su imagen y, sobre todo de su entorno. Se supo manejar hasta en redes sociales. Por eso enternece tanto. Porque su valor gira en torno a lo que representa fuera de la cancha y en la alta competencia.
Nunca comprometido en un escándalo, Benavente es actualmente el único peruano que la rompe en Europa. Es indiscutible en el Sporting Charleroi, hace goles y golazos e integra normalmente los equipos ideales de la liga belga. Por eso, justificado estuvo su último llamado a la Selección Peruana, el cual coincidió con el discurso de Ricardo Gareca.
Su entusiasmo, por ahora, no se ha convertido en un argumento sólido para ser considerado un indiscutible en la lista de 23 futbolistas que Gareca llevará al Mundial. Primero, necesita asimilar rápido una idea ya instalada. Y lo logrará mientras se aleje más del individualismo y en la medida que se quite esa mochila pesada que cargó producto de su propia desesperación. Pasó en su momento con Claudio Pizarro. Pero Benavente está a tiempo. Tampoco lo crucifiquemos. Porque en Rusia no se acaban los Mundiales.
¿Gareca lo llevará al Mundial? Las jugadas de Benavente ante Islandia [VIDEO]