El textual más comentado en la etapa de 'Chemo' del Solar como técnico de la Selección Peruana puede que se convierta en la última profecía de nuestro fútbol. Pocos tomaron en cuenta sus palabras y unos otros pueden haberlo considerado – en ese entonces – un acto de demagogia cuando había declarado que "pasarían 50 años para tener una generación" como la que tuvo en su ciclo camino al Mundial de Sudáfrica. El tiempo, sin embargo, puede haberle dado la razón al ahora entrenador de la San Martín. Han transcurrido los años y no hemos visto nada parecido a Pizarro, Farfán, Guerrero, Rodríguez, Vargas y hasta el Acasiete del Almería de España.
El partido del último jueves ante Argentina es para el aplauso y respeto ante unos jóvenes que pusieron alma, corazón y vida en el Estadio Nacional, y del mismo modo lo ha sido en emoción y nostalgia cuando recordamos los 90 minutos que tuvo Paolo en la cancha. Probablemente, pasen más de diez años para tener un delantero de esas características y solo tengamos que recordarnos de que hubo un Guerrero en los videos de YouTube. Puede ser cierto que las palabras de Sebastián Vignolo hayan sido un poco exageradas en referencia a nuestro compatriota, aunque sí ando de acuerdo de que estaría en una liga top si tuviese otra nacionalidad. Pocos juegan de espaldas como él, aguantan de esa forma la pelota en el pecho, así como tienen la habilidad de ser el único atacante de referencia para abrir el campo en los últimos metros y definir algunas de las pocas oportunidades de gol que tiene una selección como la peruana. No por nada él es el goleador histórico (28) de la blanquirroja y se trata de uno de los pocos jugadores que nos han traído alegrías en cuanto al fútbol se refiere tras los dos terceros puestos en las Copas Américas.
Paolo es un extraterrestre para Perú como en su momento también lo han sido Farfán, Vargas y el propio 'Mudo' Rodríguez con vigencia en la actualidad en la zaga nacional. No obstante, radicamos con un problema en el presente: no tenemos futbolistas en las mejores ligas de Europa.
Las apariciones de Trauco, Gallese, Tapia, Da Silva y demás chicos son plausibles en el mandato de Gareca. El popular dicho de que "sudan la camiseta" se ve reflejado en estos hombres que pelean hasta el último minuto por un triunfo peruano y como se han dicho en las últimas Eliminatorias, el técnico debe "morir" con estos jugadores hasta el final del torneo.
Pese a ello, el camino es largo y el proyecto es de largo plazo. No se trata de Rusia 2018, ni de Qatar 2022, habría que sincerarnos y ver las posibilidades años más adelante. Nuestro universo de jugadores con respecto a otras selecciones es inferior y solo una continuidad de trabajo del técnico argentino como del proyecto en marcha para el futuro nos hará crecer exponencialmente con respecto a nuestros competidores en Sudamérica, quienes no se quedan inertes en el tiempo y madurarán como esperemos nosotros hacerlo futbolísticamente. El inmediatismo no es el resultado; sí el trabajo a largo plazo. La apuesta con Gareca debería seguir. Con un universo un poco más reducido de jugadores, mantiene a la Selección peleando cada partido de las Eliminatorias. Lo fue en la Copa América, y también ante Ecuador y Argentina. Los malos resultados aparecerán en el camino y eso no significa que todo el trabajo se tire al tacho. Gareca ha tenido más aciertos que desaciertos en más de un año en el cargo y eso tendría que tomarse en cuenta si es que le renueva.
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