Es curioso como un equipo puede ser mucho más que la suma de sus partes. Si analizamos una por una las piezas del once habitual de Ricardo Gareca, quizá no alcancemos a vislumbrar el potencial del conjunto ensamblado por el Tigre.
Pedro Gallese tapa en los Tiburones de Veracruz, colero de la liga mexicana y equipo más goleado del torneo. Miguel Trauco tiene pocos minutos en el Flamengo de Brasil, donde juega menos que el año pasado. Christian Ramos se está ganando finalmente un lugar en el Al-Nassr de Arabia Saudita. Anderson Santamaría ha perdido el titularato en el Puebla mexicano, donde no sale hace varias semanas. Finalmente, Luis Advíncula es uno de los jugadores más destacados del Rayo Vallecano, uno de los clubes más modestos de la liga española.
En el medio sector, Yoshimar Yotún es fijo en el Orlando City, que acabó penúltimo en la MLS norteamericana. Renato Tapia apenas tiene minutos por el Feyernoord holandés. Edison Flores alterna con regularidad en el Monarcas Morelia de México, pero todavía lucha por ganarse un lugar.
Mejor les va a los delanteros. Jefferson Farfán es una de las estrellas del Lokomotiv Moscú, actual campeón ruso, y lo vemos en acción tanto en su liga como en la Champions League. André Carrillo brilla en el Al-Hilal saudí, donde asombra por su habilidad y rapidez. Raúl Ruidíaz es goleador de su escuadra, los Seattle Sounders, y es además uno de los atacantes con mejor promedio en la liga norteamericana.
Más que una suma, esta selección parece una multiplicación de sus partes. Gran trabajo de Ricardo Gareca y extraordinaria respuesta del conjunto, ¿no?
Por: Guillermo Denegri
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