Sostener el rendimiento de una Selección Peruana en proceso rumbo a un Mundial siempre será difícil. Buenas actuaciones, lesiones, suspensiones, bajones futbolísticos, malos arbitrajes son algunas características que juegan en la durísima lucha por ganar un cupo en la cita mundialista. Sin embargo, los últimos tres procesos de Perú han tenido un común denominador que se repitió al jugarse ocho fechas de las Eliminatorias: la blanquirroja llegó a 7 puntos.
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La sensación que dejó el triunfo bicolor ante los norteños es de tranquilidad. El resultado, que debe ser una consecuencia del trabajo, esta vez, se tiñó de necesidad. Los tres puntos pueden ser el quiebre de una etapa a otra y la reinserción al proceso. Como se dijo durante los días después de la derrota ante Bolivia: la Selección Peruana podrá estar eliminada, pero no muerta.
¿Por qué la percepción de hoy es distinta en comparación a procesos anteriores?
El triunfo ayuda, en definitiva. Ganar sirve en lo anímico y genera una percepción que puede no ayudar al análisis. Los 7 puntos de Perú le dan tranquilidad a los que forman parte de la Selección Peruana, de cara a lo que será la próxima presentación ante Argentina en Lima.
Campaña Gareca
PTS: 7 GF: 8 GC: 15
Si retomamos procesos anteriores, el de Sergio Markarián fue similar. El punto de quiebre futbolístico nos situaba, luego de la fecha 8, un empate ante Argentina en Lima con gol de Zambrano. La sensación, hace ya 4 años, fue positiva: el equipo va en ascenso y se tuvo un rendimiento que ahogó a Lionel Messi en el Nacional.
Por si fuera poco, hace 8 años, la Selección Peruana, sumergida en un mar de pésimos resultados, había logrado un triunfo categórico ante Venezuela en Lima y días después Juan Manuel Vargas y Johan Fano le dieron el empate ante la Argentina de Basile en el Monumental de Ate.
En todas ellas, se habló del punto de quiebre en lo futbolístico y anímico.
Ricardo Gareca lo realizó en la Copa América Centenario y lo confirmó en la convocatoria para enfrentar a Bolivia y Ecuador. Dejó jugadores de jerarquía, como lo hizo 'Chemo' Del Solar y optó por un plantel lleno de entrega. El valor intrínseco del pundonor pasó a primer plano; sin embargo, quedó claro que para luchar la clasificación también hay que jugar y obtener resultados.
Nadie tiene un puesto fijo en la Selección
Ricardo Gareca fue sincero desde el inicio: compromiso es lo primero en la Selección Peruana. Y con ello, el 'Tigre' supo darle oportunidades a sus jugadores para que tomen en serio la blanquirroja. No todos lo hicieron y muchos de los que eran 'fijos' pasaron a dejar de estar en la nómina.
El mensaje fue determinante. Nadie es fijo. Y a pesar que a Gareca le costó en el inicio de las Eliminatorias demostrarlo, lo logró en el tiempo. Hoy, muchos de los que no tuvieron minutos en sus equipos no están en la Selección. Se dejó los nombres para priorizar el funcionamiento colectivo.
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Eso, en el proceso de Markarián, no sucedió. La sensación que dejó don Sergio, finalizada la fecha 8, fue la de ir por la clasificación; sin embargo, vino un empate 1-1 ante Bolivia en La Paz (con un equipo de altura) y luego perdió ante Paraguay en Asunción (con el supuesto equipo titular). Al fin y al cabo, esos puntos pudieron marcar la diferencia en el largo plazo. Ese día habló de un cambio, pero nunca lo hizo. Se hizo rehén de la idea de poner a los de más jerarquía siempre y fracasó.
Más jugadores en el extranjero, pero menos influyentes
Hay que decirlo. En los últimos dos procesos, era inaudito que un técnico de la Selección Peruana priorice a un futbolista del medio local por sobre uno que venga del extranjero. Para ejemplificarlo mejor: 'Chemo' Del Solar apostó por Carlos Zambrano cuando aún era un juvenil del Schalke 04 ante Argentina. Dicho sea de paso, acertó.
Pero los momentos son distintos. Del Solar lo hizo por una necesidad. Y las necesidades cambian. Gareca, pese a tener más opciones de jugadores en el extranjero y en ligas competitivas, prefirió convocar a futbolistas del Torneo local. Y por si fuera poco, también acertó.
Campaña de Chemo
PTS: 7 GF: 5 GC: 17
El 'Tigre' le otorgó la confianza a un central de 20 años como Abram y, tras su lesión, ingresó otro como Miguel Arajo. Cuando finalizó el partido, todos estuvieron de acuerdo en algo: el zaguero de Alianza Lima tuvo un rendimiento sobresaliente ante Ecuador. Otro, quizás, hubiera optado por Zambrano o Ascues, dos piezas que le sirvieron en la Copa de Chile en 2015.
Perú es un equipo que genera, pero que no anota
Los equipos de Ricardo Gareca proponen y salen en búsqueda del resultado. De local y de visita. Una característica que no sucedía corrientemente en los años anteriores. La idea de juego sigue siendo un intento y los jugadores hacen lo que pueden para ejecutarla. En esa línea, la Selección Peruana se convirtió en un equipo que genera situaciones, pero que da la sensación que desperdicia goles claros. La idea no es del todo clara si uno ve los partidos, pero la sensación es que este equipo no tiene miedo a perder. Va a cualquier cancha y trata de proponer.
En efecto, la blanquirroja anotó 8 tantos hasta el partido ante Ecuador y todos ellos fueron en condición de local. Con Markarián, se anotó un total de 9 y 4 de ellos fueron de visita. Inclusive, en el proceso de 'Chemo' se anotó 5 tantos y apenas 1 de visita. Todos ellos hasta la fecha 8.
Campaña Markarián
PTS: 7 GF: 9 GC: 13
La eficacia ha variado y responde al momento futbolístico en el que los jugadores se encuentran. Será determinante, para Gareca, definir y revisar las variaciones de ataque si es que quiere generar triunfos a favor de la Selección.
En conclusión, y a diferencia de los procesos de Markarián y Chemo del Solar, Gareca es un técnico que por decisión propia optó por dejar fuera a los jugadores de mayor jerarquía (no fue por un escándalo mediático como el del Golf Los Incas, por ejemplo, como le tocó vivir a Del Solar; ni se hizo rehén de la idea de poner siempre a los "fantásticos" como el uruguayo). Lo bueno, dentro de lo malo (aún estamos muy lejos de la posibilidad de clasificar al Mundial), es que Gareca está otorgando oportunidades a jugadores jóvenes que se mueren de ganas de representar al Perú, con aciertos, con errores, y más, pero con el alma entregada para pelear cada balón como si fuera el último de sus carreras. O el del adiós. Ya no son los huevos de Vargas. Son ahora los huevos de Gareca, un entrenador con carácter.
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