Se jugaban los últimos segundos del partido frente a Argentina y la Selección Peruana escenificó uno de sus pasajes más lamentables –y vergonzosos– en esta pobre Eliminatoria: en lugar de jugar hacia adelante como símbolo de dignidad, los futbolistas empezaron a tocar entre sí como si estuvieran ganando por goleada; sin hambre ni amor propio. Esta es una afirmación fuerte, pero las imágenes no mienten. Somos últimos en la tabla de posiciones, pero hay derrotas que no se ven en el marcador y duelen más que estar en la cola de Sudamérica.
Con una panorama así de desolador, ¿qué cosas positivas podemos rescatar de un proceso que se fue desgastando con el correr de los meses y nunca cuajó una idea futbolística clara? En otro contexto, un año de trabajo sería un tiempo muy apresurado como para sacar conclusiones firmes respecto a lo hecho por Jorge Fossati. Sin embargo, cuando la Federación Peruana de Fútbol (FPF) acudió a buscarlo, le encomendaron la tarea de rescatar a la ‘Blanquirroja’ del pozo donde la había dejado Juan Reynoso. ¿Qué pasó? Las cosas siguen igual.
Fossati tomó a la Selección Peruana en la última casilla de las Eliminatorias, con dos puntos y a cinco del repechaje. Luego de dirigir seis partidos –la misma cantidad que Reynoso–, seguimos en el fondo y la distancia con el séptimo sigue siendo la misma, más allá de que pudimos ganar nuestro primer encuentro en todo el proceso. En cuanto a números, el balance del ‘Nono’ supera al del ‘Cabezón’ por tres unidades, considerando que este último recibió a Brasil y Argentina en Lima. Por otro lado –y lo más importante–, desde lo futbolístico no hemos visto un crecimiento que nos permita mirar el 2025 con relativo entusiasmo.
El entrenador uruguayo, que a través del tiempo edificó su carrera con el 3-5-2 como sistema madre, no fue capaz de convencer a sus dirigidos de adaptarse a dicho esquema y, por el contrario, los forzó a amoldarse a posiciones a las que no estaban a acostumbrados. El resultado todos lo vimos y está más que claro que desde el comando técnico están convencidos que ese es el camino, por más que los propios jugadores evidencien su incomodidad. “Nos faltó en atrevimiento, en ser más conchudos, en que la pelota corra. Creo que podíamos crearle más. Estábamos bien parados, pero a veces perdíamos mucho la pelota”, sostuvo Paolo Guerrero tras la caída ante Argentina.
Con futbolistas atados a un sistema que los limita, la Selección Peruana careció de un colectivo que potenciara las mínimas virtudes que hay dentro del plantel, con el agregado de que Fossati se encomendó a una generación envejecida y no amplió sus herramientas con otros elementos más jóvenes. Pese a estos puntos negativos, este 2024 también nos dejó algunas individualidades para destacar y que serán necesarias para lo que se avecina el próximo año. Ya lo dijo Carlos Zambrano con la crudeza que lo caracteriza: “Hay que ser realistas, no tenemos más jugadores, solo somos los que estamos acá poniendo la cara”.
Los que se salvan
Tal como viene sucediendo desde las Eliminatorias para Rusia 2018, la portería es la única posición en donde la Selección Peruana no tiene dudas. Cuando Pedro Gallese no estuvo frente a Chile por acumulación de tarjetas amarillas, Carlos Cáceda volvió a estar a la altura de las circunstancias y fue de lo poco rescatable en aquella amarga noche en el estadio Monumental. Asimismo, detrás hay dos porteros jóvenes como Diego Romero y Diego Enríquez –de 23 y 22 años, respectivamente–, quienes son el proyecto a largo plazo para que el arco nacional esté seguro por muchísimos años.
La línea de tres también es de lo poco que se salva de esta última fecha doble de noviembre, siempre y cuando estén todos y cada uno en su posición habitual: Miguel Araujo y Alexander Callens como stoppers, mientras que Carlos Zambrano como líbero. Si Jorge Fossati continúa como entrenador de la ‘Bicolor’ en marzo –desde la FPF ya avisaron que la situación está bajo evaluación–, los tres deben seguir como sus estándares en defensa. Eso sí, el ‘Nono’ tendrá un dolor de cabeza por resolver antes de enfrentar a Bolivia, pues la ‘Fiera’ y el ‘Káiser’ quedaron suspendidos por acumulación de tarjetas amarillas.
Esto último abre la posibilidad para que veamos en acción a jugadores como Erick Noriega o Renzo Garcés, quienes tuvieron un gran 2024 en Alianza Lima y apuntan a seguir liderando la zaga blanquiazul para el próximo año. De otro lado, ya en la zona del mediocampo, Oliver Sonne demostró que es un futbolista que siempre debe estar. Por más que Fossati lo fuerce a aparecer como interior y en Dinamarca juegue como lateral todos los fines de semana, su formación europea le permite tener un entendimiento táctico que le da un plus en la volante, sobre todo cuando jugamos de local –contra Uruguay y Chile se le notó más cómodo que frente a Brasil y Argentina–.
Por lo demás, hay poco por añadir: Piero Quispe, que venía en buen momento por su presente en Pumas UNAM, apenas tuvo minutos en noviembre; Sergio Peña una vez más tuvo un rendimiento fantasmagórico; Wilder Cartagena y Jesús Castillo no son Renato Tapia, quien tiene que volver al 100 %; arriba, posiblemente no volvamos a ver a Paolo Guerrero, mientras que Alex Valera y Gianluca Lapadula seguirán en el plantel porque no tenemos más, y quizás el partido contra Bolivia se preste para que Luis Ramos tenga más minutos –en esta fecha doble ni siquiera salió en lista–.
Nadie tiene la certeza de lo que pasará de aquí hasta marzo, especialmente por las recientes afirmaciones del presidente de la FPF, Agustín Lozano: “Estoy instalando una comisión para que puedan evaluar a todos los profesionales que están a cargo de nuestras selecciones, para ver qué cosa podemos plantear de inmediato para fortalecer lo que se viene haciendo y tratar de revertir este mal momento”. Sea cierto esto o no, lo real es que Jorge Fossati sigue siendo el entrenador de la Selección Peruana y, por más que la realidad nos diga que no clasificaremos al próximo Mundial, tendrá la tarea de demostrar que estamos equivocados.
¿Y el recambio?
A raíz de este análisis, Depor conversó con Juan José Oré, técnico especialista en menores y que en su momento dirigió a varios de los futbolistas que hoy conforman la Selección Peruana. En primera instancia, valoró que al menos hemos podido sostener una línea defensiva en cuanto a nombres, y que cuando estos tres están juntos tenemos un bloque relativamente sólido. “A pesar de que no se dieron los resultados, puedo destacar lo defensivo. No fuimos goleados como contra Brasil, y la línea de tres creció cuando estuvieron Araujo, Zambrano y Callens. Bueno, de ahí en más, no encuentro otro punto alto para valorar”, afirmó.
Por otra parte, el técnico de 70 años criticó la insistencia de jugadores en una posición donde no están habituados, especialmente por lo visto cuando Luis Advíncula fue ubicado como carrilero por izquierda. “No tentemos carrileros por izquierda. Cuando se juega con un sistema, el entrenador tiene que ver y analizar si tiene a los jugadores para dicho sistema. Si no los tiene, no puede hacer otra cosa más que cambiar. Los jugadores se ven incómodos jugando donde no están acostumbrados y todo es muy forzado cuando tratan de ir hacia adelante”, explicó.
En esa misma línea, ‘JJ’ cuestionó la postura ultradefensiva que ha mostrado Perú en momentos donde quizá pudo atreverse un poco más. No solo pasó contra Argentina, sino también frente a Chile en Lima, donde por momentos la línea de tres pasó a ser línea de cinco y eso provocaba que el arco rival nos quede cada vez más lejos. “El fútbol es un juego donde la misión es ganar. Está bien, también te puedes defender, pero si no generas oportunidades concretas para anotar no vas a ganar los partidos. Los partidos se ganan con goles y solo tenemos tres en toda la Eliminatoria. Así es complicado”, apuntó.
Para Carlos Univazo, periodista y panelista de A Presión, la solución a todo lo que hemos visto no está en la salida de Fossati, sobre todo porque considera que no hay alguien que quiera tomar este fierro caliente y esté en la capacidad de mejorar lo hecho por el uruguayo. “Si lo comparamos con lo anterior (Reynoso), podríamos decir que hemos mejorado desde lo defensivo; pero con eso no alcanza. Hay una mejoría, pero evidentemente la gente no lo va a percibir porque los resultados dicen todo lo contrario. Sacarlo no tendría sentido. ¿Para qué? ¿Vendría alguien mejor? Si lo sacas para reemplazarlo por alguien mejor, perfecto; pero si es para poner a un interino, no tendría sentido”, argumentó.
Al igual que Oré, Univazo coincidió que el principal problema está en el 3-5-2 del técnico. “El mayor problema que tenemos es el sistema. Él no ha sido capaz de que se generen asociaciones de la mitad de la cancha hacia adelante, que nos permita ver un fútbol mínimamente agresivo. De visita no hemos marcado un solo gol en toda la Eliminatoria y eso no es normal; incluso de visita no recuerdo que hayamos generado chances claras de gol. Basta con escuchar a los jugadores para ver que se paran en la cancha con disgusto. No están contentos, y quizás ellos estén menos contentos que nosotros”, analizó.
En cuanto a los jugadores, por más que algunas individualidades destacaron en esta fecha doble, Univazo fue más allá y apuntó hacia algo que el propio Zambrano mencionó tras la derrota con Argentina: no tenemos más jugadores “El fútbol peruano está en el peor momento de su historia. Antes aparecían uno o dos que te llenaban de esperanza, eran como plantas silvestres que aparecen de la nada; pero en este momento, más allá de los nombres, son solo para completar la selección, no para competir como soñamos. No tenemos una sola figura; Ecuador tiene a Kendry Páez; Brasil a Endrick o a Estêvão; nosotros nada. No hay alguien que pueda ser nuestra próxima figura para pelear una clasificación”, aseveró.
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