Y tal vez eso era lo que hacía falta: mano dura, hombres antes que nombres y que jueguen los que quieren estar. El mensaje que, aunque ya parece repetitivo, le da la razón a Ricardo Gareca y nos dice que, otra vez, el argentino está frente a una decisión muy acertada.
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Eso es el 'Tigre', un hombre de decisiones. Que lo diga Cueva, si no. O los 'referentes' eternos que hoy se arrepienten y esperan la misericordia del DT para regresar.
Tras un inicio de Eliminatorias en los que hicimos 4 puntos en seis partidos y donde no hubo el compromiso esperado por una secta de jugadores, el 'tigre' decidió que era el momento de cambiar. Se la jugó, como dicen. Pero por suerte, tuvo a la Copa Centenario como escenografía perfecta para empezar a darle confianza y afinar a su nuevo equipo que, en su mayoría, recién estaba por empezar su historia con la bicolor.
Muy pocos imaginaron que esta Copa, en donde eliminamos a Brasil y nos quedamos fuera por muy poco, se convertiría en el punto de quiebre para renacer en las Eliminatorias.
Tras ella, con nuevos jugadores y referentes que nunca antes llevaron mejor ese rótulo, el equipo levantó y sumó 10 de los 15 puntos que disputó desde ese entonces.
Con el último batacazo ante Paraguay y el ayudín en Bolivia por el caso Nelson Cabrera, la bicolor se metió de nuevo a la pelea y hoy el tiempo vuelve a darle la razón a Gareca. Credibilidad le sobra.
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